Recientemente voceros del derechista gobierno israelita de Benjamín Netanyahu, líder del partido Likud, pusieron sobre el cada vez más agrietado tapete de las relaciones internacionales, la posibilidad de una próxima guerra en el polvorín medioriental. El mismo Netanyahu, tan aplaudido en su última intervención ante el Congreso de los Estados Unidos, luego de señalar la […]
Recientemente voceros del derechista gobierno israelita de Benjamín Netanyahu, líder del partido Likud, pusieron sobre el cada vez más agrietado tapete de las relaciones internacionales, la posibilidad de una próxima guerra en el polvorín medioriental.
El mismo Netanyahu, tan aplaudido en su última intervención ante el Congreso de los Estados Unidos, luego de señalar la pretendida esencia de la política israelita a favor de la paz con sus vecinos árabes, en su opinión siempre rechazada por líderes que en realidad no deseaban esta paz, hoy amenaza de abierta manera con bombardeo a sus instalaciones nucleares al que consideran el principal enemigo del Estado de Israel: la República Islámica de Irán.
¿Que nos depara el análisis, de las relaciones interestatales mantenidas por Israel con sus vecinos árabes en algo más de seis décadas?
Los acuerdos del Armisticio del 1949, que dieron fin a la primera guerra entre árabes e israelitas y las conversaciones de Lausana este propio año, en su momento histórico fueron para estadistas y analistas del tema, la posibilidad de una paz entre las dos partes. En realidad fue solo una pausa en las verdaderas intensiones expansionistas del recién nacido Estado de Israel y la acumulación de enfrentamientos, ataques y expulsiones masivas de los árabes-palestinos originarios del territorio, navegaron en el mar de la cotidianidad de esos años.
El resultado fue la llamada 2da Guerra Árabe-israelí o Guerra del Sinaí de 1956, en la que las tropas israelíes, en contubernio con las antiguas potencias coloniales de la región, Gran Bretaña y Francia, invadieron la franja de Gaza y la Península del Sinaí, a la vez que los paracaidistas ingleses y franceses ocuparon Port Said. Acción que concluyó con la retirada de los tres ejércitos, luego que la Unión Soviética amenazó a Londres y Paris con un ataque nuclear y los Estados Unidos, no satisfechos con los resultados de la acción y la congruencia con sus propios intereses, se desentendieron con sus aliados europeos.
En Naciones Unidas se tomó la decisión de interponer una Fuerza de Emergencia (UNEF) a lo largo de la frontera egipcio-israelí, y se dieron seguridades a Egipto para que permitiera la libre navegación en el golfo de Aqaba de acuerdo con las normas internacionales. Acción que fue torpedeada por Israel al mantener y fortalecer sus tropas a lo largo de la frontera con los países árabes vecinos, especialmente Egipto.
Durante la primavera de 1967 Israel lanzó un ataque, sin previa declaración de guerra, contra Egipto, Siria y Jordania, comenzando así la llamada Guerra de los Seis Días, en el que quedaron bajo dominio israelí los Altos del Golán de Siria, el Margen Occidental del Jordán y Jerusalén Este, territorios parte de un futuro Estado Palestino de acuerdo al Plan de Partición de 1948, ocupados hasta ese momento por tropas jordanas, así como la franja de Gaza y la península del Sinaí. Gaza territorio también palestino y el Sinaí de Egipto.
El Consejo de Seguridad adoptó la resolución 242 y designó a Gunner Jarring como Enviado Especial del Secretario General de las Naciones Unidas. Las esperanzas de paz quedaron rotas al iniciarse una guerra de desgaste entre Egipto e Israel a mediados de 1967. Recordemos que las tropas israelitas ocupaban la margen este del canal de Suez.
En el mes de octubre de 1973 Egipto y Siria atacaron simultáneamente a Israel, era la festividad judía del día del Perdón. Los combates duraron tres semanas y en dos frentes distintos. El contraataque israelí cruzó, en Egipto, el canal de Suez sin recuperar la totalidad de los territorios antes ocupados a Egipto y llegó, en Siria, a 32 kilómetros de Damasco. En el mes de noviembre se firmó el alto el fuego en el kilómetro 101 de la carretera de El Cairo-Suez.
En 1974 la Liga Árabe reconoce a la OLP como representante del pueblo palestino. Posteriormente las Naciones Unidas la reconocerían como entidad política, admitiéndola como observadora.
El año 1974 fue el de la firma de los acuerdos de separación de fuerzas, impulsado por Kissinger, entonces Secretario de Estado primero en el mes de enero entre Egipto e Israel y, posteriormente, en el mes de mayo entre Israel y Siria.
En 1975 Egipto e Israel llegan a un acuerdo interino que sería el presagio de un acuerdo de paz, discutido hasta nuestros días y considerado entonces, por la mayoría de los gobiernos árabes y sus pueblos como una traición a la causa palestina, a la vez que sacando a Egipto del frente directo de lucha, propiciaba los futuros ataques israelitas contra Siria y el Líbano.
El 19 de noviembre de 1977 Anuar el Sadat, presidente de Egipto, recogió el testigo de paz que le tendió el primer ministro israelí, Menajen Beguin, asistiendo a una sesión especial del parlamento israelí, Knesset. El gesto por la paz de Sadat (de traición para otros) inició un proceso de negociaciones entre Egipto e Israel que llevaron a los Acuerdos de Camp David de septiembre de 1978, bajo auspicios estadounidenses.
El 26 de marzo de 1979 en Washington, Egipto e Israel celebran el primer tratado firmado entre un estado árabe e Israel, los resultados fueron la devolución gradual de la península del Sinaí y el establecimiento de relaciones diplomáticas.
En 1982 Israel invade el sur del Líbano, en lo que el ejército judío denomino «Operación Paz para Galilea». En realidad las tropas israelíes entraron en el Líbano para destruir la infraestructura militar palestina establecida en el sur libanes, expulsar a las tropas sirias del Valle de la Beeka libanesa e inducir por la fuerza al Líbano a firmar una paz por separado con el estado hebreo.
En 1983 se firma el Acuerdo Tripartito entre Estados Unidos, Israel y El Líbano. Acuerdo rechazado por las fuerzas nacionalistas libanesas, que con el apoyo de Siria obligaron al Gobierno libanes de Amín Gemayel a derogarlo. No obstante Israel mantuvo el sur del Líbano ocupado.
Este propio año se inicia la Intifada palestina. Esta vez el combate de los tanques israelitas es contra los niños y jóvenes palestinos armados con piedras.
El 15 de noviembre de 1988, en Argel, el Consejo Nacional Palestino con 243 votos a favor, 46 en contra y 10 abstenciones proclama la creación de un Estado Palestino independiente. El reconocimiento se produjo por 90 países, en su mayoría árabes y países africanos y del bloque socialista. Los países occidentales no reconocieron al estado proclamado por considerar no se ajustaba a las normas del Derecho Internacional, como así declaró el ministro de exteriores francés el 16 de noviembre. El reconocimiento por parte de Egipto provocó las protestas de Israel por considerar éste una violación de los acuerdos de Camp David de 1978, donde se recogía que sólo a través de acuerdos internacionales se podría modificar el status de los territorios.
El 30 de octubre de 1991 James Baker, Secretario de Estado norteamericano, después de reunirse con los líderes del Oriente Medio, consigue que se convoque la Conferencia de Paz de Madrid bajo el patrocinio norteamericano, soviético y europeo y con la participación de Siria, Líbano, Israel y una delegación jordano-palestina.
El 9 de septiembre de 1993 el presidente de la OLP, Yasser Arafat, envió al primer ministro israelí, Isaac Rabin, una carta en la que reconocía el derecho de Israel a existir. Ese mismo año Israel reconoció a la OLP como representante del pueblo palestino y el día 13 se firmó, en Washington, la Declaración de Principios donde se recogen las previsiones de un autogobierno palestino de carácter interino.
El 4 de mayo de 1994 se aplica la autonomía de la franja de Gaza y el área de Jericó.
Durante el año 1995 se siguen produciendo contactos entre las partes que terminan con la firma, el 28 de septiembre en Washington, del Acuerdo Interino sobre el Cisjordania y la franja de Gaza.
En noviembre de 1995 Isaac Rabin, primer ministro israelí y uno de los artífices del Proceso de Paz, es asesinado en extrañas circunstancias, en Tel Aviv, por un extremista judío. Simón Peres se hizo cargo del gobierno, pero la opinión pública israelí quedó dividida y se adelantaron los comicios electorales.
A finales de febrero y principios de marzo de 1996 ocurren una serie de acciones en las fronteras Israel con Gaza y en el sur libanes. El movimiento palestino Hamas (Harakat al-Muqawwama al-Islamiyya) se responsabiliza de ataques contra objetivos militares en Israel, mientras el gobierno israelita los acusa de ataques contra ciudades israelíes con el resultado de sesenta israelíes muertos y cientos de ellos heridos.
En el Líbano sur se producen enfrentamientos entre milicianos de Hezbolah (Partido de Dios) y fuerzas israelitas. Israel responde con el bombardeo indiscriminado contra ciudades libanesas y acusa a libaneses y palestinos de lanzamiento de misiles contra las ciudades del norte de Israel. Israel responde a los ataques con la operación llamada Operación «Uvas de la ira». Son muertos en los indiscriminados bombardeos cientos de palestinos y libaneses en su mayoría civiles.
En mayo de 1996 gana las elecciones israelíes el Likud, partido derechista, en cuyo programa electoral promete un replanteamiento del Proceso de Paz, y el 18 de junio es nombrado primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, opuesto a una paz entre ambas partes y declarado enemigo del establecimiento de un Estado Palestino.
El 25 de septiembre una patrulla israelí penetró en la ciudad autónoma de Ramalah persiguiendo a un hombre que había disparado contra la citada patrulla. Este hecho, la frustración palestina por no ver avances en las negociaciones de paz, la reanudación de la política de asentamientos en los territorios y la apertura al público del «túnel de los hasmoneos», el martes 24 cerca de la explanada de las mezquitas, disparan los graves conflictos armados de los días 25 y 26, con cerca de setenta fallecidos y un millar de heridos en su mayoría palestinos.
La noche del 15 al 16 de enero de 1997 las partes llegan a un acuerdo sobre el redespliegue de las tropas israelíes en Hebrón dentro del marco establecido por la Declaración de Principios de septiembre de 1993. Estos avances en el Proceso de Paz se ven frenados a finales del mes de febrero con la presentación de un proyecto de nuevos asentamientos judios en Jerusalén este, en Har Jomá, que de nuevo ponen en peligro los mínimos logros alcanzados.
El 28 de septiembre de 2000 comienza la Intifada de Al Aqsa. Ehud Barak, primer ministro israelí, tiene que disolver la coalición gubernamental, a partir de entonces, como resultado de las elecciones de enero del 2001, Ariel Sharon comienza a fungir como primer ministro.
La situación económica israelí, agravada por los efectos de la Intifada, unido a otros factores de índole interno, provocó un nuevo rompimiento de la coalición de gobierno, y se celebran nuevas elecciones, en las que nuevamente Sharon es reelegido en el cargo. En el año 2004 Sharon impulsa el proyecto unilateral de retirada de la Franja de Gaza, provocando encontradas reacciones en la sociedad israelí. Una súbita enfermedad en noviembre de 2005, luego de que formara una tercera fuerza política en Israel, el partido Kadima, provocó la celebración de nuevas elecciones.
El 12 de julio de 2006, un nuevo enfrentamiento en la frontera entre el Líbano e Israel reabrió un conflicto que se mantenía latente. La crisis, aparentemente la desató una acción guerrillera sobre territorio israelí, cuando al menos ocho soldados israelíes murieron y la milicia chií libanesa apresó a dos militares hebreos. Israel calificó el ataque, sucedido en una región invadida por sus militares, de «acto de guerra» e inició una nueva escalada de violencia, con un ataque directo al sur del Líbano, sobre las posiciones controladas por los milicianos de Hezbollah.
Los tanques y carros de combate israelita, precedidos por genocidas bombardeos de la aviación, la marina y artillería contra el sur libanes y contra los suburbios chiítas de Beirut, comenzaron a avanzar, a pesar de una resistencia que metro a metro se fue haciendo más enconada.
Israel ante la imposibilidad de vencer por la armas a Hezbollah, optó por atacar zonas densamente pobladas y destruir la infraestructura vial del sur y el oriente libanés, para crear una crisis humanitaria y obstaculizar las migraciones de urgencia.
Finalmente debemos apuntar que desde el 2006 hasta la actualidad las agresiones del Estado de Israel han estado centradas contra la Franja de Gaza, con bombardeos a zonas civiles con la utilización de bombas de fósforo, prohibidas por diferentes convenciones sobre armas de la ONU y bombas de racimo, suministradas ambas por diferentes gobiernos estadounidenses.
Hoy, después de más de 63 años de fundado, el Estado de Israel, cuenta con entre 200 y 400 artefactos nucleares (existen contradicciones entre las fuentes), 100 mil hombres sobre las armas de manera permanente y 1 millón luego de declararse una movilización, más de 4000 tanques y cañones autopropulsados y cientos de aviones, todos lo última generación.
Su historia como estado y semejante poderío militar, hacen difícil de creer que Israel quiere la paz.
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