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Crisis económica, amenaza sanitaria

Afectado por la epidemia, Líbano debe (además) reestructurar su deuda

Fuentes: Mediapart

Por primera vez en su historia, Líbano está en suspensión de pagos. Afectado por la pandemia, el país también debe llevar a cabo negociaciones para reestructurar su deuda.

Líbano incumplió su deuda por primera vez el 8 de marzo. Como anunció previamente el Primer Ministro Hassan Diab unos días antes en un discurso televisado, el país no ha cumplido el plazo para el reembolso de una serie de eurobonos (títulos de deuda en moneda extranjera), por un monto de 1.200 millones de dólares. También se está preparando para reestructurar su deuda, estimada en 90 mil millones de dólares, de los cuales 30 mil millones están extendidos en dólares y el resto en libras libanesas, y que hoy representa más del 170% de su PIB.

Una decisión precipitada por el agotamiento de sus reservas en dólares, que «han alcanzado un nivel crítico y peligroso», según el jefe de gobierno. El Banco del Líbano tiene oficialmente no más de 4 mil millones de dólares «utilizables», fuera de las reservas obligatorias depositadas en él por los bancos libaneses, dijo el martes el Ministro de Finanzas Ghazi Wazni.

Para hacer frente a esta crisis de liquidez, los bancos han instaurado severas restricciones al dólar desde el verano, lo que ha provocado que el precio de la libra libanesa se derrumbe en un 40% frente al dólar en el mercado paralelo, lo que en particular causó un encarecimiento de las importaciones y una inflación de precios.

En plena crisis económica, la decisión del gobierno fue percibida de manera relativamente positiva por las y los libaneses, generalmente críticos de la clase política desde el estallido de un movimiento de protesta sin precedentes en el país el 17 de octubre.

Los bancos libaneses habían presionado para obtener un reembolso. Junto con el banco central libanés, Banque du Liban (BDL), son los principales tenedores de deuda pública. El choque debería obligar al sector, cuyos activos son ahora cuatro veces más grandes que la economía, a reestructurarse.

Sin embargo, los acreedores locales no son el mayor obstáculo para el Estado en las negociaciones que le esperan con los tenedores de su deuda y que, según la agencia Reuters, deberían comenzar dentro de dos semanas.

En unos pocos meses, los fondos de inversión extranjera representaron una proporción cada vez mayor de tenedores de créditos en dólares (eurobonos) con vencimiento este año. «Para hacer frente a la crisis de liquidez, los bancos acordaron vender sus obligaciones internacionales a precios bajos a los fondos buitre», dijo Karim Daher, un abogado fiscal.

Y algunos de estos actores han adquirido ya tanta importancia que ahora tienen la capacidad de bloquear las negociaciones. Un voto a favor de más del 75% de cada serie de eurobonos es realmente necesario para validar un acuerdo de reestructuración. El fondo británico Ashmore, por ejemplo, posee él solo más del 25% de la serie de eurobonos con vencimiento en marzo, abril y junio. Había apostado por un reembolso.

Sin embargo, habrá que encontrar un compromiso, sin el cual el Estado libanés se arriesga a procedimientos legales, lo que puede conducir a la incautación de sus propiedades en el extranjero, y sobre todo al riesgo de desalentar a los futuros inversores. «Líbano no puede permitírselo, dada su situación económica y su dependencia del capital extranjero», señala Karim Daher.

Luego matizaba: «sin embargo, Líbano ya debería tener una propuesta sobre la mesa». Pero el gobierno va con retraso en sus trabajos, y solo a fines de febrero, ha contratado los servicios de dos expertos internacionales para apoyarle en este complejo proceso: el banco de inversión Lazard y el bufete de abogados Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP. «En un contexto normal y con un país que funciona, este procedimiento lleva de cuatro a seis meses», dijo Karim Daher.

Entre las diferentes opciones que este trío tendrá que examinar, «una extensión del plazo para el reembolso de los vencimientos, una reducción en los intereses o incluso una caída en el principal de los eurobonos», explica el experto financiero y ex profesor de la Universidad Johns-Hopkins, Mike Azar.

Para convencer a sus acreedores, el estado libanés también tendrá que iniciar un plan de reformas estructurales de su economía. «Se esperan garantías de confianza», confirma Mike Azar.

Objetivo principal, «reequilibrar las finanzas públicas», como aseguró el propio Hassan Diab, para reducir la deuda a un nivel soportable. «La prioridad es reestructurar el presupuesto, ahora dedicado en gran medida al servicio de la deuda, en detrimento de la economía real», dice Mike Azar. También se esperan otras medidas para mejorar la gobernanza o el sistema tributario. El gobierno se comprometió el martes a finalizar el plan en dos meses y a aplicarlo en diez meses.

Sin embargo, todavía no se ha mencionado ninguna modalidad de financiación. Si bien el Líbano solicitó asistencia técnica al FMI en febrero, aún no ha presentado una solicitud formal de un plan de asistencia financiera. Tal intervención tranquilizaría a los acreedores, «en un país que tiene un historial de mala administración de fondos públicos», señala Mike Azar.

Pero el costo social que generalmente acompaña a las políticas de ajuste estructural del FMI, a través de medidas de austeridad, privatización y devaluación …, preocupa.

El bloqueo también podría ser político. Hezbolá, el principal defensor del gobierno de Diab, se ha mostrado reacio a una posible intervención del FMI. A mediados de febrero, su número dos declaró que se opondría, en particular debido a la influencia estadounidense dentro de la institución. «La ayuda internacional está condicionada a sus contrapartes políticas que podrían debilitarle en su papel regional», analiza Ali Mourad, profesor de derecho público en la Universidad Árabe de Beirut.

El viernes, durante un discurso televisado, su líder Hassan Nasrallah, sin embargo, parecía haber puesto agua en su vino. Esta vez aseguró que su formación no estaba en contra de la ayuda de instituciones financieras, en particular el FMI, siempre y cuando fuera acompañada de «condiciones razonables, no violara la Constitución y no fuera en contra de los intereses libaneses».

Si la situación ya era crítica, la rápida propagación del virus Covid-19, que ya se cobró tres vidas y cientos de infecciones en Líbano, llevó a las autoridades a anunciar un estado de emergencia sanitaria el domingo por la noche. Ante esta presión adicional sobre la economía, se ha reducido el margen de maniobra de las diversas facciones políticas.

Sin embargo, en este contexto de emergencia, hay quienes dudan de la capacidad de la clase dominante para manejar la situación e implementar las reformas necesarias. «La reforma del sistema va en contra del interés de toda la clase política que ha construido su influencia basándose en el despilfarro de fondos públicos para asegurar su clientela», señala Ayman Mhanna, activista y director SKeyes, una ONG que defiende el libertad de expresión.

https://www.mediapart.fr/journal/international/160320/touche-par-l-epidemie-le-liban-doit-en-plus-restructurer-sa-dette

Traducción: Faustino Eguberri para viento sur