Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Está llegando a su fin una investigación que ya dura desde hace seis años, una guía de las diversas sospechas y de la posible acusación contra el Ministro de Relaciones Exteriores de Israel.
En las próximas semanas, salvo circunstancias imprevistas, el fiscal general dictará un auto de procesamiento contra el Ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman. Esto abrirá un nuevo capítulo en una de las más conocidas investigaciones sobre criminales de «cuello blanco» en los últimos años, sobre la cual el Procurador General Yehuda Weinstein retrasó la toma de decisiones durante dos años y medio.
En dos casos anteriores referentes a Lieberman transcurrieron ocho años desde el inicio de las investigaciones de la policía (2000) y la decisión fue de no acusarle (2008). La presente investigación comenzó en 2006. En 2009, la policía envió el archivo con sus conclusiones a la dependencia económica de la Fiscalía General del Estado, con una recomendación de acusar a Lieberman y enjuiciarle. El procurador general de ese momento, Menachem Mazuz, estaba apenas a unos meses de terminar su mandato y decidió en principio enjuiciar a Lieberman por algunos de los supuestos delitos secundarios. Sin embargo, debido a que la fiscalía no presentó su dictamen definitivo sobre los mismos casos antes de que Mazuz dejara el cargo, él no presentó una acusación.
En la víspera de su jubilación, Mazuz dijo en conversaciones privadas que las sospechas sobre Lieberman no son menos graves que las que se refieren al exministro de finanzas Avraham Hirchson, que fue juzgado y condenado, en el año 2009.
Weinstein tomó posesión del cargo de procurador general a comienzos de 2010. Después de pasar meses familiarizándose con el archivo, reunió a un equipo de más de 20 abogados en varias ocasiones para sesiones maratonianas en hoteles, von el fin de estudiar los detalles. Por último, en abril de 2011, Weinstein envió un proyecto de acusación a los abogados de Lieberman, Yaron Kostelitz y Giora Aderet. «Si lieberman renunciara a una audiencia preliminar, yo quisiera presentar esta acusación ante el tribunal sin dudarlo», dijo Weinstein a los fiscales superiores del Estado.
Lieberman, que solía reñir con la fiscalía del Estado, en los últimos tiempos adoptó la estrategia del exministro del gabinete Tzachi Hanegbi (es decir, ningún ataque, anestesiar la arena pública), apostó por una audiencia previa a la acusación. Se considera un fenómeno sin precedentes en términos de su alcance. Hicieron falta tres reuniones, e incluso entonces, en un acontecimiento sin precedentes, los abogados de Lieberman intercambiaron cartas con Weinstein para completar el proceso.
Por comparación, el escándalo de la investigación policial dentro del enmarañado complejo del departamento de Holyland comenzó a finales de 2009. En 2011 los sospechosos fueron invitados a las audiencias, y las actas de acusación contra 16 personas y empresas se presentaron a principios de este año. (Weinstein fue descalificado para ocuparse de este asunto, porque había representado a uno de los sospechosos, el ex Primer Ministro Ehud Olmert).
Hay una versión especulativa según la cual Weinstein tuvo la intención de cerrar el caso Lieberman por falta de pruebas. Según otra, se trabajó en la negociación de un pacto entre Weinstein y los abogados de Lieberman que allanaría el camino para que Lieberman vuelva al centro de la escena política tras una breve pausa. Siguiendo las líneas que Hanegbi anticipó para el regreso a la arena política.
Pero el fiscal general y su personal rechazaron rotundamente este tipo de especulaciones. No hubo ninguna intención de cerrar el caso y tampoco se habló con los abogados de Lieberman acerca de una negociación, dijeron. Más aún, esa opción ni siquiera se había planteado en debates internos en la Oficina del Fiscal del Estado. «No hay nada de verdad en esos informes», dijo Weinstein a su personal.
El procurador general está convencido de que la descripción que figura en el proyecto de acusación es correcta. El Ministro de Relaciones Exteriores es sospechoso de ejecutar una empresa de ámbito internacional mientras que ocupa un cargo público, al tiempo que de «cometer actos de fraude sistemáticos y prolongados contra el público y las instituciones del Estado».
El camino hacia el este
A finales de 1997, Lieberman renunció al cargo de director general de la Oficina del Primer Ministro y fundó una compañía internacional, con sede en Israel, llamada Nativ elHamizraj (camino hacia el este), que fue concebida para operar en Europa oriental, principalmente en el sector de la madera. Una empresa con el mismo nombre se fundó en Chipre. En un corto periodo de tiempo, el hombre que había sido el responsable de la oficina de Benjamín Netanyahu a principios de su mandato como Primer Ministro, se convirtió en un sujeto de una historia de éxito económico. Lieberman ganó unos 3.000 millones de dólares en un negocio de moneda extranjera.
«Es como apostar en el mercado de valores», dijo Lieberman a este reportero en 2003. «Algunas personas se especializan en el yen y otras personas en los francos suizos. Uno comprueba para ver si suben o bajan, y usted hace todo tipo de transacciones financieras».
El modesto moldavo del asentamiento Nokdim de la Ribera Occidental compró un lujoso Volvo S90 nuevo, empezó a fumar cigarros y abrió una espaciosa y lujosa oficina -que se completa con un bar- en la zona industrial de Guivat Shaul, en Jerusalén.
En la primavera de 2001, poco después de ser nombrado Ministro de Infraestructura Nacional (en el gobierno de Ariel Sharon), Lieberman informó a la Oficina de Contralor del Estado de que había vendido su participación en los negocios a su buen amigo Joseph Schuldiner, jefe de la comunidad judía en Amberes. Schuldiner, fallecido en 2006, nombró a un colaborador cercano a Lieberman y antiguo chofer, Igor Schneider, como el signatario autorizado en la sede de la empresa de Chipre. El día después de nombramiento de Lieberman otro de sus confidentes, el procurador Yoav Many, un bufete de abogados chipriota que había manejado las empresas de Lieberman cuando era un individuo privado, que otra empresa, llamada MV, que había sido creada para Lieberman en las Islas Vírgenes Británicas, también había sido transferida al control de Schneider, el antiguo chofer.
Unas semanas después, según la propuesta de acusación, Many y Lieberman fundaron otra empresa en las Islas Vírgenes, que, eventualmente, se denominó Mayflower Capital Premier. Para encubrir a Lieberman del control absoluto sobre la empresa, dicen los fiscales, fue registrada como entregada a otra empresa como fideicomiso que también estaba controlada por Schneider.
Entre 2002 y 2008, un período durante el cual Lieberman ocupó cargos públicos, las diversas empresas registraron ingresos de millones de dólares. Durante el breve período que va de abril de 2003 a junio de 2004, en el que Liberman fue Ministro de Transportes en el gobierno de Sharon, Mayflower tuvo unos ingresos de 4 millones de dólares. La mayoría del dinero se envió a destinatarios que no eran conocidos por los fiscales del Estado.
Once declaraciones juradas tomadas en ocho países (incluyendo Chipre, Rusia y las Islas Vírgenes) no han ayudado a que la Oficina del Fiscal del Estado encuentre las respuestas a una serie de preguntas claves que surgen de las pruebas. Por ejemplo, la fiscalía es incapaz de explicar de quién y por qué se transfirieron 3,5 millones de dólares en el verano de 2003 (el dinero se describió como remuneración por otra transacción) a la cuenta de una de las empresas extranjeras.
En los interrogatorios, los confidentes de Lieberman, y Schneider en particular, señalaron que parte de esa suma se destina a las empresas extranjeras en pago de consultas, de mediaciones o por iniciar operaciones en el sector del vino, de camiones y de azúcar.
La acusación, que era muy escéptica acerca de la capacidad del chofer de Lieberman para ejecutar operaciones de esa magnitud, sospechaba que algunas de esas transacciones eran ficticias. Sin embargo, los fiscales no acusan a Lieberman de soborno, aunque dos de las personas que están detrás de las transferencias de dinero fueron destacados empresarios con intereses en Israel: Martin Schlaff, una de cuyas empresas transfirió 650.000 dólares a la empresa con sede en Chipre y otro es un buen amigo de Lieberman, el empresario Michael Chernoy.
Un «delito» exitoso
En mayo de 2001, se pagaron 500.000 dólares de una empresa controlada por Chernoy a la compañía chipriota MV, y la fiscalía sospecha que está controlada por Lieberman. Unas semanas antes de la transferencia, una investigación encubierta que la policía había llevado a cabo contra Chernoy apareció en los titulares. La investigación, que se centró en la sospecha de fraude en la compra de acciones de la gigantesca compañía de telecomunicaciones Bezeq, produjo una acusación y el enjuiciamiento se encuentra todavía en curso.
Lieberman acudió en ayuda de Chernoy, argumentando que «su único delito fue que tuvo éxito en la vida». Declaró que tiene mayor confianza en Chernoy «que en la integridad de todos los jefes [de la policía] de investigación de todas las ramas juntas».
Lieberman también prestó asistencia a Chernoy en otros asuntos personales, tales como en sus esfuerzos por recuperar su pasaporte israelí. En 1999, el Ministerio del Interior revocó el pasaporte de Chernoy con el argumento de que no pasaba suficiente tiempo en Israel para merecerlo. El Ministerio informó también a Chernoy de que una investigación policial estaba en marcha para determinar si había obtenido el pasaporte fraudulentamente, y por incumplimiento del deber de denunciar su presunta participación en actividades delictivas.
No fue sino hasta 2004 cuando el Ministerio del Interior informó a los abogados de Chernoy de que estaban estudiando despojarlo de su ciudadanía, que aparentemente había sido obtenida por medios fraudulentos. «La policía de Israel tienen información de que usted es responsable de actos de asesinato, intento de asesinato, de violencia y amenazas, que se han cometido a su orden o por personas que fueron contratados por usted, en el contexto de las guerras del aluminio». El ministerio envió una carta a los abogados de Chernoy (refiriéndose a la batalla por el control de la industria del aluminio en Rusia después de la desintegración de la Unión Soviética).
La policía posee transcripciones de conversaciones que se tomaron de forma oculta entre la promotora inmobiliaria de David Appel y Lieberman que sugieren que los dos intentaron solucionar el problema del pasaporte de Chernoy. La fiscalía puede apañarse con una relativamente «suave» interpretación de las relaciones entre Lieberman y Chernoy que enmascara un fuerte conflicto de intereses, de fraude y abuso de confianza.
Se sospecha que la mayoría del dinero que transfirió Chernoy a MV hizo su camino a Chipre a través de la cuenta bancaria de Gersón Trestman, poeta y vecino de Lieberman en Nokdim. Trestman dijo a la policía que el dinero era para una transacción de compra de camiones que planearon junto con Igor Schneider, exchofer de Lieberman. Cuando fue interrogado, sin embargo, a Trestman se le hacía difícil responder a preguntas sencillas acerca de su cuenta bancaria en Chipre, con lo que se fortalece la sospecha de que él también era una marioneta de Lieberman.
Los abogados de Lieberman llegaron a la audiencia preliminar del enjuiciamiento armados con pilas de documentos, que en su opinión contenía una alternativa a los sucesos encarados por Weinstein y la fiscalía. La esencia de su argumento fue que Lieberman estaba desconectado de las empresas extranjeras y no tenía conocimiento acerca de cómo y por qué los millones de dólares fueron inyectados en las empresas de ultramar controladas por su chofer. Además, argumentan, el hecho de que tanto los que transfirieron los fondos como los que los recibieron fueran sus amigos íntimos, es pura coincidencia.
La investigación de Lieberman echó evidencias que dan lugar a la sospecha de que el Ministro de Relaciones Exteriores tomó decisiones importantes acerca de las empresas y se benefició con grandes cantidades de dinero depositadas en ellas por importantes empresarios que también pasaron a ser sus confidentes. La investigación reveló, por ejemplo, que en el verano de 2002, decenas de miles de dólares entraron en la cuenta privada de Lieberman por un intermediario como las cuentas del estudio de abogados que controla sus empresas.
Daniella Mourtzi, jefa del departamento de administración de empresas en el bufete de abogados, dijo a los interrogadores de la policía que había recibido instrucciones del abogado Yoav Many de no mencionar a Lieberman en la correspondencia entre ellos, y tampoco enviar material a Israel. Mourtzi describió a Lieberman como «nuestro cliente común». Los documentos que ella envió a Many incluyen no sólo los informes financieros de las empresas controladas por el chofer, sino también las declaraciones de las cuentas privadas de Lieberman en los bancos de Chipre.
También surgió en la investigación que las empresas ocasionalmente rubricaron servicios personales para Lieberman. A finales de 1998 Lior Tenenbaum, un israelí que reparte su tiempo entre el rico Kfar Shmariahu, al norte de Tel Aviv, y viajes de negocios en repúblicas de la ex Unión Soviética, fue contratado por la compañía de Lieberman Path to the East para crear una empresa en el sector de la madera en Ucrania. En el verano de 2001, dos meses después, Lieberman, según su relato, se desprendió de sus diversos negocios por medio de la venta. 85.000 mil dólares fueron transferidos de una de las compañías de Chipre a la cuenta de la esposa de Tenenbaum.
Schneider alegó en su interrogatorio que Tenenbaum había recibido el dinero como un avance de una transacción futura. Tenenbaum dijo que el dinero era parte de una contabilidad financiera entre él y la compañía Path to the East. Agregó que se hizo el trasladado después de que hablara con Lieberman sobre el asunto.
En el verano de 2001 Andy Boiangiu, un dentista de profesión que en el pasado fue gerente de las empresas de Lieberman, recibió decenas de miles de dólares de una de las empresas controladas por el chofer de Lieberman. Boaingiu declaró en su interrogatorio que el dinero le fue transferido después de una conversación con Lieberman sobre el tema. Según los testimonios recogidos por la policía, Lieberman, años después de que aparentemente se desligara de esas empresas, participó en una reunión sobre la disolución de las dos empresas chipriotas y el traslado de sus actividades a una nueva entidad.
Entre julio de 2004 y abril de 2006, Lieberman nuevamente tomó un descanso de la vida pública y regresó a los negocios. Durante este período, su hija Mijal creó una empresa llamada M.L.1. Tanto ella como el asesor personal de Lieberman, Sharon Shalom, abrieron una cuenta en una sucursal de Jerusalén del Bank Leumi; ambos fueron registrados como sus signatarios autorizados. Ellos también firmaron documentos declarando que la empresa M.L.1 era la única beneficiaria de la cuenta y que ellos tenían la participación mayoritaria en la empresa. En realidad, dicen los fiscales, Avigdor Lieberman es propietario de la empresa y se benefició con los millones de shekels que entraron en su cuenta y se desembolsaron para cubrir gastos diversos tales como un secretario y un chofer, guardias de seguridad, gastos de viajes, alojamiento en hoteles en Israel y gastos de política. Lieberman, su hija y Shalom son sospechados de lavado de dinero en relación con este asunto.
Una de las más sospechosas fuentes de ingresos de M.L.1. es la regularidad en el pago de 65.000 dólares de una empresa controlada por un amigo de la infancia de Lieberman de Moldavia, Daniel Gittenstein. Esas sumas se siguieron ingresando en la cuenta de Mijal Lieberman incluso después de que su padre fuera nombrado Ministro del gabinete en el gobierno de Ehud Olmert.
En uno de sus interrogatorios, Gittenstein alegó que el pago estaba destinado al consejero de Lieberman, Shalom. Sin embargo, según fuentes que estuvieron involucradas en la investigación sobre Lieberman, Shalom no sabe ruso, sus calificaciones son inadecuadas para las necesidades de Gittenstein y durante gran parte del período en el que el dinero ingresaba, Shalom se encontraba trabajando en la industria de los diamantes en África.
Dicho todo esto, la empresa de Mijal Lieberman fue la beneficiaria de 2,8 millones de dólares, de los que 1,2 millones ingresaron a la cuenta compartida mientras Avigdor Lieberman ocupaba cargos públicos. Lieberman, por su parte, sostiene que el dinero que ingresó en la cuenta de su hija, después de su nombramiento como Ministro consistió en pagos adeudados desde el periodo en que fue un empresario privado, pagos que se extendieron a lo largo de años. En la audiencia, los abogados de Lieberman presentaron contratos escritos que, dicen, contradicen las denuncias de los fiscales.
El juego del gato y el ratón
En 2003, cuando era Ministro de Transportes, Lieberman dijo a este reportero que en el pasado recibió de diversas fuentes -entre ellas funcionarios superiores de la policía- muchos detalles sobre los intereses que estaban detrás de las investigaciones contra él. También en este caso, el hombre que a menudo hace llamadas desde teléfonos de otras personas, que pone en tensión a sus más íntimos amigos informándoles de que «la policía está sobre ellos», que avisó a uno de sus abogados de que la gente está revolviendo en su basura, es sospechoso de estar jugando al gato y al ratón con la gente de la policía.
«Él sabe lo que nosotros sabemos», dice una fuente que conoce los pormenores del caso. «Nuestra ventaja en la investigación se alcanzó porque él no sabía exactamente cuán lejos habíamos llegado, y entonces, sus respuestas no eran las adecuadas».
En la primavera de 2007, después del primer interrogatorio de la policía, Lieberman pidió a su secretario en Path of the East que le concertara una reunión con uno de los testigos clave en el caso, el exgerente general de las empresas, Andy Boiangiu. La reunión se programó debidamente, pero en lugar del secretario, Lieberman desenmascaró y cuestionó a Boiangiu por su interrogatorio con la policía.
En este asunto la fiscalía atribuye a Lieberman cohecho de un testigo con el objetivo de «prevenir la exposición de la verdad». Por su parte Lieberman afirma que Boiangiu no estaba en la lista de personas con las que la policía le prohibió hablar después de su primer interrogatorio; en consecuencia, no hay ni siquiera un atisbo de cualquier irregularidad en la reunión.
En octubre de 2008, mientras era Ministro de Asuntos Estratégicos de Olmert, Lieberman viajó a Bielorrusia, donde se reunió con el embajador israelí en ese país, Ze’ev ben-Arié. No mucho antes, la policía israelí pidió a las autoridades bielorrusas permiso para investigar diversas cuestiones relacionadas con el caso Lieberman. Ben-Arié vio la solicitud en su calidad de embajador, e inmediatamente anotó el nombre de la empresa y el número de la cuenta bancaria en la que las autoridades policiales estaban interesadas. En la reunión con Lieberman le habló acerca de la solicitud y le dio una nota con la información. Lieberman la miró y la colocó en su bolsillo.
En marzo de 2009, cuando Lieberman fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Netanyahu, nombró a Ben-Arié asesor sobre su personal político. Más tarde, alentó a Ben-Arié a presentar su candidatura para el cargo de embajador de Israel en Letonia. Lieberman es sospechoso en este contexto de cometer fraude y abuso de confianza.
Recientemente, la acusación firmó un acuerdo negociado con Ben-Arié en el que exembajador fue condenado por obstrucción a la justicia, sobre la base de su confesión. Cumplirá una condena de unos pocos meses, que puede convertirse en trabajo de servicio social. Weinstein autorizó el acuerdo y acordó la pena relativamente leve principalmente debido al espacio de tiempo. El fiscal general ve a Ben-Arié como un «eje» central del caso contra Lieberman.
El chofer talentoso
Nadie que haya estado implicado en el expediente Lieberman, tanto en la policía como en la fiscalía, cree que el Ministro de Relaciones Exteriores realmente se haya desprendido de sus intereses comerciales a nivel mundial. Así como tampoco se ha encontrado a nadie que acepte el cuento del talentoso chofer que fue capaz de entregar millones y obtener enormes pagos de magnates. Las vacilaciones y dificultades de los fiscales, y sobre todo del Procurador General Weinstein, se originan en el temor de que les resultará difícil convertir la evidencia que poseen en una condena.
Durante la investigación, la oficina del procurador Yoav Many confiscó más de 1.000 documentos, docenas de ellos procedentes de proveedores. Según la acusación, los documentos acreditan que Lieberman controlaba las empresas en el exterior, y constituyen un testimonio de su sofisticado método de cometer fraude. Many guardaba silencio en sus interrogatorios policiales y no se espera que testifique sobre el contenido de los documentos ante el tribunal.
Algunos de los documentos más importantes que se decomisaron en la oficina de Many pertenecen a la correspondencia entre él y Daniella Mourtzi, del bufete de abogados de Chipre. El fiscal ve en Mourtzi un testigo significativo del caso, que podría ser capaz de conectar a Lieberman con las empresas extranjeras. Ahora, años después de que ella diera su testimonio a los investigadores, la fiscalía tiene cierta aprensión sobre que Mourtzi no quiera tomar postura contra su cliente de alto nivel.
En las próximas semanas, la Fiscalía del Estado celebrará algunas reuniones más, después de las cuales tomará una decisión definitiva sobre el caso Lieberman. En la actualidad, Weinstein tiene intención de inculpar al Ministro inmediatamente después del receso de verano en los tribunales, tal vez después de cortar algunos trozos del conjunto de la historia.
Las respuestas
Los abogados de Avigdor Lieberman declinaron hacer comentarios sobre este artículo.
El abogado Mija Fetman, que representa a Mijal Lieberman, declaró: «estoy esperando la decisión del procurador general, después de la audiencia».
El abogado del antiguo chofer Igor Schneider, Alon Ron, afirmó que «Schneider no es un hombre importante, pero sí un hombre de negocios que se ha ocupado de cuestiones fuera del país durante muchos años. Cabe señalar que Schneider no es sospechoso hoy en este asunto».
El empresario Michael Chernoy señaló en el pasado que el dinero que se transfiere desde su empresa a la empresa de Lieberman en Chipre fue el producto de una iniciativa empresarial entre su socio, el abogado Todor Batkov e Igor Schneider, y que él mismo nada que ver con la transacción.
Fuente original: http://www.haaretz.com/weekend/week-s-end/will-the-coming-weeks-spell-the-end-of-lieberman-s-career.premium-1.435188