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Palestina, la tragedia del genocidio y la ausencia de la tierra

Fuentes: Rebelión

Lo reiteramos: Israel ha desatado todos los infiernos de la tierra sobre Gaza: la guerra ha hecho inhabitable la Franja, ha usado el hambre como arma de guerra, utiliza la humillación nacional como arma psicológica, profundiza la segregación, la limpieza étnica y el vaciamiento, masifica la muerte y la enfermedad, y profundiza el despojo de su tierra, todas las tragedias de la historia humana han sido materializadas en la cotidianidad de los cuerpos y vidas de los gazaties. Los palestinos bien podrían reinterpretar la frase de Publio Terencio y decir, “soy palestino, ninguna de las tragedias humanas me es ajena”

Israel es uno de los 20 países con mayor financiamiento militar del mundo. En 2024 el ente ocupante sionista gastó 24 mil 500 millones de dólares para mantener y equipar su ejército (Fuerza de Defensa Israelí) el cual cuenta con aproximadamente 170 mil efectivos. Este monto representó un 68 por ciento más que lo destinado en el año de 2023. Además, desde el 7 de octubre de ese mismo año, Estados Unidos ha destinado para ayuda militar directa a Tel Aviv de más de 12 mil 500 millones de dólares. En contraste, Palestina no cuenta con ejército regular ni fuerzas armadas.

El sionismo, Israel, ha convertido a Gaza en polvo y cenizas, un desierto de escombros y ruinas para hacerla inhabitable. El ente ocupante de Israel ha desmantelado cualquier posibilidad de habitabilidad de Gaza, para desmoronar física, moral e intelectualmente la humanidad de los palestinos. Israel ha puesto un bloqueo total de alimentos, agua y servicios vitales sobre Gaza, ha destruido la infraestructura hospitalaria y de sanidad. Más de 2 millones de gazaties sufren un gueto sin agua, comida, energía eléctrica, medicamentos u hospitales. 

Dice el rabino sionista Ronen Shaulov: “todos los niños y cada niño de Gaza deberían morir de hambre. Es una vergüenza que la gente de Israel hable de niños hambrientos… Un odiador de Israel tiene piedad de los futuros terroristas, aunque por ahora sean niños, espero estén hambrientos, espero que se mueran de hambre.” El sionismo ha usado el hambre como arma de guerra y, por si fuera poco, las fuerzas de ocupación colonial de Israel disparan a matar a niños o civiles hambrientos cuando buscan comida y el mundo es testigo de este horror. 

Israel utiliza la humillación nacional como arma psicológica contra los palestinos. Los soldados sionistas exhiben sin tregua a los civiles palestinos detenidos desnudos, también difunden por todos los medios como destruyen los hogares palestinos. Los colonos israelís hacen filas para observar gustosos la destrucción y el asesinato en masa de los gazaties. Para completar este acto de desprecio contra un pueblo, el ministro israelí de Vivienda, Uri Arie, amenaza con destruir la Mezquita al-Aqsa y el Haram al-Sharif, símbolos de la religiosidad palestina. 

Bezalel Smotrich, titular de Finanzas del ente ocupante israelí, señaló: “ocuparemos totalmente la Franja de Gaza”; y el 8 de agosto de 2025 el gobierno de Benjamín Netanyahu ratificó la ocupación militar y total de la Franja. Por su parte Donald Trump lanza la siguiente advertencia: “seremos dueños de Gaza”, y exige que el pueblo palestino abandone su tierra para poder convertirlo en un centro turístico. 

Las fuerzas armadas de ocupación colonial israelí mantienen un bombardeo continuo por 22 meses contra personas encarceladas en el Gueto de Gaza, que no tienen a donde ir o a dónde escapar. Desde 2007, Israel ha impuesto un bloqueo total sobre la Franja convirtiéndola en la mayor cárcel del mundo. Es incuestionable que las pretensiones sionistas son construir un apartheid y con el encierro, perpetrar una limpieza étnica y vaciamiento total. 

Desde octubre de 2023, el ente ocupante de Israel ha intensificado el exterminio del pueblo palestino. Más de 65 mil asesinados por Israel, 18 mil de ellos eran niños y niñas, y 28 mil mujeres y niñas; más de tres mil niños más han sufrido algún tipo de amputación, 13 mil personas desaparecidas o bajo los escombros. La Organización Mundial de la Salud reporta que, para agosto de 2025, en Gaza hay brotes de enfermedades infecciosas como meningitis, además de 71 mil niños menores de 5 años con malnutrición.

Dicen los medios de comunicación que pretenden limpiar los actos genocidas del sionismo, como la BBC de Londres, que el objetivo es Hamas y rescatar a los rehenes. Pero el periodista Gideon Levy, responde: “no, el objetivo es el exterminio del pueblo palestino, el objetivo es el hambre y la matanza en masa.” 

La mayor de las tragedias es el silencio cómplice de la mayoría de los gobiernos del mundo, incluido el mexicano. Ni siquiera importa que los palestinos puedan o no enterrar a sus hijos o hijas con sus manos o sacar de los escombros los cuerpos de sus familiares. De igual forma la vida, la muerte, el hambre, el dolor y sus lágrimas, la pérdida de la madre, el hijo o hija, la hermana, la ausencia que quiebra el alma parecen lejanos y ajenos.

Lo más espeluznante es que la destrucción completa de Gaza, la masacre de niños y niñas, y civiles desarmados se trasmite en vivo. Las evidencias del crimen contra la humanidad, las imágenes que valen más que mil palabras están ahí. Nuestra generación está siendo espectadora de uno de los mayores actos de crueldad y bestialidad en la historia contemporánea de la humanidad: exterminar a un pueblo de hambre y sed para robar su tierra. Sí, estamos viendo el exterminio de un pueblo en vivo, en directo y a todo color. Dónde el exterminador, el genocida, exhibe ante el mundo, como si fuera glorioso, su capacidad de matar y quemar niñas y niños desarmados que habitan casas de campaña. No es una metáfora: Israel lanza bombas incendiarias a campamentos de refugiados; el sionismo, orgulloso de su bestialidad, celebra, declara cínicamente, como destino manifiesto su poder exterminador, su impune criminalidad y racismo asesino. 

El Gueto de Gaza, el Genocidio Palestino, demuestra que el capitalismo ha triunfado, ha construido una humanidad a su imagen y semejanza, una humanidad extraña de sí misma, que reifica a personas que no se reconocen en los otros, incapaces de encontrar en los otros lo que hay de sí. Palestina, su dolor, su desesperación, su hambre y su impotencia, su muerte, el inmenso sufrir de sus vidas, sus niños y niñas; son convertidos así, en cosas extrañas, sentires ajenos, separados de nosotros, un angustia lejana y remota, que al parecer no importa si está aconteciendo, aunque su crudeza se viva a cada segundo por todo un pueblo.

El genocidio palestino niega el derecho a su humanidad para poder negarle su derecho a la vida, su derecho a existir y así poder robar su ancestral tierra y borrar de los mapas sus geografías. Con la ausencia de la tierra, en los calendarios de genocidio, en esa arquitectura de muerte en que han convertido Gaza, la ingeniería del infierno ha hecho llover fuego, masificando el hambre y el terror; en Gaza, la industria de exterminio ha convertido todo en escombros, ruina, y la tragedia más grande es que palestina enfrenta solo y en total abandono el decreto de muerte del imperial sionismo; así, los muertos de Palestina son solo sus muertos, sin sepultura ni ataúdes. ¡Que dolor tan grande y solitario el del pueblo palestino! ¡Que deuda tan grande de la humanidad con palestina! ¿Hay tragedia más cruel?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.