Publicado online 26 de marzo 2020 en The Lancet. Traducido por Marwan Pérez para Rebelión.
“La esperanza de mejorar la salud y la calidad de vida de los palestinos existirá hasta que la gente reconozca que las condiciones estructurales y políticas que perduran … son los determinantes claves de la salud de la población [palestina] ”1.
Cuando el mundo está consumido por la propagación de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19), no debe de sorprender que las epidemias (y de hecho, las pandemias) serán desproporcionalmente más violentas para las poblaciones totalmente empobrecidas, que estén bajo ocupación militar, y sometidas a una opresión y discriminación institucionalizadas.2 La violencia estructural arraigada a las injusticias históricas, políticas y sociales determinan los patrones de salud y crean vulnerabilidades que obstaculizan la prevención, la detección, y la respuesta adecuada a brotes de enfermedades contagiosas.
En la Franja de Gaza la convergencia de estas fuerzas en la era de una pandemia mundial tiene el potencial de devastar a una de las poblaciones más vulnerables del mundo2,3. La fragmentación colonial del pueblo palestino y de su sistemas de salud, combinada con la implementación de un marco de desarrollo neoliberal durante las últimas décadas, han creado una profunda dependencia de la ayuda, poniendo la asistencia sanitaria a merced de la cada vez más restrictiva política de los donantes internacionales4,5 . Desde el 2007 Israel ha impuesto un bloqueo paralizante por tierra, mar y aire a los 2 millones de habitantes de la Franja de Gaza, 1.4 millones de los cuales son refugiados 6, sometiéndolos a unas situaciones extremas de hacinamiento en una de las regiones más densamente pobladas.7
Como resultado, la Franja de Gaza enfrenta altos niveles de pobreza, desempleo, inseguridad alimentaria y carece de agua potable 5,8, mientras, el bloqueo interrumpe las cadenas de suministro médico, reduce el movimiento de pacientes y de trabajadores sanitarios, e inhibe gravemente las capacidades para construir y desarrollar el sistema de salud pública9. Las medidas preventivas para la contención del COVID-19 son extremadamente difíciles, ahora que la pandemia ha llegado a la Franja de Gaza.
Mientras los prisioneros en Irán10 y en otros lugares están siendo liberados temporalmente para protegerlos de la propagación de la pandemia, para los palestinos, viviendo en lo que se describe como la mayor prisión al aire libre del mundo11 no hay ningún lugar adonde ir— a menos que, por supuesto, se le conceda su derecho legal y moral al retorno.12
Guiados por nuestros valores morales y obligaciones profesionales, la comunidad internacional debe actuar ahora para terminar con la violencia estructural, y confrontar a las fuerzas históricas y políticas que perpetúan una realidad cíclica, violenta y mutable para el pueblo palestino.13
La pandemia del COVID-19, que paraliza aún más la atención médica de la Franja de Gaza, no puede verse como un fenómeno biomédico inevitable y experimentado igualmente en la población mundial, sino como una injusticia biosocial prevenible y arraigada por décadas de opresión israelí y complicidad internacional-, en la lucha por la salud, los derechos fundamentales, y la autodeterminación del pueblo palestino.
*David Mills, Boston Children’s Hospital, Boston, MA 02115, USA (DM)
Bram Wispelwey, Harvard Medical School, Boston, MA, USA
Rania Muhareb, Brigham and Women’s Hospital, Boston, MA, USA (BW)
Mads Gilbert, Al-Haq, occupied Palestinian territory (RM), University Hospital of North Norway, Tromsø, Norway (MG); and The Arctic University of Norway, Tromsø, Norway (MG)
Notas
1 Giacaman R, Khatib R, Shabaneh L, et al. Health status and health services in the occupied Palestinian territory. Lancet 2009; 373: 837–49.
2 Farmer PE, Nizeye B, Stulac S, Keshavjee S. Structural Violence and clinical medicine. Plots Med 2006; 3: e449.
3 Walton D. Coronavirus will disproportionately affect the poor & vulnerable. Feb 28, 2020. https://medium.com/build-health-international/coronavirus-will-disproportionately-affect-the-poor-vulnerable- 76606f9a9eb2 (accessed March 11, 2020).
4 Dana T. Palestinian civil society: what went wrong? April 14, 2013. https://al-shabaka.org/briefs/palestinian-civil-society-what-went-wrong/ (accessed March 10, 2020).
5 Bellisari A. Public health and the water crisis in the occupied Palestinian territories. J Palestine Studies 1994; 23: 52–63.
6 Human Rights Council. Report of the detailed findings of the Independent International Commission of Inquiry on the Protests in the occupied Palestinian territory. March 18, 2019. https://www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/RegularSessions/Session40/Documents/A_ HRC_40_74_CRP2.pdf (accessed March 11, 2020).
7 United Nations Country Team in the occupied Palestinian territory. Gaza ten years later. July, 2017. https://unsco.unmissions.org/sites/default/files/gaza_10_years_later_11_ july_2017.pdf . (accessed March 15, 2020).
8 Efron S, Fischbach JR, Blum I, Karimov RI, Moore M. The public health impacts of Gaza’s water crisis: analysis and policy options. Santa Monica, CA: RAND Corporation, 2018.
9 WHO. Right to health in the occupied Palestinian territory: 2018. Oct 9, 2019. https://reliefweb.int/report/occupied-palestinian-territory/who-right-health-occupied-palestinian-territory-2018 (accessed March 23, 2020).
10 Hafezi P. Iran temporarily frees 85 000 from jail, including political prisoners, amid coronavirus. March 17, 2020. https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-iran-prisoners/iran-temporarily-frees-85000-%20from-jail-including-political-prisoners-amid-coronavirus-idUSKBN21410M (accessed March 17, 2020).
11 Høvring R. Gaza: the world’s largest open-air prison. April 26, 2018. https://www.nrc.no/news/2018/april/gaza-the-worlds-largest-open-air-prison/ (accessed March 17, 2020).
12 UN General Assembly. Resolution 194 (III). Palestine – Progress Report of the United Nations Mediator. Dec 11, 1948. https://www.refworld.org/Docid/4fe2e5672.html (accessed March 17, 2020).
13 Mills D, Gilbert M, Wispelwey B. Gaza’s great march of return: humanitarian emergency and the silence of international health professionals. BMJ Glob Health 2019; 4: e001673.