Y para más concatenación dialéctica de los acontecimientos en la historia de Cuba, el 10 de abril de 2019, se proclamó una nueva Carta Magna de la República de Cuba, precisamente durante el 150 aniversario de la Constitución primera y de la fundación de la República de Cuba en armas.
Existen hitos descollantes que merecen ser destacados para que la luz histórica permita que se guarden en la memoria de las generaciones presentes y futuras con ese halo misterioso que les imprime el sello de la grandeza y la inmortalidad.
Un abril, específicamente, El 18 de abril de 1819, nació en Bayamo Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, quien en el devenir histórico todavía impacta a las generaciones actuales de cubanos pues continúa siendo, como ha expresado Eusebio Leal, «la piedra angular. Siempre lo dije cuando choqué con su diario y su naturalezas de hombre y político. Estoy convencido de su valor ejemplar».
En el bicentenario de su natalicio todavía parece que resuenan y se escuchan sus palabras rebeldes meses antes de su levantamiento armado, y que mantendrán siempre su vigencia: » A un pueblo desesperado no se le pregunta con qué pelea. Estamos decididos a luchar y pelearemos aunque sea con las manos. Señores: la hora es solemne y decisiva. El poder de España está caduco y carcomido. Si aún nos parece fuerte y grande, es porque hace más de tres siglos que lo contemplamos de rodillas ¡Levantémonos!».
El 10 de octubre de 1868, se lanzó a la lucha desde su ingenio Demajagua, con pocos hombres y armas, y poco a poco la guerra por la libertad y la independencia de Cuba se fue extendiendo como fuego inextinguible en el seno del pueblo cubano.
Sólo 6 meses después, el 10 de abril de 1869, los líderes de la Revolución, en aras de la unidad y de sus propósitos libertadores y de fundación republicana, se reunieron en el poblado de Guáimaro en Camagüey en una Asamblea Constituyente, presidida por Céspedes, y quien pocos días después cumpliría sus 50 años de edad. En ese escenario se redactó y aprobó la primera Constitución de la naciente república bautizada como República de Cuba, se eligió a Carlos Manuel de Céspedes como su primer presidente, a la Cámara de Representantes y su presidente y al General en Jefe del Ejército Libertador, así como se escogió la bandera que representaría a la nación cubana, que sigue siendo la actual. Y la diseñada y enarbolada por Céspedes, que presidiría la sesiones de la Cámara de representantes, máximo órgano político de la república, y cuyo legado se conserva hasta hoy.
Fue en ese escenario que el 11 de abril Céspedes se dirigió al pueblo en estos términos que asentó en el plano político e ideológico a la República surgida de la revolución cubana contra el colonialismo español: Y expresó para su tiempo y los tiempos futuros lo siguiente:
» Cuba ha contraído, en el acto de empeñar la lucha contra el opresor, el solemne compromiso de consumar su independencia o perecer en la demanda: en el acto de darse un gobierno democrático, el de ser republicana.
Este doble compromiso, contraído ante la América independiente, ante el mundo liberal, y lo que es más, ante la propia conciencia, significa la resolución de ser heroicos y ser virtuosos.
Cubanos: Con vuestro heroísmo cuento para consumar la independencia. Con vuestra virtud para consolidar la República. Contad vosotros con mi abnegación.»
Fue en ese escenario y circunstancias también, en que se constituía la República de Cuba en Armas, que se levantó la voz de una mujer camagüeyana con un mensaje sui generis de liberación. El suceso ocurrió el 14 de abril, en la plaza del poblado de Guáimaro, cuando Ana Betancourt, pronunció un discurso en el que solicitó al gobierno y la nación la emancipación de la mujer. Carlos Manuel escuchó con admiración los argumentos expuestos por aquella ciudadana, que se adelantaba a su tiempo e introducían un elemento adicional entre los objetivos de la Revolución,
» Ciudadanos. La mujer en el rincón oscuro y tranquilo del hogar esperaba paciente y resignada esta hora hermosa, en que una revolución nueva rompe su yugo y le desata las alas (…). Ciudadanos, aquí todo era esclavo, la cuna, el color y el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna peleando hasta morir, habéis destruido la esclavitud del color emancipando al siervo. Llegó el momento de libertar a la mujer».
El líder de la Revolución y primer presidente, tuvo oportunidad de reflejar sus opiniones sobre la mujer en general y en lo individual inmersa en la guerra cruenta que se libraba en Cuba. Por ejemplo, denunciaba en 1870 que «l a guerra que hacen los españoles en Cuba es una guerra hecha principalmente contra las mujeres y los indefensos que están con ellos en nuestros campos». En 1871 expresaba que «e stos sentimientos y esa abnegación no son exclusivos de ella [se refiere a Anita, su esposa]: son comunes en sus conciudadanas que han probado en esta ocasión de una manera increíble atendida la educación y la vida apacible y deliciosa que llevaban en el país, el acendrado amor a la patria, la fe con que se lanzaron al campo revolucionario, el valor y el heroísmo con que estimularon a sus esposos y a sus hijos a la pelea quedando solas y expuestas en los bosques y la edificante conformidad con que soportan la desnudez, el hambre, la intemperie, las enfermedades y todo género de privaciones y dolores». Y en fecha cercana a su muerte en combate, el 27 de febrero de 1874, reflejo su juicio sobre la liberación de la mujer, el miércoles 4 de febrero: «M uy bueno sería que esa vida de trabajo y soledad se arraigase en la familia cubana, libertando así a la mujer de una perpetua tutela».
Más allá de la trascendencia de estos años fundacionales ocurridos en abril durante la primera guerra que durara diez años, abril también tuvo significación histórica en otros instantes de la historia, que significaron hitos de la lucha independentista en el periodo de 1892 a 1995, ligados a la organización y preparación de las condiciones del reinicio de la nueva guerra bajo la dirección de José Martí y del Partido Revolucionario Cubano, cuya proclamación se efectuó el 10 de abril de 1892. En dos años sucesivos, el 10 de abril de 1993 y 1894 fue reelegido su Delegado. Y para mayor significación histórica coincidente el 11 de abril de 1895, José Martí y Gómez y otros 4 expedicionarios desembarcaron en la noche de ese día en La Playita de Cajobabo de la Jurisdicción de Baracoa, para encabezar la guerra iniciada desde el 24 de febrero, acontecimiento combinado con la la llegada a la isla del general Antonio Maceo y su expedición de 26 combatientes el día 1 de abril por la Playa de Duaba en Baracoa.
Años después, en abril de 1961, se sucedieron acontecimientos trascendentes ligados al triunfo de la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro y cuyo triunfo ocurrió el 1 de enero de 1959. En la fecha primera se desencadenaron las operaciones coordinadas de invasión mercenaria organizada, pertrechada y ejecutada por los Estados Unidos contra Cuba por el territorio de Playa Girón. Los hechos ocurridos en el periodo del 15 (bombardeos de 3 aeropuertos) y el desembarco marítimo posterior desde el día 17 al 19 de abril, terminó con una derrota aplastante de los invasores, en menos de 72 horas. Y quedaron asentadas para la historia de Cuba y el mundo dos conquistas de este periodo revolucionario: la declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana y la batalla de Girón como primera gran derrota del imperialismo en América.
Y para más concatenación dialéctica de los acontecimientos en la historia de Cuba, el 10 de abril de 2019, se proclamó una nueva Carta Magna de la República de Cuba, precisamente durante el 150 aniversario de la Constitución primera y de la fundación de la República de Cuba en armas, El Parlamento Cubano que efectuó ese acto trascendente tuvo el doble simbolismo, con respecto a la composición femenina, que se hizo carne de realidad de un pueblo que ha alcanzado en su composición de una mayoría de habitantes mujeres con respecto a los hombres, por primera vez en su historia, y en que las diputadas representan el 53,2 % de la actual Asamblea Nacional y el 49 % de la fuerza laboral en el país.
Lo que fue un llamado de Ana Betancourt el 14 de abril de 1869 a la Revolución y a la naciente República, hace 150 años, se ha convertido en una realidad tangible, con pasos hacia peldaños superiores alcanzados día tras día en estos 60 años de la Revolución Socialista en el poder.
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