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Entrevista con Mouin Rabbani, editor colaborador de Middle East Report

Alepo y el conflicto de Siria

Fuentes: Jadaliyya.com

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

[El actual ataque a gran escala del ejército sirio, la fuerza aérea rusa y las milicias aliadas sobre la zona oriental de Alepo, que conforma el bastión más importante de la oposición en el país, parece presagiar un punto de inflexión estratégico en el conflicto sirio. Jadaliyya ha recurrido a su coeditor Mouin Rabbani, ex director de asuntos políticos de la oficina del enviado especial de la ONU en Siria, para examinar las diversas ramificaciones de estos acontecimientos.]

-Jadaliyya (J): ¿Cuáles son las perspectivas para la oposición siria si resulta derrotada en Alepo?

-Mouin Rabbani (MR): Si el gobierno sirio consigue recuperar con éxito el este de Alepo, algo que parece cada vez más probable, supondrá una derrota estratégica de grandes proporciones para la oposición siria en su conjunto, dejándola en una posición muy poco envidiable y muchos añadirían que insostenible.

Una de las razones para que la oposición parezca estar al borde de perder Alepo es que ha sido efectivamente abandonada por Turquía. Por otra parte, ha estado recibiendo en los últimos tiempos menor apoyo energético de los Estados del Golfo, especialmente de Arabia Saudí, al estar esta última cada vez más inmersa en el atolladero en que se ha metido en el Yemen y en sus crisis internas.

A medida que las perspectivas para la oposición siria disminuyan aún más si pierde Alepo, es probable que acabe también perdiendo otras fuentes de apoyo y patrocinio, tanto exterior como interno. Una oposición ya dividida y fragmentada se escindirá aún más, y yo añadiría que podría volverse más localizada a medida que se transforme en una insurgencia de bajo nivel mientras otros elementos intentan proseguir las negociaciones o alguna forma de acomodo con Damasco.

Muchos observadores y analistas han señalado también que el fracaso de los principales grupos políticos y armados de la oposición a la hora de lograr un cambio de régimen probablemente afianzará aún más la posición de los grupos más extremistas en lo que quede de insurgencia.

-(J): ¿Tendrá que hacer frente el presidente Bashar a nuevos desafíos si triunfa en Alepo?

-(MR): Creo que es probable que por muy triunfante que el gobierno salga del actual conflicto, no va a conseguir restablecer, ni rápida ni fácilmente, el statu quo. Esto se debe a que está en la naturaleza de este tipo de regímenes que cuando pierden una vez el control total de su ciudadanía, es prácticamente imposible que lo recuperen. Ese es para mí el desafío más importante en un plazo más largo. Sobre todo porque el gobierno es incapaz de ofrecer los servicios básicos y atenciones que proporcionaba antes de 2011, que, en cualquier caso, ya se habían reducido sustancialmente con respecto a décadas anteriores. Además, lo que cabe esperar es que la economía siria pase a estar aún más dominada que antes por los compinches bien conectados y tipos similares.

En segundo lugar, creo que es importante señalar que Damasco y sus aliados, si bien integran una coalición mucho más unificada y coherente que la que en diferentes grados se opone al régimen, también tienen sus propias diferencias internas. La principal es que a Rusia le gustaría conseguir una solución política del conflicto en la que el concepto de transición política sea sustituido por el de un gobierno ampliado. En esta formulación, los elementos de la oposición política y armada se integrarían en el régimen para mejorar su estabilidad y volver a legitimar instituciones clave como el ejército. Huelga decir que este resultado sólo puede conseguirse a través de un proceso político con negociaciones. Por el contrario, Damasco se opone a cualquier proceso político que implique negociar y hacer concesiones significativas a la oposición, incluyendo la limitada agenda que Moscú está proponiendo; otros argumentarían que se opone a cualquier proceso político por cuestión de principios y que cree que puede hacer retroceder el reloj a los primeros meses de 2011. Si Irán, que hasta ahora parece compartir ampliamente la posición de Asad sobre la resolución del conflicto, se acercara, por una serie de razones potenciales, a la posición de Rusia, esto representaría un problema grave para Damasco.

En tercer lugar, aunque el Estado sirio ha sobrevivido intacto, también se ha fracturado y desintegrado en un grado significativo. Volver a establecer la autoridad central sobre los leales al régimen, incluyendo los diversos nuevos centros de poder, como los señores de la guerra y las milicias locales que han surgido durante este conflicto, es también un desafío. Dejarlos fuera del negocio podría plantear también graves riesgos.

No obstante lo anterior, considero que es algo prematuro empezar a discutir los retos del posconflicto. Aunque una derrota de la oposición representa un punto de inflexión estratégico importante, por desgracia, el horrible baño de sangre que está produciéndose no ha terminado aún.

-(J): ¿Cómo espera que la comunidad internacional responda ante los acontecimientos actuales?

-(MR): Es una pregunta difícil porque la situación parece dominada por fluctuaciones incluso mayores que en las fases anteriores de este conflicto.

Mi opinión es que, a pesar de sus protestas, Washington ha cedido efectivamente el expediente sirio a Moscú. Por «Washington» quiero decir la administración Obama, aunque añadiría que es poco probable que Trump revierta el proceso y, en cualquier caso, le resultaría difícil hacerlo.

Turquía también parece estar desenganchándose gradualmente del conflicto, debido al coste combinado de la hostilidad rusa y a la inestabilidad interna representada por el fallido golpe de 2016 y sus consecuencias.

En cambio, puede que Egipto esté cada vez implicado en Siria, al menos está alineando sus puntos de vista más estrechamente con los de Damasco al deteriorarse las relaciones con sus patronos del Golfo, pero con Rusia, y potencialmente con Irán, mejoran.

Los Estados del Golfo, en particular Arabia Saudí y Qatar, estarán muy interesados en observar cuanto acontece en los próximos doce meses. Se han convencido a sí mismos de que su problema con la política estadounidense hacia Siria es personalmente con Obama y con su limitada agenda intervencionista en particular, y que su marcha señalará la reanudación de los habituales negocios en Oriente Medio. Cabe indicar que su sucesor ha acumulado más elogios en Damasco que ningún presidente estadounidense desde que los baasitas se hicieron con el poder en 1963. ¿Pasarán por el aro los Estados del Golfo cuando comprendan que la posición de EEUU no va a cambiar esencialmente con Trump, o empezarán a buscar una agenda más independiente? Sospecho que será lo primero, sobre todo teniendo en cuenta que su principal puerta de entrada a Siria, Turquía, parece estar desvinculándose.

Supongo que Moscú querrá algún tipo de respaldo internacional del desenlace en el momento en que se produzca, ya sea a través de un proceso en la ONU o en otro foro multilateral que pueda controlar más fácilmente. Sin embargo, es muy probable que Damasco prefiera una situación en la que la comunidad internacional esté básicamente fuera de la ecuación.

A nivel más amplio, es importante reconocer que no se trata tanto de un conflicto sirio como de un conflicto en Siria, con todo tipo de partes locales, regionales, trasnacionales e internacionales que persiguen agendas competitivas y conflictos por interposición sobre suelo sirio. Estas partes y agendas no van a evaporarse sólo porque la insurgencia parezca estar absorbiendo una derrota estratégica en Alepo que puede representar un golpe mortal.

Pero, planeando sobre todos estos actores regionales e internacionales está Rusia, que junto con Irán y las milicias reclutadas por este país está dispuesta a hacer las inversiones y soportar las pérdidas necesarias para promover sus objetivos. Pienso que es importante reconocer que dentro de Siria, Rusia continúa manteniendo un dominio incrementado.

-(J): ¿Significa la caída de Alepo que Asad ha ganado la guerra? ¿Puede ganar la paz?

-(MR): La intervención rusa, que se inició a finales de 2015, ha eliminado la posibilidad de un cambio de régimen y, por tanto, de una «transición política», de la agenda para un futuro previsible de Siria. Si además de esto, los grupos de la oposición armada pierden el control del este de Alepo, y quizá más tarde también Idlib y las zonas de alrededor de Dara’a y cerca de la frontera con Jordania en el sur, me parece una descripción bastante justa de que Asad ha ganado la guerra o al menos esta fase de la misma, que suponía la mayor amenaza para su supervivencia política.

Sin embargo, esa «victoria» se habrá conseguido a base de un coste tan enorme en términos de sangre, patrimonio, desplazamiento, soberanía, relaciones comunitarias y todo lo demás que -combinado con la naturaleza completamente inflexible de ese tipo de regímenes en lo que respecta a cuestiones tales como el compromiso político, el poder compartido y la reconciliación nacional- es difícil imaginar cómo Damasco puede además ganar la paz.

Añadiría también a esto los enormes, cuando no existenciales, retos de la reconstrucción. Siria ha sufrido una destrucción de infraestructura a una escala industrial, la economía está en ruinas, la estructura de la sociedad siria ha sido destrozada varias veces, el desplazamiento masivo, la fuga de cerebros y de capital no van a revertirse fácilmente con Asad aún en el poder. Tampoco parece que vaya a llegar ninguna ayuda importante árabe o internacional.

Dicho esto, no espero ver una partición de Siria, especialmente ahora que el movimiento del Estado Islámico parece estar perdiendo su base territorial, y que Moscú, Damasco y Ankara parecen haber alcanzado un acuerdo informal para impedir un gobierno autónomo kurdo en el norte de Siria.

Mouin Rabbani es editor colaborador de Middle East Report. Ha publicado y comentado extensamente cuestiones relativas a Palestina y al conflicto israelo-palestino. Fue analista destacado de Oriente Medio en el International Crisis Group. Con anterioridad trabajó como director de Palestina en el Palestinian American Research Centre. Es coeditor de Jadaliyya Ezine.

Fuente: http://www.jadaliyya.com/pages/index/25597/quick-thoughts_mouin-rabbani-on-aleppo-and-the-syr

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.