Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Israel teme a la memoria palestina, ya que es la única faceta de su guerra contra el pueblo palestino que no puede controlar por completo.
Un hombre sostiene una bandera palestina frente a la policía israelí durante una protesta que conmemora el 72 aniversario de la «Nakba» o catástrofe: el desarraigo y asesinato de cientos de miles de palestinos durante la creación de Israel en 1948, cerca de la colonia de Rahalim, Nablus, solo para judíos, 15 de mayo de 2020. Majdi Mohammed | AP
El 15 de mayo miles de palestinos en Palestina ocupada y en toda la shatat o diáspora, participaron en la conmemoración del Día de la Nakba, el único evento que une a todos los palestinos, independientemente de sus diferencias políticas o antecedentes.
Durante años las redes sociales han agregado un estrato completamente nuevo a este proceso de conmemoración. #Nakba72, junto con #NakbaDay y #Nakba, han sido tendencia en Twitter durante días. Facebook fue inundado con innumerables historias, videos, imágenes y declaraciones, escritas por palestinos, o en apoyo global del pueblo palestino.
La narrativa dominante de la Nakba sigue siendo, 72 años después de la destrucción de la Palestina histórica a manos de las milicias sionistas, una oportunidad para reafirmar la centralidad del Derecho de Retorno para los refugiados palestinos. Más de 750.000 palestinos sufrieron limpieza étnica y fueron expulsados de sus hogares en Palestina en 1947-1948. Los refugiados sobrevivientes y sus descendientes ahora se estiman en más de cinco millones de personas.
Mientras miles de palestinos se congregaban en las calles y el hashtag de Nakba estaba generando un gran interés en las redes sociales, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, realizó una visita de ocho horas a Israel para discutir la aparente e inminente anexión o robo del Gobierno israelí de casi el 30% de la Cisjordania palestina ocupada.
«El Gobierno israelí decidirá sobre el asunto, exactamente cuándo y cómo hacerlo», dijo Pompeo en una entrevista en la radio israelí Kan Bet, informó el Jerusalem Post.
Es evidente que el Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu tiene la bendición estadounidense para continuar su colonización de Palestina ocupada, afianzar su régimen de apartheid existente y actuar como si los palestinos simplemente no existieran.
La conmemoración de la Nakba y la visita de Pompeo a Israel son una clara representación de la realidad política de Palestina hoy.
Teniendo en cuenta la influencia política masiva de los Estados Unidos, ¿por qué los palestinos insisten en hacer demandas que, de acuerdo con la política general dominante del llamado conflicto palestino-israelí, parecen inalcanzables?
Desde el comienzo del proceso de paz en Oslo a principios de la década de 1990, el liderazgo palestino se ha comprometido con Israel y sus benefactores occidentales en un ejercicio político inútil que, en última instancia, ha empeorado una situación ya terrible. Después de más de 25 años de regateo sobre partes de lo que quedaba de la Palestina histórica, Israel y los Estados Unidos ahora están tramando el final del juego, mientras demonizan a los líderes palestinos que participaron en su farsa política conjunta e inútil.
Curiosamente, el surgimiento y la desaparición del llamado “proceso de paz” no pareció afectar la narrativa colectiva del pueblo palestino, que todavía ve la Nakba, no la ocupación israelí de 1967 y ciertamente no los acuerdos de Oslo, como el punto central en su lucha contra el colonialismo israelí.
Esto se debe a que la memoria colectiva palestina sigue siendo completamente independiente de Oslo y sus muchas claudicaciones. Para los palestinos la memoria es un proceso activo. No es un mecanismo dócil y pasivo de dolor y autocompasión que se puede manipular fácilmente, sino un generador de nuevos significados.
En su influyente libro Nakba: Palestina 1948 y las reclamaciones de la memoria, Ahmad Sa’di y Lila Abu-Lughod escribieron que «la memoria palestina es, en esencia, política».
Esto significa que la conmemoración poderosa y emotiva del 72 aniversario de la Nakba es esencialmente un acto político colectivo y, aunque sea parcialmente inconsciente, una réplica popular y el rechazo del Acuerdo del siglo de Donald Trump, de la polítiquería de Pompeo y del Gobierno de anexión de Netanyahu .
A pesar de las numerosas medidas unilaterales tomadas por Israel para determinar el destino del pueblo palestino, el apoyo ciego e incondicional de los Estados Unidos a Israel y el fracaso incondicional de la Autoridad Palestina para montar cualquier resistencia significativa, los palestinos continúan recordando su historia y entendiendo su realidad basados en sus propias prioridades.
Durante muchos años los palestinos han sido acusados de ser poco realistas, de «nunca perder la oportunidad de perder una oportunidad» e incluso de extremismo, simplemente por insistir en sus derechos históricos en Palestina, tal como están consagrados en el derecho internacional.
Esas voces críticas son partidarias de Israel o simplemente incapaces de entender cómo influye la memoria palestina en la configuración de la política de la gente común, independientemente del liderazgo palestino o del statu quo aparentemente imposible de revertir. Es cierto que ambas trayectorias, la de la realidad política asfixiante y las prioridades de las personas parecen estar en divergencia constante, con poca o ninguna superposición.
Un palestino se enfrenta a la policía israelí durante una protesta que marca el 72 aniversario de la Nakba cerca de Naplusa, 15 de mayo de 2020. Majdi Mohammed | AP
Sin embargo una mirada más cercana es reveladora: cuanto más beligerante se vuelve Israel, más tercamente se aferran los palestinos a su pasado. Hay una razón para esto.
Los palestinos ocupados, oprimidos y confinados en campos de refugiados tienen poco control sobre muchas de las realidades que impactan directamente en sus vidas. Es poco lo que puede hacer un refugiado de Gaza para disuadir a Pompeo de asignar Cisjordania a Israel, o un refugiado palestino de Ein El-Helweh en el Líbano para obligar a la comunidad internacional a hacer cumplir el largamente postergado derecho de retorno.
Pero hay un solo elemento que los palestinos, independientemente de dónde se encuentren, pueden controlar: su memoria colectiva, que sigue siendo el principal motivador de su legendaria firmeza.
Hannah Arendt escribió en 1951 que el totalitarismo es un sistema que, entre otras cosas, prohíbe el dolor y el recuerdo, en un intento de cortar la relación del individuo o del grupo con el pasado continuo.
Durante décadas Israel ha hecho exactamente eso en un intento desesperado de asfixiar la memoria de los palestinos de modo que solo les quede una opción, el autodestructivo proceso de paz.
En marzo de 2011 el Parlamento israelí introdujo la “Ley Nakba”, que autorizó al Ministerio de Finanzas israelí a llevar a cabo medidas financieras contra cualquier institución que conmemore el Día de la Nakba.
Israel teme la memoria palestina, ya que es la única faceta de su guerra contra el pueblo palestino que no puede controlar por completo. Cuanto más trabaja Israel para borrar la memoria colectiva del pueblo palestino, más palestinos se aferran a las llaves de sus hogares y al título de propiedad de sus tierras en su patria perdida.
Nunca puede haber una paz justa en Palestina hasta que las prioridades del pueblo palestino, sus recuerdos y sus aspiraciones, se conviertan en la base de cualquier proceso político entre los israelíes y los palestinos. Todo lo que opera fuera de este paradigma es nulo, ya que nunca anunciará la paz ni infundirá la verdadera justicia. Por eso los palestinos recuerdan, porque, con los años, su memoria ha demostrado ser su mejor arma.
Ramzy Baroud es periodista y editor de The Palestine Chronicle. Es autor de cinco libros. Su último es «Estas cadenas se romperán: historias palestinas de lucha y desafío en las cárceles israelíes» (Clarity Press, Atlanta). El doctor Baroud es investigador principal no residente en el Centro para el Islam y Asuntos Globales (CIGA), Universidad de Estambul Zaim (IZU). Su sitio web es www.ramzybaroud.net
Fuente: https://www.mintpressnews.com/israel-fears-nakba-memory-palestinian-greatest-weapon/267757/
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