El pasado 11 de junio, Estados Unidos estableció formalmente sanciones contra el personal de la Corte Penal Internacional (CPI). En la Orden Presidencial adoptada (véase texto completo), se puede leer en los considerandos que para el actual ocupante de la Casa Blanca, la CPI se ha convertido en una verdadera amenaza para Estados Unidos, al señalar que:
“Por consiguiente, determino que todo intento de la Corte de investigar, arrestar, detener o enjuiciar a cualquier miembro del personal de los Estados Unidos sin el consentimiento de los Estados Unidos, o del personal de los países que son aliados de los Estados Unidos y que no son partes en el Estatuto de Roma o no han consentido de otro modo la jurisdicción de la Corte, constituye una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos, y por la presente declaro una emergencia nacional para hacer frente a esa amenaza”.
Un aumento gradual de la presión norteamericana
Cabe recordar que desde la capital israelí, el Secretario de Estado de Estados Unidos había anunciado el pasado 16 de mayo que la investigación de la Fiscal de la CPI sobre las exacciones cometidas por Israel en territorios palestinos acaerría “graves consecuencias” para esta jurisdicción penal internacional (véase nota de prensa de Voice of America titulada “Pompeo Warns ICC Against Asserting Authority Over Israel” ).
El pasado 2 de junio se leyó por parte del mismo Secretario de Estado norteamericano que: ”Creo que la CPI y el mundo verán que estamos decididos a evitar que los estadounidenses y nuestros amigos y aliados en Israel y en otros lugares sean arrastrados por esta corrupta CPI” (véase nota de prensa titulada “US vows to prevent ‘corrupt’ ICC from probing Americans, Israelis for war crimes“, Times of Israel, edición del 2/06/2020).
Con relación a las presiones de todo tipo ejercidas sobre la CPI en estos momentos por Israel, por su incondicional aliado norteamericano, a las que Canadá también se ha sumado de manera mucho más solapada, remitimos a nuestros estimables lectores a nuestra nota precedente titulada “Fiscal de Corte Penal Internacional (CPI): solicitud de investigación contra exacciones militares israelíes procede en todos los territorios palestinos, Gaza incluida“.
Israel: la filigrana que intenta no dejarse ver detrás de este anuncio
Único Estado en haber oficialmente saludado estas sanciones norteamericanas contra la CPI (Israel – véase nota del Times of Israel titulada “Netanyahu hails Trump for announcing sanctions against ‘corrupt’ ICC“), es en realidad muy probable que estas sanciones hayan sido decididas en estrecha coordinación con las autoridades israelíes (tal y como lo sugiere por ejemplo el título de esta nota de prensa titulada “Israel coordinó las sanciones de EE.UU. a la CPI con la administración Trump“): nunca en la historia Israel había contado con una administración norteamericana tan solícita a sus pretensiones, como la encabezada por el actual ocupante de la Casa Blanca.
Si bien la precitada Orden Ejecutiva de este último refiere de forma muy esporádica a Israel en su justificación, centrándose en investigaciones de la CPI que se interesen por exacciones cometidas por personal militar norteamericano, es menester recordar que desde el 5 de marzo del 2020 la CPI adoptó su decisión relacionada a exacciones cometidas en Afganistán (véase enlace oficial de la CPI al respecto), sin que ello provocara sanciones norteamericanas contra la CPI como las anunciadas este 11 de junio del 2020.
La línea de tiempo no se adecúa a la explicación dada en algunos medios de prensa (véase por ejemplo esta nota explicativa de l´Express en Francia) que pone el accento en las investigaciones de la CPI relacionadas a Afganistán para explicar esta reciente reacción norteamericana.
La reacción de la CPI y de los Estados Partes a la CPI
Más allá de la lectura que hagan unos y otros sobre las verdaderas intenciones de Estados Unidos al anunciar estas sanciones, en una declaración oficial, la CPI rechazó esta decisión norteamericana, inédita en los anales de la justicia internacional, indicando que (véase texto completo) que:
“Estos ataques constituyen una escalada y un intento inaceptable de interferir en el estado de derecho y en los procedimientos judiciales del Tribunal. Se anuncian con el objetivo declarado de influir en las acciones de los funcionarios de la CPI en el contexto de las investigaciones independientes y objetivas y los procedimientos judiciales imparciales de la Corte.
Un ataque a la CPI también representa un ataque contra los intereses de las víctimas de crímenes atroces, para muchos de los cuales la Corte representa la última esperanza de justicia”.
Por su parte, el Presidente de la Asamblea de Estados Partes al Estatuto de Roma llamó a los Estados y a los demás integrantes de la comunidad internacional a reafirmar su apoyo irrestricto a la labor de la CPI, al tiempo que anunció una reunión urgente de los Estados Partes para la próxima semana. En su declaración, se puede leer que:
“Convocaré una reunión extraordinaria de la Mesa de la Asamblea la próxima semana para considerar cómo renovar nuestro compromiso inquebrantable con la Corte.
Exhorto a los Estados Partes y a todas las partes interesadas en el sistema del Estatuto de Roma a que reiteren una vez más nuestro incesante compromiso de defender y hacer respetar los principios y valores consagrados en el Estatuto y de preservar su integridad sin que se vea afectada por ninguna medida o amenaza contra la Corte y sus funcionarios, el personal y sus familias”.
A modo de conclusión
No cabe duda que esta decisión norteamericana no cuenta con ningún precedente en la historia del derecho internacional. Es muy probable que la fecha escogida para darla a conocer forme parte de un cronograma muy preciso acordado por Estados Unisdos e Israel. Como parte de este cronograma y del peligroso juego diplomático al que se libran ambos consistiendo en desafiar de forma recurrente las bases del ordenamiento jurídico internacional, este 14 de junio se inauguró por parte de Israel una nueva colonia israelí ubicada en los Altos del Golán, cuyo nombre es el del actual Presidente de los Estados Unidos (véase nota de The Guardian titulada “Trump Heights’: Israeli settlement in Golan named after US president” ).
Publicado por Curso de Derecho Internacional. Costa Rica
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