Traducido para Rebelión por J. M.
Primero el judaísmo moderado de los judíos orientales fue pisoteado y algunos se vieron empujados a una práctica ortodoxa extrema que se originó en Europa. Luego fueron culpados por la ortodoxia Ashkenazi originaria y ahora la parlamentaria Ruth Calderón reinventa el judaísmo moderado como si nada de esto hubiera pasado alguna vez.
El discurso inaugural de Ruth Calderón en el Parlamento (hebreo) dejó una huella en nuestra memoria y sorprendió al público israelí. Desde entonces, las Midrashas seculares (seminarios para las mujeres) que ella representa están brotando por todas partes y están presentando un nuevo discurso judío refrescante. Tenemos ante nosotros un judaísmo moderno y progresista que forma un puente entre el pasado y el presente, entre el sionismo y el judaísmo moderado que nos une de nuevo a nuestras raíces. Pero me pregunto si mis antepasados trajeron consigo al Dios de una tradición moderada desde el extranjero. ¿No fueron acaso los antepasados de Calderón los que desestimaron a mis antepasados con un solo golpe y arrancaron a Dios de su corazón? Parece que Occidente una vez más se muestra conquistador y destructor y luego recoge los pedazos y los reorganiza de nuevo en un mosaico que representa sus puntos de vista.
Todos los sábados me apresuro a la sinagoga de los inmigrantes iraníes y mi corazón sucumbe. Veo un lugar de culto público, como otros también cercanos en los que el número de fieles está disminuyendo, de pie en el borde. El envejecimiento de la generación que veo a mi alrededor resulta difícil entender cómo en la Tierra Santa de todos los lugares, la cadena de la tradición que el exilio mantuvo viva, se ha roto.
Llevar a Dios a la modernidad
Los patrones de la secularización y modernización que se inició en Europa en el siglo XVIII, así como los procesos internos como la emancipación judía y el nacionalismo (en particular el sionismo), sacudieron la estructura comunitaria-religiosa. Los judíos europeos estaban divididos entre el completo laicismo, por una parte, y una ortodoxia profunda que proclamaba que «la renovación está prohibida por la Torá», por la otra. Por otro lado, en el centro de la memoria colectiva de los judíos europeos está el Holocausto, un punto de inflexión en el que muchos perdieron a su Dios en el algún lugar de Auschwitz. El sionismo, que reinventó «al judío nuevo», rechazó la Diáspora, se despojó de los valores de la religión y la vació de la noción de Dios. El libro de los libros fue reemplazado por el martillo y la hoz, Shmira (guardias), el trabajo y la educación hebrea. Ben Gurion profesaba que «en 30 años, los judíos ortodoxos existirán sólo en los museos».
Mis antepasados, en comparación, judíos de los países musulmanes, también pasaron por procesos de modernización en varias colonias de los imperios europeos. Pero a diferencia de sus hermanos europeos, no abandonaron la religión ni se rodearon de murallas. La estructura de la familia y los valores tradicionales seguían siendo importantes a pesar de los cambios que tuvieron lugar en su estilo de vida y el centralismo de la religión entre los judíos. Los judíos orientales supieron traer a Dios con ellos hacia la modernidad, con una clara intención de preservar sus tradiciones.
¿El mesías Ben David Gurion?
Como parte de la promoción de las numerosas olas de inmigración a Israel, la Agencia Judía llegó a los judíos de los países musulmanes argumentando que «el tiempo de la salvación está sobre nosotros». Se aprovecharon de su anhelo por Sión, les explicaron que Herzl y Ben Gurion eran los sucesores de Moisés y Aarón, y por lo tanto, Golda es la profetisa Miriam. Nuestras abuelas y abuelos ingenuos creyeron y emigraron a Israel. Anhelaban tanto Jerusalén y la Tierra Santa tanto que incluso llamaron a sus hijos con el nombre de los nuevos profetas. Después, la Agencia Judía usó el nombre de Dios en vano con el fin de conseguir que emigrasen, les susurraban al oído que Dios ya no es relevante en este caso y que los que creen en él son primitivos. Llamaban «modernización» a la apisonadora de la secularización que arrasó sobre los nuevos inmigrantes. Con sus propias manos cortaron nuestras patillas, segaron el patrimonio de nuestros antepasados y erradicaron todo rastro de Dios. Partidos como el Tami (El Movimiento para la herencia de Israel), que trató de rebelarse y promover a las comunidades tradicionales, rápidamente se desvanecieron. La fractura que el sionismo produjo en los judíos orientales era tan profunda que los dividió en dos barricadas: secularización o la ortodoxia que se asemeja al judaísmo europeo. Así es como los judíos orientales se encontraron vistiendo la ropa de los judíos de Lituania, estudiando en instituciones de judíos ashkenazíes. No es casual que el partido Shas se llame Sefaradí y no Mizrahi (Sefaradí es un adjetivo de mayor prestigio en la percepción israelí) y define su religión como ortodoxa y no como judaísmo tradicional.
Como un hecho fáctico, el fracaso de Tami como movimiento que hizo un llamamiento a los componentes básicos de los ciudadanos Mizrahíes tradicionales, y no a la ortodoxia Sefaradí, demuestra el triunfo de la política del crisol de culturas y el despojo de la cultura y la tradición auténtica de los judíos de los países musulmanes.
Así es como creció toda una generación que sufrió la secularización forzada, lo que llevó a algunos de ellos a la ortodoxia radical. La misma brasa que mantiene el fuego de la tradición les obligó a confundirse entre solideos negro y de punto, porque los nuestros, solideos claros, pasan inadvertidos. Los judíos mizrahíes tradicionalistas se perciben en la sociedad israelí como besuqueadores de Mezuzá e insensatos creyentes de amuletos.
¿Nadie se detuvo a preguntar cómo sucedió que los nietos de los rabinos sabios y conocedores no siguieron sus pasos y rechazados todos los elementos de su patrimonio?
¿Y cuál fue el motivo para arrancar la tradición de estos judíos?
El simple hecho de que los judíos tradicionalistas representan una amenaza a la laicidad del Estado. La maravillosa y relajada moderación que sabe cómo zurcir para juntar el mosaico judío para los israelíes de hoy, provoca desvelos por la hegemonía secular Ashkenazi. La ortodoxia, por otro lado, encaja en la polarización entre laicos y ortodoxos, el carácter moderno de la Diáspora, común y extrema. El «atavío» del tradicionalismo que Israel ha adoptado en los últimos años sólo para el espectáculo, todavía erradica los valores y la profunda comprensión de las festividades israelíes. Al igual que el sionismo, el carácter israelí vació las fiestas judías de contenido y las convirtió en fiestas de compras y comidas, que implosiona en la memoria de la familia judía tradicional.
El carro está vacío
Ahora, a consecuencia de que el régimen Ashkenzi-sionista entró en colapso, reinventa a Dios. Ruth Calderón y sus Midrashas seculares, la misma gente que desarraigó a Dios de los corazones de los judíos Mizrahíes, los que clamaban que el carácter Sefaradí moderado no tiene lugar en Israel, reclaman el derecho a Dios y sus enseñanzas. Lo llaman «judaísmo progresista», y nosotros ¿seguimos siendo invisibles?
Y yo me pregunto, y alzo la voz, ¿no fueron ustedes quienes quisieron la Torah de Herzl y las doctrinas de Ben Gurion? Entonces, deben aferrarse a eso. Y por fin, ustedes deben entender que la historia judía hebrea es del Medio Oriente y no de Europa. ¡El origen de nuestros progentirores y de nuestras madres está aquí, en el hemisferio Oriental que es verdaderamente Mizrahi!
No me voy a poner a un lado y ver cómo ustedes hablan en nombre de mi Dios, después de habernos despojado del recuerdo de la cultura de mis antepasados y ahora busca heredar su camino y su tierra. De esto acusó el profeta Eliyahu al rey Ahab de la historia de la desposesión de la viña de Navot: «¿Has asesinado y también vienes a tomar posesión»?
Abraham H. Muthada es un escritor y profesor de comunicación y periodismo. Este artículo apareció originalmente en hebreo en Haokets .
Fuente: http://972mag.com/have-you-murdered-and-also-taken-possession/80647/
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