Nada más dejar la Presidencia de Colombia, Álvaro Uribe ya tiene nuevo trabajo. Aunque estemos en tiempos de crisis, quienes pasan ocho años controlando un país en benefecio de Washington, las multinacionales y la oligarquía no suelen tener que acudir a la cola del paro. Uribe acaba de ser nombrado vicepresidente de la comisión internacional […]
Nada más dejar la Presidencia de Colombia, Álvaro Uribe ya tiene nuevo trabajo. Aunque estemos en tiempos de crisis, quienes pasan ocho años controlando un país en benefecio de Washington, las multinacionales y la oligarquía no suelen tener que acudir a la cola del paro.
Uribe acaba de ser nombrado vicepresidente de la comisión internacional que la ONU ha formado para investigar el sangriento abordaje cometido por la marina israelí contra la flotilla humanitaria que se dirigía a Gaza liderada por el buque «Mavi Marmara» y que se saldó con la muerte de al menos nueve ciudadanos turcos. Por primera vez, Israel ha aceptado que una comisión de la ONU investigue una actuación -habitualmente mortal- de su ejército, lo que en un principio podría parecer una buena noticia. Pero si se tiene en cuenta que Uribe, junto al ex primer ministro neozelandés Geoffrey Palmer, será el encargado de investigar el asalto a la flotilla humanitaria, cometido en aguas internacionales, parece que Israel lo tiene atado y bien atado y que podrá seguir disfrutando de la impunidad que le otorga la autodenominada comunidad internacional.
Quizá sea pecar de exceso de pesimismo, pero viendo la posición de Uribe respecto a los llamamientos que se han realizado para establecer un proceso de negociación con las guerrillas de las FARC y el ELN, su postura de «mano firme» que ha puesto en riesgo la vida de los secuestrados por los insurgentes y la patata caliente que le ha dejado a su sucesor con Venezuela, nos podemos temer lo peor. Con decir que Hamás es «terrorista» ya justifica cualquier desmán israelí.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/index.php?option=com_frontpage&Itemid=1&lang=es
rCR