La Corte Internacional de Justicia (CIJ) volverá a celebrar audiencias sobre el genocidio israelí en Gaza el 8 y 9 de abril. Esta vez, los jueces de La Haya escucharán los argumentos en el caso presentado por Nicaragua contra Alemania.
La nación centroamericana acusa a Berlín de violar sus obligaciones en virtud de la Convención contra el Genocidio de 1948 y otros «principios intransgredibles del Derecho Internacional humanitario», incluida la Cuarta Convención de Ginebra.
Nicaragua argumenta que «todas y cada una» de las partes de la Convención contra el Genocidio tienen el deber de «hacer todo lo posible para evitar que se perpetre genocidio” y que desde octubre de 2023 existe «un riesgo reconocido de genocidio contra el pueblo palestino, dirigido en primer lugar contra la población de la Franja de Gaza».
Nicaragua denuncia que Alemania, al enviar grandes cantidades de equipo militar a Israel y retirar el apoyo financiero a la UNRWA, la agencia de la ONU que brinda apoyo humanitario esencial a la población de Gaza, «está facilitando que se perpetre el genocidio y, en cualquier caso, ha incumplido su obligación de hacer todo lo posible para evitarlo».
Según los medios financiados por el gobierno alemán, Berlín «es uno de los mayores exportadores de armas a Israel» junto con Estados Unidos y también es el segundo mayor donante de la UNRWA, detrás de Estados Unidos.
Nicaragua está pidiendo a la Corte que emita medidas provisionales inmediatas que ordenen a Alemania poner fin a su «participación en el genocidio plausible en curso y las graves violaciones del Derecho Internacional humanitario» en la Franja de Gaza.
Esto incluiría suspender la ayuda militar a Israel y garantizar que las armas alemanas ya entregadas no se utilicen para cometer este genocidio. Nicaragua también pidió a la Corte que exija a Alemania cumplir con el Derecho Internacional humanitario y reanudar su financiamiento a la UNRWA.
Las audiencias se celebrarán después de que la CIJ ordenara en enero a Israel que detuviera todos los actos potencialmente genocidas, incluido cualquier asesinato de palestinos, a la espera de que se considerara el caso de genocidio de Sudáfrica contra Israel.
Hasta ahora ha habido poca reacción por parte del gobierno alemán, sin embargo, una agencia financiada por el gobierno alemán que pretende promover la «libertad» y los «derechos humanos» en todo el mundo publicó un artículo difamando a Nicaragua y acusándola de tratar de desviar la atención de sus propios presuntos abusos contra los derechos humanos.
Esto imita la gastada táctica israelí de difamar a Sudáfrica y a todos los demás críticos, en lugar de abordar el fondo de dichas críticas.
¿Por qué Alemania?
Como señala Nicaragua en su presentación ante la Corte, los líderes alemanes afirman regularmente que la «seguridad» de Israel es una de sus mayores preocupaciones.
El 12 de octubre, mientras el bombardeo salvaje e indiscriminado de Israel y el asedio total de Gaza ya estaban en marcha, el canciller alemán Olaf Scholz dijo al Bundestag: «En este momento solo hay un lugar para Alemania: estar al lado de Israel. Esto es lo que queremos decir cuando decimos que la seguridad de Israel es una razón de ser alemana». Es un sentimiento que Scholz, al igual que los líderes alemanes antes que él, repite constantemente.
Las élites alemanas justifican hipócrita y perversamente este apoyo incondicional a una colonia genocida como expiación por el holocausto contra los judíos perpetrado por Adolf Hitler, el predecesor de Scholz como líder alemán en la Segunda Guerra Mundial.
Al mismo tiempo, las autoridades alemanas reprimen brutalmente casi cualquier disidencia contra su política de apoyo incondicional a Israel. Tal represión es necesaria desde la perspectiva de los líderes alemanes porque la vengativa campaña de exterminio y destrucción de Gaza que comete Israel, y que está respaldada por Berlín, cuenta con la oposición de una abrumadora mayoría de la población alemana.
La completa incapacidad de Alemania para dejar de ayudar a perpetrar genocidios hace que Nicaragua la denuncie como responsable ante la Corte internacional.
Pero Alemania no es el único país que ayuda a Israel en sus esfuerzos por asesinar palestinos a través de bombardeos y la hambruna deliberada.
¿Y Estados Unidos? Desafortunadamente, ningún país puede presentar un caso similar contra Estados Unidos, pues aunque Washington ha ratificado la Convención sobre el Genocidio, optó por no participar en la disposición que designa a la Corte Internacional de Justicia como el foro para resolver disputas sobre acusaciones de genocidio.
¿Por qué Nicaragua?
Nicaragua señala la obligación que tienen todos los Estados de respetar la Convención sobre el Genocidio y el Derecho Internacional como motivo para presentar el caso contra Alemania. Sin embargo, también tiene su propia relación especial con el pueblo palestino.
El gobernante movimiento de liberación sandinista tiene lazos de solidaridad y lucha con los palestinos que se remontan a la década de 1960. Al mismo tiempo, Israel armó y apoyó a la salvaje dictadura de Somoza, respaldada por Washington, que los sandinistas derrocaron en 1979, al igual que Tel Aviv armó y entrenó a otros regímenes clientes de Estados Unidos en América Central, ayudándolos a cometer atrocidades, incluido el genocidio en Guatemala.
Nicaragua también tiene su propia historia con la Corte Internacional de Justicia. En la década de 1980 Nicaragua llevó a Estados Unidos a la CIJ por el apoyo militar de Washington a los contrarrevolucionarios derechistas. El tribunal aceptó las pretensiones de Nicaragua.
¿Asustó Nicaragua a Canadá para que congelara nuevas ventas de armas?
En febrero, tras la decisión de la CIJ de imponer medidas provisionales en el caso de Sudáfrica contra Israel, Nicaragua envió notas diplomáticas a cuatro países –Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Canadá– «para que detuvieran inmediatamente el suministro de armas, municiones, tecnología y/o componentes a Israel, ya que es plausible que pudieran haber sido utilizados para facilitar o cometer violaciones de la Convención contra el Genocidio».
Posteriormente, Nicaragua citó la nota diplomática enviada a Alemania en su queja ante la CIJ en la que establecía que existía una controversia entre ellos y que, por lo tanto, el caso era admisible de acuerdo con las reglas de la corte internacional. Por lo tanto, Nicaragua aún podría presentar casos contra los otros tres países. También puede considerar que el valor simbólico de acusar a Berlín de ayudar al genocidio es suficiente.
Sin embargo, es posible que la acción de Nicaragua contra Alemania esté teniendo el efecto deseado en al menos uno de los otros países, a saber, Canadá.
A principios de este mes, apenas una semana después de que Nicaragua presentara su caso ante la CIJ contra Alemania, Canadá anunció que estaba restaurando la financiación a la UNRWA, suspendida a raíz de las acusaciones israelíes infundadas contra el personal de la agencia.
Canadá, Suecia, Australia, Islandia y Finlandia son hasta ahora los únicos países que han restablecido su financiación de la UNRWA de entre los 18 países, encabezados por Estados Unidos, que pausaron sus contribuciones. Además, la semana pasada Ottawa anunció que desde el 8 de enero no había emitido ninguna nueva licencia de exportación de armas para Israel y que se mantendrían congeladas hasta que Canadá estuviese segura de que Israel está utilizando esas armas de acuerdo con la ley canadiense.
Esto se produjo después de que el parlamento canadiense aprobara por una amplia mayoría una resolución no vinculante en la que se pedía al gobierno que «cesara la autorización y transferencia de nuevas exportaciones de armas a Israel». El anuncio de Ottawa viene con la advertencia de que las licencias emitidas antes del 8 de enero no serán canceladas, una medida que los activistas están criticando por limitar el efecto de la decisión parlamentaria, y siguen presionando para que se imponga un embargo total a todas las transferencias de armas a Israel.
A pesar de estas importantes reservas, el anuncio de Ottawa es trascendental, especialmente por ser un miembro de la OTAN y un aliado cercano a Israel y Estados Unidos.
La reacción enfurecida de Tel Aviv sugiere que le preocupa que Ottawa haya sentado un precedente que otros seguirán, o que el mismo Canadá pueda imponer restricciones más severas. Esta reacción del gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau puede deberse a la indignación interna que existe con el apoyo de su gobierno al genocidio de Israel, pero tampoco se puede descartar que el caso de Nicaragua contra Alemania también sea una preocupación en Ottawa.
Canadá, a pesar de promocionarse como un refugio multicultural y defensor de los derechos humanos, ha tenido que confesar, aunque sea a regañadientes y tardíamente, el genocidio cometido a su población indígena.
Los líderes canadienses esperan que reducir mínimamente su apoyo a Israel les ahorre la vergüenza de terminar en el banquillo de los acusados junto a Israel y Alemania.
¿Tiene el caso de Nicaragua una base legal firme?
Algunos expertos advierten que el caso de Nicaragua podría confrontar un obstáculo fatal: un principio legal llamado la regla indispensable de terceros.
En términos simples, esta regla prohíbe que el tribunal estudie casos en los que los jueces tengan que decidir sobre un asunto que afecta los derechos de un Estado que no es parte en ese caso. En Nicaragua vs. Alemania, la tercera parte ausente sería Israel.
«La pregunta decisiva es: ¿puede la Corte pronunciarse sobre las acusaciones contra Alemania sin tener que pronunciarse primero sobre las presuntas violaciones del derecho internacional por parte de Israel?», argumenta Stefan Talmon, profesor de Derecho Internacional y director del Instituto de Derecho Internacional Público de la Universidad de Bonn en Alemania.
«En mi opinión, esto es imposible porque un Estado puede ser considerado responsable de incumplir las obligaciones de prevenir el genocidio o de no ser cómplice del genocidio sólo si el genocidio fue realmente cometido por otro Estado».
Dado que el tribunal aún no ha dictaminado si Israel ha cometido genocidio en el caso de Sudáfrica contra Israel -un proceso que podría llevar años-, en opinión de Talmon, el caso nicaragüense contra Alemania tiene pocas posibilidades de éxito.
Pero otros expertos cuestionan esta apreciación. Marco Longobardo, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Westminster en el Reino Unido, señala que Nicaragua ha presentado su caso contra Alemania no solo bajo la Convención sobre el Genocidio de 1948, sino también bajo otras disposiciones del Derecho Internacional humanitario, incluida la Cuarta Convención de Ginebra.
Teniendo en cuenta la reciente orden de un tribunal de La Haya que pide al gobierno holandés que deje de suministrar a Israel piezas de repuesto para sus aviones de combate F-35, Longobardo señala que «el deber de garantizar el respeto [del Derecho Internacional humanitario] surge cuando un Estado es consciente de que otro Estado está cometiendo graves violaciones [del derecho internacional humanitario]… o cuando existe un riesgo claro de que este pueda ser el caso».
Longobardo argumenta que para declarar a Alemania culpable de no cumplir con sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional humanitario, basta con demostrar que Alemania era consciente de que existía un riesgo claro de violaciones por parte de Israel sin que los jueces tuvieran que determinar definitivamente si Israel cometió efectivamente tales violaciones.
Otros expertos legales han intervenido en el debate y hay argumentos de para defender que incluso si se aplica la indispensable regla de la tercera parte, no necesariamente entraría en juego en esta primera etapa, donde la Corte está decidiendo solo sobre la demanda de Nicaragua de tomar medidas provisionales que ordenen a Alemania que deje de ayudar a Israel en la perpetración de sus crímenes.
Según Susan Akram, directora de la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston, «la jurisprudencia no está resuelta» en cuanto a si la indispensable regla de terceros podría entrar en vigor y en qué momento.
Akram dijo a The Electronic Intifada que, en su opinión, «dado que esta es la fase de medidas provisionales, la CIJ puede determinar que, como cuestión de admisibilidad, puede seguir adelante para determinar si Alemania es cómplice provisional de los actos genocidas que se cometen, sin la necesidad de incluir a Israel como parte».
«El tribunal no tiene que determinar que se está cometiendo genocidio, sino que si Alemania está proporcionando armas a un Estado que puede estar participando en actos genocidas, es al menos provisionalmente cómplice y está violando sus propias obligaciones de prevenir actos genocidas», dijo Akram.
Las diferentes opiniones subrayan que la ley en esta área es clara y, por lo tanto, es difícil predecir lo que podría hacer el tribunal. Es probable que Alemania alegue que se aplique la regla indispensable de la existencia de terceros y que el caso sea desestimado.
La comunicación escrita de Nicaragua no aborda directamente el asunto, por lo que queda por ver si su equipo jurídico lo planteará de forma preventiva en los próximos alegatos orales.
La conclusión es que los jueces tienen mucho margen de maniobra. Pero si se sienten incómodos por tener que decidir si Alemania es responsable de otro genocidio, al menos en parte, podrían invocar esta regla como una salida fácil.
¿Se prohibirá la conferencia de Berlín sobre Palestina?
Mientras los abogados del gobierno alemán se preparan para defender su posición en La Haya, la represión de Berlín contra los partidarios de los derechos palestinos sigue aumentando.
La semana pasada la prensa pro-Berlín entró en pánico por una conferencia organizada por una coalición que incluye a grupos de palestinos y judíos alemanes que tendrá lugar en abril.
Entre los oradores invitados se encuentran la abogada palestina-alemana Nadija Samour, quien recientemente presentó un caso de genocidio contra líderes alemanes ante fiscales nacionales; Ghassan Abu Sitta, el cirujano palestino-británico que regresó recientemente de Gaza; los activistas israelíes y judíos antisionistas Dror Dayan, Yuval Gal y Shir Hever, periodistas palestinos como Hebh Jamal; el exministro de Finanzas griego y político de izquierdas Yanis Varoufakis, y este escritor, Ali Abunimah.
Los medios de comunicación alemanes están difamando la conferencia tachándola de antisemita, extremista y como una «cumbre de odio«. Esto ha provocado que las autoridades alemanas estén considerando prohibirla. Los medios alemanes también han especulado con la posibilidad de que las autoridades prohíban la entrada a los oradores internacionales, incluido este escritor.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.