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La resistencia de los «tepesianos»

Fuentes: Rebelión

La mayoría de inmigrantes que participan en la protesta pacífica realizada en la capital de Estados Unidos, posee el Estatus de Protección Temporal, conocido por sus siglas en inglés, TPS.

Es febrero de 2022 y las bajas temperaturas en Washington DC, congelan todo en su exterior, puesto que es uno de los meses más fríos, en el duro invierno del norte de los Estados Unidos de América.

Frente a la Casa Blanca, están varios movimientos sociales pro- Derechos Humanos de Inmigrantes, quienes han viajado de diferentes estados de la nación norteamericana para plantarse ahí, desde tempranas horas de la mañana, soportando las gélidas temperaturas bajo cero.

La mayoría de inmigrantes que están participando en la protesta pacífica, están amparados bajo el Estatus de Protección Temporal, conocido por sus siglas en inglés, TPS.

Según el sitio oficial de la política migratoria de EE.UU., este es un beneficio migratorio temporal que estableció el gobierno para las personas de ciertas nacionalidades que no pueden regresar a sus países de origen de forma segura, ya sea por un conflicto armado en curso, un desastre natural y otras condiciones extraordinarias de carácter temporal.

Este estatus migratorio nació después de los desastres naturales que ocasionó el huracán Mitch en 1998 y cuyos países más afectados fueron: Guatemala, El Salvador, Honduras y el norte de Nicaragua.

Desde entonces, una fuerte población de centroamericanos emigró hacia los Estados Unidos en busca de trabajo, puesto que habían perdido todas sus pertenencias después del embate del ciclón.

Para marzo de 2022 aproximadamente 354.625 ciudadanos extranjeros de 12 países estaban protegidos por el TPS. Una mayoría de beneficiarios provienen de El Salvador, seguido por Honduras, Haití y Venezuela, según datos del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés).

Pero, volviendo a la masiva protesta en la Casa Blanca, Una leve capa de nieve comienza a caer, mientras los “tepesianos” como son conocidos los centroamericanos que gozan del TPS, gritan por una residencia permanente en los Estados Unidos.

El actual estatus que gozan los “tepesianos”, es temporal y cada año están obligados a renovar su estatus legal a través del TPS, para seguir llevando una vida normal, dentro de la nación norteamericana.

El discurso de uno de los líderes de los movimientos sociales de inmigrantes, describe que pagan impuestos como cualquier ciudadano estadounidense y trabajan en su mayoría en la rama de la construcción, por lo que son una obra de mano calificada en ese rubro, sin embargo, por el hecho de poseer un estatus temporal, no poseen todos los derechos que normalmente un obrero disfruta en EE.UU.

Las temperaturas siguen descendiendo en la capital estadounidense, estar de pie y con pancarta en mano, frente a la Casa Blanca, protestando de forma pacífica, se torna todo un reto de combate contra las frías temperaturas que hacen incrementar el grosor de la nieve, no obstante, los centroamericanos resisten y mantienen su grito de lucha vigente.

Para uno de los miembros del TPS, la política migratoria en EE.UU. no está a favor de ellos, ya que las limitaciones que tienen para llevar una vida normal dentro de este país, son restringidas. Este hecho los hace mantenerse en una clase económica baja, en comparación con el resto de las comunidades inmigrantes que trabajan en el país.

Las protestas pacíficas son continuas y creativas, van desde hacer un recorrido en bus por todo el territorio de los Estados Unidos, con el lema de “Migrantes por una residencia permanente”, sin embargo, estos valientes esfuerzos no hacen mella en cada administración gubernamental, quienes sólo plantean dar largas a este asunto.

El pertenecer a una clase baja económica en los Estados Unidos es una limitación para obtener buenos créditos bancarios, acceso a la salud, a la educación superior y a obtener una vivienda propia, entre otras variables que dignifican el estilo de vida.

Algunos dirigentes de este movimiento social de inmigrantes, son del criterio que, para acceder con mayor facilidad al sistema financiero de los Estados Unidos, es necesario pertenecer a la jerarquía racial que define el porcentaje monetario, que puede obtener cada ciudadano, según su estatus migratorio o “color de piel”.

Pese a que EE.UU. es un país que está poblado por una fuerte diversidad de culturas internacionales, en el imaginario colectivo de gran parte de los ciudadanos de origen anglosajón, aún persiste la cosmovisión de la supremacía blanca, cuyo decreto místico fue definido por la divina providencia.

Esta variable mística de poder, es solo un elemento social que influye en la guerra racial que a diario se vive en este país, sin embargo, la gran comunidad latinoamericana en Estados Unidos, lucha contra este pensamiento fascista y lo demuestra al tener una de las clases trabajadoras más emblemáticas y que más aportan a la economía estadounidense.

La clase trabajadora latinoamericana sigue siendo uno de los brazos económicos de gran parte de los países de la región, reflejándose en el fuerte aporte económico que proporcionan al producto interno bruto PIB, de cada nación latina, debido al fuerte envío de remesas que efectúan.

Según el medio de comunicación digital https://es.statista.com hasta septiembre de 2022 México se posicionó como el país que recibió remesas personales por mayor valor en América Latina y el Caribe en 2020, con un valor de 42.880 millones de dólares estadounidenses. Seguido por Guatemala y República Dominicana con valores de 11.400 y 8.330 millones de dólares respectivamente.

Sin embargo, esta variable económica tiende a debilitarse para los que son beneficiarios con el TPS, ya que sí el gobierno de EE.UU. decide no renovar más el TPS, existe una fuerte probabilidad de una masiva deportación de los “tepesianos” a sus países de origen.

El control migratorio en los Estados de Virginia o Maryland al norte de los Estados Unidos, es un fuerte dispositivo de poder contra los inmigrantes sin documentos, y se hace a través de la policía o ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), conocida coloquialmente como el “ICE”.

La misión del “ICE” es encarcelar a las personas inmigrantes que no cuentan con un estatus legal, dentro de los EUA y la experiencia de muchos latinoamericanos ha sido aterradora y la describen como violatoria a los derechos humanos.

Estos son algunos de los conflictos que atraviesa la política migratoria dentro de EE.UU. y cuya conversación, es el diario vivir de los migrantes que buscan regular su estatus legal.

Por tal motivo, los movimientos sociales de los inmigrantes luchan incansablemente para que sus estatus de protección temporal, pase hacer una residencia permanente o ciudadanía, puesto que tienen más de dos décadas viviendo y aportando a la economía de EE.UU.

De ser deportados, los inmigrantes que gozan del TPS, perderían casas, autos, herramientas de trabajo, negocios personales, separación de familias, entre otros patrimonios que han forjado, con el esfuerzo de más de veinte años de resistir a los duros trabajos, que en su mayoría realizan los latinoamericanos.

Mientras la nieve cubre todo a su alrededor en la Casa Blanca, los “tepesianos” calientan ese gélido ambiente, con la luz de resistencia internacionalista obrera.

Ronnie Huete-Salgado es licenciado en periodismo con Maestría en Cooperación al Desarrollo y elaboración de proyectos y posee estudios de sociología. Estuvo exiliado durante cinco años en los Estados Unidos de América y ha vivido en Europa y Sudamérica.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.