Alicante era hasta ayer, para mi, apenas el lugar donde se inventaron los turrones de almendras. «Me llamo Pedro Ruíz y he venido desde Alicante para conocerte», me dice un hombre apenas llegamos a la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia. Pedro me cuenta que visitará Cuba con su esposa y […]
Alicante era hasta ayer, para mi, apenas el lugar donde se inventaron los turrones de almendras. «Me llamo Pedro Ruíz y he venido desde Alicante para conocerte», me dice un hombre apenas llegamos a la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia.
Pedro me cuenta que visitará Cuba con su esposa y su hijo y sólo atino a hacer una broma sobre los turrones y facilitarle mi correo electrónico a este amigo que se ha desplazado casi 200 kilómetros para estar presente en el encuentro que ha convocado la asociación A contracorrent con nuestra delegación, de visita España durante esta semana.
«Acontracorrent som una associació juvenil, anticapitalista, ecologista, feminista i republicana, que lluitem per una educació pública i de qualitat, des de distints IES, i en les dues universitats públiques de València» dice en su página web. Su líder comienza nuestra presentación comentando una noticia: Acaba de ser desahuciada la familia de uno de los cubanos que arribó a España en calidad de exiliado en 2011.
Hablo sobre la manipulación mediática que ha conducido, lamentablemente, a casos como ese y también recuerdo que alguna vez hablé sobre Valencia en La pupila insomne. Fue cuando el diario El País se empeñaba en encubrir con palabras suaves la brutal represión contra jóvenes de esta ciudad poco después del estallido del movimiento 15M. Ahora me enseñan entre el público a un muchacho, casi un niño, que sufrió entonces los golpes de la policía; creo es el mismo que al terminar nuestra conferencia a tres voces se nos acerca para sugerir una foto de grupo. Me emociona verlo de cerca, tan delgado y pequeño, e imaginarlo enfrentando las cargas policiales.
Siguen los encuentros hasta tarde en la noche. Antes de descansar me conecto a Internet, alguien me ha enviado la noticia de la familia cubana desahuciada. «Desahuciada en Alicante una familia de exiliados cubanos acogidos por España», titula El País e informa que «los altercados se saldaron con varias personas heridas leves, entre ellas la hija de 15 años del matrimonio desahuciado, y dos agentes de la Policía Nacional», para agregar que los desahuciados cubanos tienen tres hijos, dos de ellos menores de edad. Antes relataba que como resultado del incidente «se detuvo a dos personas, un hombre y una mujer, también cubanos» esposados y trasladados a la comisaría por los supuestos delitos de «atentado a agentes de la autoridad, resistencia y desobediencia». Diferentes videos dan cuenta del carácter violento del enfrentamiento, y se oyen los gritos de indignación en el inconfundible castellano que se habla en Cuba.
La información termina con la denuncia, por el portavoz de la Plataforma Stop Desahucios, sobre 40 las familias pendientes de desalojo en la ciudad de los turrones por impago del alquiler que «fácilmente se podrían reubicar porque en Alicante hay 20.000 pisos vacíos», una cifra que en el estado español se eleva a tres millones.
Ismara Sánchez, la madre de esta familia cubana, ha dicho sobre sus hijos que «no tiene ningún familiar ni allegado que pueda darles alojamiento a partir de ahora, por lo que ha asegurado que no sabe dónde pasarán esta noche», informa por su parte el diarioelmundo.es. Es el mismo periódico que ayer demonizaba al actor español Willy Toledo por su decisión de irse a vivir a Cuba. Toledo -antes una estrella del cine y las series de televisión españolas- ha sido linchado mediáticamente por su solidaridad con la Revolución cubana y se le ha hecho casi imposible encontrar trabajo en este país.
No recuerdo si aún está enclavada cerca del aeropuerto de La Habana la valla que rezaba: «200 millones de niños y niñas del mundo duermen en la calle cada noche, ninguno de ellos es cubano», pero lo que sí es seguro que ni Pedro Ruiz ni Willy Toledo encontrarán en ese infierno, para elmundo.es y El País, llamado Cuba, un solo infante apaleado por la policía o durmiendo a la intemperie.
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/05/08/alicante-agridulce/