La Unión Europea (UE) sigue exportando armas a Israel y proporcionando financiación a diversas entidades israelíes.
Han pasado nueve meses desde el inicio de la guerra genocida de Israel contra Gaza, que ha matado a más de 38.000 personas palestinas, herido a más de 86.000 y desplazado a más de 1,9 millones. A pesar de las frecuentes palabras de condena, los líderes europeos han hecho poco para detenerlo. Peor aún, muchos países europeos siguen apoyando a Israel económica y militarmente.
Dado que se considera a Estados Unidos el mayor patrocinador de la maquinaria de guerra israelí, es fácil descartar el apoyo europeo. Sin embargo, un análisis más detallado del alcance de la ayuda financiera y militar europea a Israel deja al descubierto la complicidad de la UE en el continuo genocidio en Gaza y en diversas atrocidades en la Cisjordania ocupada.
Suministro de armas utilizadas para el genocidio
La UE es el segundo mayor proveedor de armas a Israel, después de Estados Unidos. Según cifras de la base de datos COARM del Servicio Europeo de Acción Exterior, entre 2018 y 2022 los Estados miembros de la UE vendieron armas a Israel por valor de 1.760 millones de euros (1.900 millones de dólares).
Las armas han seguido fluyendo de los países de la UE a Israel, incluso después de que la Corte Internacional de Justicia dictaminara en enero que era plausible que el ejército israelí estuviera cometiendo un genocidio. La UE cuenta con un sistema para aplicar embargos de armas, pero se ha negado a aplicarlos a Israel, lo que ha obligado a los Estados miembros a aplicar medidas bajo la presión de la sociedad civil, pero lentamente, con escasa voluntad política y muy por debajo de lo que se requiere.
Algunos países de la UE, como Italia, los Países Bajos, España y la región belga de Valonia, han anunciado que suspenderán las transferencias de armas a Israel, pero algunas de estas declaraciones no han ido seguidas de acciones concretas oportunas o, cuando lo fueron, se limitaron a suspensiones temporales o parciales de las transferencias de armas, que distaron mucho de ser un embargo total de armas a Israel.
Según el SIPRI, Alemania es, con diferencia, el mayor proveedor europeo de armas a Israel, ya que proporció el 30% de sus armas entre 2019 y 2023. Las exportaciones se multiplicaron por diez el año pasado, de 32,3 millones de euros (35 millones de dólares) a 326,5 millones de euros (354 millones de dólares), y la mayoría de las licencias se concedieron después del 7 de octubre.
Según datos de la UE, entre 2018 y 2022 hubo otros grandes proveedores europeos a Israel. Entre ellos, Rumanía, que emitió licencias de exportación por valor de 314,9 millones de euros, Italia, con 90,30 millones de euros (98 millones de dólares), República Checa, con 81,55 millones de euros (88,3 millones de dólares) y España, con 62,9 millones de euros (68,1 millones de dólares). La UE aún no ha publicado los datos sobre las transferencias de armas del 2023.
Más allá de suministrar armas directamente a Israel, frecuentemente la UE las exporta a través de Estados Unidos. Aunque las exportaciones de armas están sujetas a acuerdos de usuario final [N. del t.: acuerdo que define los derechos y las limitaciones de uso por parte del usuario final], Estados Unidos se niega a cumplir con esta estipulación y los países de la UE no la aplican. Esto hace imposible hacer un seguimiento de la magnitud total de las armas y de las componentes que la UE exporta a Estados Unidos, y que terminan en el sistema armamentístico enviado a Israel.
Sin embargo, lo que sabemos de las exportaciones militares de la UE a Israel es que pueden estar directamente relacionadas con el genocidio de Gaza. Los tanques israelíes Merkava, que operan en Gaza desde que comenzó la invasión terrestre a finales de octubre, utilizan componentes de motor fabricados por la empresa alemana MTU (filial de Rolls Royce); las corbetas Sa’ar – buques de guerra- son construidos por la empresa alemana ThyssenKrupp Marine Systems, y han estado muy activas en las aguas que rodean la franja asediada.
La empresa británica BAE Systems, junto con la empresa alemana Rheinmetall, fabrica obuses autopropulsados M109 que se han utilizado para bombardear zonas densamente pobladas de Gaza. Amnistía Internacional ha encontrado pruebas de que estas armas de artillería también utilizaban municiones de fósforo blanco, que pueden quemar la piel hasta los huesos y causar disfunción orgánica; su uso en zonas civiles está restringido por el derecho internacional.
Los aviones de combate F-35 de fabricación estadounidense se utilizan para bombardear Gaza, y dependen de componentes europeos; al menos el 25% de las piezas de repuesto se exportan directamente desde Europa a Israel. Solo los Países Bajos han impuesto restricciones a estas medidas tras un caso judicial presentado por organizaciones de la sociedad civil, que se ganó en la fase de apelación.
Dinero público europeo para armas israelíes
Los países europeos no solo exportan armas a Israel en medio del cada vez mayor consenso internacional de que Israel está llevando a cabo un genocidio en Gaza, sino que también están gastando dinero público para apoyar a los fabricantes productores de dichas armas.
Una reciente investigación realizada por el Transnational Institute y Stop Wapenhandel revela que el dinero de los contribuyentes europeos, una cantidad de 426 millones de euros (461,7 millones de dólares), está financiando actualmente a las empresas que arman a Israel.
La empresa alemana Rheinmetall, que envía proyectiles de tanques a Israel, ha recibido más de 169 millones de euros (183 millones de dólares), mientras que la empresa finlandesa-noruega Nammo, cuyos lanzacohetes disparados desde el hombro o «revienta búnkeres» exportan a Israel, ha recibido más de 123 millones de euros (133 millones de dólares). Otros beneficiarios son Leonardo, ThyssenKrupp, Rolls Royce, BAE Systems y Renk.
El dinero público europeo también se destina a financiar proyectos de seguridad y defensa que benefician a la maquinaria de guerra de Israel. Desde 2008, 84 entidades israelíes han recibido 69,39 millones de euros (75 millones de dólares) de un total de 132 proyectos de seguridad. El Ministerio de Seguridad Nacional israelí ha participado en la mayoría de los proyectos de seguridad financiados por la UE, a pesar de haber violado sistemáticamente los derechos humanos de la población palestina durante décadas.
Además, gran parte del conocimiento utilizado para el desarrollo de las herramientas digitales desplegadas en la actual guerra de Israel en Gaza, probablemente proceda de la investigación universitaria financiada por la UE.
Desde el 7 de octubre la UE ha concedido 126 millones de euros (136,5 millones de dólares) para financiar 130 proyectos de investigación en los que participan entidades israelíes. De estos proyectos, dos están proporcionando un total de 640.000 euros (693.000 dólares) a la empresa armamentística Israel Aerospace Industries. En los años anteriores al 7 de octubre de 2023, las entidades israelíes recibieron 503 millones de euros (545 millones de dólares) en el marco de Horizonte Europa (2021-2023).
Además, los países de la UE han estado gastando el dinero de los contribuyentes en armas israelíes durante décadas, apoyando así a su complejo militar-industrial. Israel se encuentra entre los 10 principales exportadores de armas del mundo y aproximadamente el 25% de sus exportaciones están destinadas a países europeos.
Las empresas israelíes comercializan regularmente sus productos como «probados en combate», una estrategia que es legitimada por los países de la UE cuando hacen negocios con ellos. Los drones son, con diferencia, el producto más popular y la agencia de guardia fronteriza de la UE, Frontex, los alquila a Elbit e Israel Aerospace Industries (IAI) para vuelos de vigilancia sobre el mar Mediterráneo.
Los países de la UE han seguido participando con empresas armamentísticas israelíes después del 7 de octubre. Si bien hubo un intento por parte de Francia de prohibir a las empresas israelíes la entrada a la feria de armas Eurosatory, el fallo judicial fue finalmente revocado en un tribunal de París y se concedió permiso a las entidades israelíes para asistir.
El hecho de que el dinero público europeo se esté canalizando a empresas armamentísticas y otras entidades implicadas en el ataque de Israel en Gaza significa que efectivamente la UE está financiando un genocidio.
A pesar de todo su discurso sobre los derechos humanos y el Estado de derecho, la UE ha fracasado a la hora de responder a la guerra genocida de Israel contra Gaza, con lo que su credibilidad y legitimidad queda por los suelos. No es demasiado tarde para revertir algunos de los daños imponiendo un embargo de armas a Israel y deteniendo el flujo de armas estadounidenses que transitan por Europa hacia el régimen genocida. De lo contrario y en particular a la luz de la sentencia provisional de la CIJ sobre la plausibilidad del genocidio, la UE y sus Estados miembros pueden convertirse en cómplices de él.
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