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Gaza… año nuevo, vieja barbarie

Fuentes: Rebelión

Han transcurrido 477 días desde que Israel inició la “penúltima” guerra contra la franja de Gaza, territorio de 360 km2, donde residían antes de la guerra algo más de dos millones de personas. Para que ustedes puedan comparar, digamos que Murcia tenía en 2020 una extensión de 880 km2. Es decir: Israel libra una guerra en un territorio equivalente a menos de la mitad de la superficie que cubre la ciudad de Murcia. Datos… más datos; En este lapso, Israel ha destruido hospitales, escuelas y universidades, mezquitas, edificios públicos, servicios de alcantarillado, agua potable y electricidad, una enorme cantidad de edificios, además de haber bloqueado las fuentes de ingreso de alimentos y medicamentos y, sin embargo, no ha sido capaz de acabar con, digamos, 10.000, 20.000, 30.000 combatientes de Hamas. Se trata sin la menor duda del más grande y cruel genocidio practicado en el mundo, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno de Israel ha llevado a cabo este crimen con la plena complicidad del mundo occidental, en especial de EEUU, que no ha cesado de suministrarle toda clase de armamentos y medios de guerra.

Mientras insisto, Israel ha desarrollado un sofisticado mecanismo de detección de personas consideradas enemigas. Es el sistema llamado Pegasus[1], mediante el cual pueden lanzar un proyectil aéreo a largas distancias, con altas posibilidades de acertar a una persona considerada enemiga. Pero como en Gaza predomina solamente la edificación en altura, resulta que, junto con ultimar el blanco deseado, asesinan a decenas o centenares de víctimas inocentes que residen en el mismo edificio, los conocidos eufemísticamente como efectos colaterales. Y es que nunca antes, en guerra alguna, ha muerto tal cantidad de niños, mujeres y ancianos. ¿qué nos queda?… Como ha señalado la periodista Nesrine Malik, “Hay una simplicidad universal en el conflicto (Israel-Palestina) que trasciende la ideología política: el derecho humano fundamental a la plena condición de nación, a vivir en tu casa con seguridad y dignidad.” En línea el también periodista Ta-Nehisi Coates, en su visita a los territorios ocupados reveló lo “sencillo que es en realidad… comprender la moralidad-básica de mantener a un pueblo en una situación en la que no tiene derechos básicos.”

A estas alturas, no es descabellado afirmar que el occidente moderno ha fracasado estrepitosamente en Gaza. El incumplimiento colectivo por parte de la UE del derecho Internacional y de sus propios compromisos en materia de derechos humanos en Gaza ha hundido ya no sólo la credibilidad de esta, sino que nos ha sumido en una inacción de imposibilidad y paralización que podría justificar, justifica cualquier respuesta por parte del “otro”-“otros”. ¿Somos conscientes, de dichas justificaciones, fundamentaciones? Y es que, léase ahora, o mejor escrito, entiéndase que ahora se da si cabe una explicación a como los países europeos se encuentran algo incómodos y especialmente tensos en su relación con sus ciudadanos musulmanes y es que la agenda antirracista de la UE, adoptada a raíz del movimiento BLM en 2020, prometía promover un relato equilibrado sobre los musulmanes y el Islam. Pero elude la cuestión más controvertida de que se identifique a los musulmanes con el terrorismo. No se me ocurre otra que a menos que se produzca un alto el fuego inmediato, poniendo fin a la devastación de la Franja por parte de Israel y se acabe de igual manera con la consiguiente expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, incluido el retroceso y devolución de los mismos en base a los acuerdos ONU (pre-Estado actual), solo puedo decir que conmigo no cuentan y auguro que somos más los que mostramos ese desazón, tristeza y distopía de unos Gobiernos Occidentales que brillan por su ausencia y para los que siguen apoyando la justicia y por ende en solidaridad con Palestina espero les sirva y las hagan suyas las palabras del escritor indio Ranjit Hoskote Pues en un mundo de conexiones globales… “Gaza nunca está lejos. Gaza está en el aire que respiramos. Gaza está hoy en nuestros corazones, Gaza está en todas partes”.


[1] :Pegasus es un potente instrumento de espionaje y vigilancia masiva que ha sido utilizado para intentar silenciar a periodistas, atacar activistas, o perseguir a la disidencia. Leal, Sionismo. La ideología que extermina.Pg.112.

José Turpín Saorín, Antropólogo.

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