Yasmín S. Portales Machado es coordinadora del Concurso Internacional de Ensayo «Pensar a Contracorriente». Yasmín, de apellido poéticamente imborrable, es una multifacética activista y bloguera, defensora de la libertad de expresión y de los derechos femeninos y de grupos -lo digo con imprecisión- «periféricos» como las personas afrodescendientes o LGBTI. Como militante social, Yasmín […]
Yasmín S. Portales Machado es coordinadora del Concurso Internacional de Ensayo «Pensar a Contracorriente». Yasmín, de apellido poéticamente imborrable, es una multifacética activista y bloguera, defensora de la libertad de expresión y de los derechos femeninos y de grupos -lo digo con imprecisión- «periféricos» como las personas afrodescendientes o LGBTI. Como militante social, Yasmín S. Portales Machado se autodefine feminista y marxista y firma sus correos electrónicos con una frase del matemático, escritor y activista Carlo Frabetti: «Engels no podría haberlo dicho más claro: la primera explotación, base de todas las demás, es la explotación de la mujer por el hombre; pero ni siquiera Marx lo escuchó».
¿Qué finalidades tienen el Concurso Internacional de Ensayo «Pensar a Contracorriente»?
El «Pensar a Contracorriente» busca, como muchos otros concursos editoriales del mundo, abrir las puertas del ámbito del libro a temas y enfoques novedosos, a nuevas voces, pretende refrescar el ambiente y aumentar la calidad de lo que publicamos en Nuevo Milenio, tanto en el campo del sello Ciencias Sociales como en el de las ciencias aplicadas, en el sello Científico Técnica.
¿Cuál es la historia del Concurso? ¿De quién o quienes partió la iniciativa? ¿Por qué, qué vacío cubría?
La historia es bastante «romántica». En mayo de 2003 se reunieron en Cuba un número importante de intelectuales a propósito de otra amenaza del Imperio contra nuestro país. Cuenta Fernando Martínez Heredia que por aquellos días se discutieron muchas ideas de cómo enfrentar la guerra cultural -frente en el que el capitalismo refina cada día sus armas- una de las propuestas fue convocar desde Cuba un concurso de ensayos breves, que tuviesen como denominador común de contenido pensar a contracorriente del poder que quiere ser omnímodo y controlar a todos; desde ese punto de partida, tendrían los asuntos y los tipos de aproximación que quisiera el concursante.
Habría que preguntar a alguno de los fundadores cuántas personas estaban en el proyecto inicial. Lo que se, es que en la primera edición del Pensar a Contracorriente fueron jurados Emir Sader (Brasil), Elmar Altvater (Alemania), Samir Amin (Egipto), Fredric Jameson (Estados Unidos), Ana Esther Ceceña (México), Immanuel Wallerstein (Estados Unidos) y Fernando Martínez Heredia, por Cuba. El peso de la logística recayó en el Instituto Cubano del Libro, específicamente en la Editorial Nuevo Milenio, en esa época dirigida por otro excelente intelectual: Julio Cesar Guanche.
¡Menudo equipo! ¿Qué entiendes ustedes por «Pensar a Contracorriente»? ¿Pensar críticamente es pensar contra los postulados, creencias y afirmaciones establecidas?
No te puedo decir qué entienden mis colegas, te puedo hablar por mí: «Pensar a Contracorriente» es tener una sistemática actitud de cuestionamiento frente al poder y el ordenamiento social. Es pensar crítica y constructivamente contra todo postulado, creencia o afirmación que niegue el derecho o la capacidad de las personas para mejorar su vida, para cambiar el mundo, para aprender de otras personas. Pensar a contracorriente es buscar todo el tiempo los mecanismos sociales y personales en los que late la revolución, desear cambiar todo lo que puede ser cambiado y actuar en consecuencia.
El concurso está dotado con un Premio Único de 1.000 euros y, según las bases del concurso, «es voluntad del Ministerio de Cultura de Cuba y la Editorial Nuevo Milenio que ese fondo sirva para apoyar la publicación de nuevas voces en el panorama ensayístico de izquierda». ¿Piensan en voces cubanas, latinoamericanas, europeas? ¿Para quién está pensando el concurso?
El término «nuevas voces» se refiere a la relación de esas personas con el mundo editorial, y también, aunque en menor medida, a las personas jóvenes. Definitivamente buscamos la incorporación de discursos, enfoques y marcos de referencia nuevos para el debate sobre la sociedad y la cultura mundiales a inicios del siglo XXI. Desde este punto de vista, no puede haber limitaciones geográficas, generacionales o académicas.
¿Qué temáticas entran dentro del concurso? ¿Estrictamente sociales y/o políticas?
No hay un límite real. Si bien la mayoría de los premios han sido otorgados en estos años a ensayos sobre política, también se han reconocido textos sobre cultura, como «Capitalismo y Violencia», de Mario A. Solano (Costa Rica) en 2005 y «El centro comercial como figura paradigmática del discurso neocolonial. Racismo y poder en América Latina», de Luis Martínez Andrade (mexicano residente en Francia) en 2009. Siempre hablamos con el Jurado antes de empezar las discusiones y dejamos en claro que queremos se premie la mejor propuesta, no un tema o enfoque metodológico específico, este es un proceso de búsqueda y consenso, no una plataforma interesada de promoción. Es así como, entre premios y menciones, la colección Pensar a Contracorriente reúne textos desde econometría hasta lingüística, pasando por género, cine, alimentos transgénicos y agricultura.
Van ustedes por la IX edición si no ando errado. ¿Se presentaron muchos trabajos en ediciones anteriores? ¿Quiénes han ganado el Premio hasta el momento?
La lista es extensa, debes comprender que se trata de ocho años de concurso. Te contaré solo los premios, y me extiendo porque así se hace evidente la diversidad de temas que han reconocido los Jurados.
La primera edición (2004) dio premio compartido a cuatro textos: «La Revolución del futuro», de Jesús Arboleya (Cuba), «Hegemonía y espacios para la resistencia», de Ulrich Brand (Alemania), «Tiempo de guerras y emancipaciones en las tierras del petróleo», de Claudia Korol (Argentina) y «La sociogénesis del capital mediático a través de la música», de Marcos Schneider (Brasil).
A partir de 2005, el Jurado comenzó a jerarquizar los resultados: Primer Premio a «Capitalismo y Violencia», de Mario A. Solano (Costa Rica), Segundo Premio a «El Contravirus de la Razón Tecnológica-Hegemónica: La Soberanía de las Naciones sin Estado», de Santi Duñaiturria Zumarraga (País Vasco) y Tercer Premio a «Verdadera Globalización», de Gehan Gunasekara (Nueva Zelanda).
Tercera edición (2006): Primer Premio: «Pensando en José Martí: imperialismos, acuerdos comerciales y desarrollo latinoamericano», de Luciano Vasapollo (Italia), Segundo Premio: «El Banco Mundial y la reforma del Estado: ¿más allá del Consenso de Washington?», de João Márcio Mendes Pereira (Brasil), Tercer Premio (compartido): «Cuba: algunos desafíos del color», de Esteban Morales Domínguez (Cuba), y «Racismo, alienación e identidad», de María del Rosario Valenzuela Sotomayor (Bolivia).
Cuarta edición (2007): Premio Único: «Violencia y medios de comunicación», de Pascual Serrano (España).
Le faltan tres ediciones.
Quinta edición (2008): Primer Premio: «¿Comienzo del fin de la hegemonía global de EE.UU.?», de Faustino Cobarrubia Gómez (Cuba), Segundo Premio: «Agrocombustibles. Polémica tecnológica y política», de Carlos Eloy Balmaceda Espinosa (Cuba) y Tercer Premio: «La cuestión agrario brasileña actual: Territorialización y territorialidades de la primera década de la reforma agrario del mercado», de Eraldo da Silva Ramos (Brasil).
Sexta edición (2009): Primer Premio: «El centro comercial como figura paradigmática del discurso neocolonial. Racismo y poder en América Latina», de Luis Martínez Andrade (mexicano residente en Francia), Segundo Premio: «Otra vez los caballos de Troya. Exploraciones sociales para la dominación», de Zuleica Margarita Romay Guerra (Cuba) y Tercer Premio: «África y la historia», de Luis César Bou (Argentina).
Séptima edición (2010): Primer Premio: «La brecha por llenar», de Nils Castro (Panamá), Segundo Premio: «La «Directiva retorno»: Xenofobia y desintegración», de Julio Omar Salesses (Argentina) y Tercer Premio: «La crisis global y la nueva transición», de Ernesto Domínguez López (Cuba).
En esta octava edición se dio un Premio Único a «La huella de Haití entre el latino-americo-centrismo y la historia universal. Otro camino para descolonizar nuestra historia, cultura y Estado. Notas para un proceso de liberación permanente», de Carlos Francisco Bauer (Argentina), con dos menciones bien interesantes: «José Carlos Mariátegui a la luz del socialismo del siglo XXI», de Cecilia Valdés Ponciano y «La tierra: suprema mercancía. Su acaparamiento como forma emergente de someter ante el mercado y el capital», de Carlos Eloy Balmaseda Espinosa, ambos de Cuba.
Todo un acta de diversidad, como puedes ver.
La veo, no es difícil darse cuenta de ello. ¿Quiénes componen el Jurado del Premio de la IX edición?
Este año el Jurado es completamente femenino, se trata de Stella Calloni, prestigiosa investigadora argentina que saltó a la fama por revelar los documentos que demostraban la terrible Operación Cóndor en América del Sur, Alicia Herrera, periodista y docente venezolana y María Elena Álvarez, cubana especializada en las Ciencias Políticas y las Relaciones Internacionales en Asia, África y Medio Oriente.
Hablan ustedes de un ensayo breve de carácter antiimperialista. ¿Qué significa para ustedes «ser antiimperialista»?
Estar sistemática y coherentemente en actitud crítica frente a los modelos culturales del capitalismo global neoliberal, que hoy tiene su mayor emisora discursiva en Estados Unidos. Hablo de toda la vida, de todo lo que hacemos y vemos: relaciones comerciales, filiales o de propiedad, arte, comunicación, jerarquías, educación. Ser antiimperialista es «estar despierto» y mirar desde la sospecha lo que el capitalismo pretende hacer pasar por «natural».
¿Cuál es, en su opinión, el estado del pensamiento de izquierdas en el mundo? ¿Estamos en un buen momento?
Decía Jorge Luis Borges que a todos nos ha tocado vivir tiempos duros. Hoy el pensamiento de izquierda, desde mi punto de vista, tiene dos problemas básicos: el primero es que no logra escapar de las lógicas hegemónicas del capitalismo, o sea, que no articula verdaderas alternativas socio-económicas; el segundo es que está excluido de los grandes circuitos de circulación de ideas. Pensar a Contracorriente busca poner nuevas ideas en esos espacios, pero no es fácil.
Me sorprende que cite a Borges pero la felicito por ello.
Creo que el premio se concede o resuelve durante la Feria Internacional del Libro de Cuba. ¿Cuándo se celebra la Feria? ¿En qué consiste esa Feria Internacional?
Ambas cosas: el «Pensar a Contracorriente» se resuelve y entrega durante la Feria Internacional del Libro de Cuba. Aunque el Jurado recibe los textos de a poco desde fines de diciembre, y se intercambian criterios, las sesiones finales ocurren durante esa semana en el Complejo Militar Morro – Cabaña, donde se realiza la Feria.
La Feria Internacional del Libro de Cuba es la mayor fiesta de la cultura en el año, durante diez días arriban visitantes a las viejas murallas de Castillo San Carlos de la Cabaña y otros espacios de La Habana, y luego la celebración sigue por tres semanas a lo largo de Cuba, para cerrar en el extremo oriental de la nación. Hay presentaciones de libros, ventas callejeras, encuentros de editores y de autores, obras de teatro, muestras de cine, a veces hasta el Ballet Nacional de Cuba hace una gala especial -en Cuba somos fanáticos de la danza clásica, que te cuente Carlos Acosta. Durante ese mes se venden más de dos millones de ejemplares de libros, y también se establecen lazos entre sellos de distintos lugares del mundo, pues muchas editoriales reconocen a Cuba como una plaza consumidora de alta calidad y no se detienen por el bloqueo norteamericano.
Las personas interesadas ¿dónde y cómo deben enviar sus trabajos? ¿Qué características deben tener? ¿En qué idiomas pueden presentarse? En caso de dudas, ¿a quién deben dirigirse? Los trabajados vencedores, ¿será publicados posteriormente?
Las personas interesadas deben remitirse al buzón electrónico de nuestra oficina antes del 15 de enero de 2012. El ensayo se remite como archivo adjunto, en formato de procesador de texto estándar: rtf, odt o doc, nunca en PDF. También necesitamos una ficha que incluya: nombre y la dirección actual de quien, o quienes, firman el ensayo, su edad y una breve síntesis biográfica. Todo eso se manda a [email protected] y se espera confirmación por parte de la Oficina del Concurso. Aceptamos textos escritos en inglés, portugués, francés o español -o traducidos a cualquiera de estas lenguas.
Solo hay un Premio, pero el Jurado hará una selección de «Recomendados para publicación». Ahí generalmente se incluyen entre cinco y nueve textos, son los que pujaron por el premio hasta el final o abordan temas tan singulares que no pueden pasarse por alto. Todo ese material -que siempre tiene calidad literaria- se compilará en el noveno volumen de la colección de ensayos Pensar a Contracorriente.
En caso de dudas escriban a la misma oficina [email protected] y pregunten lo que personalmente les inquieta.
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Esto no se trata de ganar, sino de pensar y compartir ideas. Pensar a Contracorriente también apuesta por desarticular el modo en que valoramos nuestros conocimientos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.