Según la UNESCO, al menos 22 sitios de interés histórico y cultural han sufrido daños por la guerra, incluidos el yacimiento arqueológico del primer puerto marítimo conocido de Gaza y uno de los monasterios más antiguos de toda la región.
La mezquita Omari, con sus muros destruidos y su minarete cercenado, sigue en pie, pero muy dañada. El casco antiguo de la Ciudad de Gaza también está en ruinas. La mezquita del siglo VII, conocida como la Gran Mezquita de Gaza, era la más célebre de la Franja y sus alrededores representaban un importante enclave histórico y cultural.
Tras meses de intensos bombardeos, la mezquita ha sufrido considerables daños. El mismo nivel de destrucción se extiende por toda la ciudad. Para los pocos palestinos que todavía resisten y para un número mucho mayor de desplazados que esperan regresar a la principal urbe de la Franja, la cultura y la historia han quedado reducidas a recuerdos.
“La ciudad se ha convertido en un pueblo fantasma, los habitantes deambulan con el rostro pálido y el ánimo cansado tras muchos días de guerra. Si paseas por el casco antiguo de Gaza, todo está destruido y sólo te quedan los recuerdos; te sentirás abatido y triste por el nivel de destrucción de lugares culturales y religiosos”, declara Bader Alzaharna, que sigue viviendo en la Ciudad de Gaza a pesar de la intensidad de los ataques del Ejército israelí y la presencia de las tropas de tierra. “El casco antiguo de [la Ciudad de] Gaza, que solía estar lleno de lugares de interés cultural, está gris y nublado. Caminar por Gaza es como estar en una película, en un relato de ficción, en una fantasía. La escena es apocalíptica”, explica.
La Unesco, el organismo de Naciones Unidas dedicado a salvaguardar la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación e información, ha confirmado daños en al menos 22 sitios de interés histórico y cultural, entre ellos mezquitas, iglesias, palacios, archivos y el yacimiento arqueológico de Anthedon Harbour, el primer puerto marítimo conocido de Gaza. El organismo señala que ha recibido avisos de daños en otros lugares, pero que no ha podido verificarlos a través de imágenes de satélite, debido a la imposibilidad de evaluar los destrozos sobre el terreno por el conflicto.
Cementerios históricos dañados
Según un reciente informe del Ministerio de Cultura palestino sobre los daños causados por Israel al patrimonio gazatí, los bombardeos israelíes sobre la Franja han destruido 207 edificios de importancia cultural o histórica, 144 de ellos en el casco antiguo de la Ciudad de Gaza y 25 en lugares religiosos. Los daños también han afectado a un antiguo cementerio romano y al cementerio de guerra de la Commonwealth, donde están enterrados más de 3.000 soldados británicos y de la Commonwealth que murieron durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
La Unesco ha alertado de que hay más lugares en riesgo de sufrir daños, entre ellos uno de los monasterios cristianos más antiguos de la región, el complejo de San Hilarión, que aún no ha sufrido daños pero se encuentra en una zona de intensos combates, según la organización. En un comunicado, señala su “profunda preocupación por el impacto de los combates en curso sobre el patrimonio cultural”. “Si bien es correcto dar prioridad a la situación humanitaria, también debe tenerse en cuenta la protección del patrimonio cultural en todas sus formas”, destaca la UNESCO.
Wissam Nassar, fotógrafo que ha cubierto varias guerras en Gaza y que también ha documentado su cultura, afirma que los daños sufridos por la mezquita de Omari y sus alrededores le han afectado personalmente por todo el tiempo que ha pasado allí. “Esta mezquita ocupa un lugar especial en el corazón de todos los palestinos de Gaza, ya que era un punto de reunión durante el [mes sagrado musulmán de] Ramadán y un lugar de culto y lectura del Corán”. Además, “como fotógrafo, tiene un significado especial para mí, ya que he capturado muchos momentos y recuerdos dentro de esta mezquita”.
Nassar, que ahora vive en Canadá, ha explicado que recuerda haber visitado el casco antiguo, incluidos los baños turcos ahora destruidos, como fotógrafo y a título personal. Añade que los daños causados a lugares cristianos, como el complejo de la iglesia ortodoxa de San Porfirio, cerca de la mezquita de Omari, dañan la diversidad de Gaza. “Como fotógrafo cargaré con la tristeza durante toda mi vida, porque estos edificios históricos son difíciles de restaurar, y su pérdida es irremplazable”.
Matar el patrimonio cultural
“Los recordaré en todo momento, ya que tenemos miles de recuerdos dentro de estos lugares. Sin embargo, la mayor tristeza la sentiré cuando mire las fotos que tomé dentro de estos sitios arqueológicos”, admite. “Por desgracia, Israel ha destruido todo lo bello que había en Gaza. Israel pretendía destruir no sólo personas, sino también piedras, infraestructuras y edificios históricos, queriendo erradicar la vida humana y el patrimonio cultural”.
La demanda presentada por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia –que llevó al tribunal a ordenar a Israel “tomar todas las medidas que están en su poder para evitar actos” genocidas– incluía la afirmación de que Israel ha atacado el patrimonio cultural en su ofensiva contra Gaza. También acusaba a Israel de destruir museos y centros culturales modernos y de amenazar el “potencial cultural” de la Franja con daños a escuelas y el asesinato de periodistas, profesores e intelectuales.
En este sentido, Isber Sabrine, director de la ONG Heritage for Peace, ha afirmado que los daños causados al patrimonio de Gaza serán duraderos y van mucho más allá de lo meramente material. En su opinión, los daños causados a los lugares religiosos afectarán a la vida social de musulmanes y cristianos, y su rehabilitación llevará mucho tiempo.
“La destrucción del patrimonio en Gaza es también la destrucción de las tradiciones, es también la destrucción de sus hábitos, de su cultura”, lamenta Sabrine. “Es una enorme destrucción del patrimonio con el propósito de alejar intencionadamente a la población de Gaza de su tierra. Es importante conservar y restaurar. Cuando acabe la guerra habrá que hacer una evaluación de todo el patrimonio destruido”.