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Con moderados así, no hacen falta radicales

Así son los políticos moderados en Israel

Fuentes: Haaretz

Traducido para Rebelión por Sonia Martínez Icardo

Haim Ramon ha reaparecido con fuerza. Como si de una reinvención del idioma hebreo se tratara, ha acuñado un término: «oxígeno infraestructural». Israel debe atacar al oxígeno infraestructural de Gaza. Fiel a sus sugerencias durante la Segunda Guerra del Líbano («Está permitido destruirlo todo»), se ha convertido ahora en el progenitor de la doctrina que aboga por cortar la electricidad, el suministro de gasolina y de agua potable a la ciudad de Gaza. Ramon se siente muy orgulloso de su plan demoníaco: «Es la primera vez que el Gobierno ha debatido acerca de este tipo de propuestas», dijo. Desde su punto de vista, el punto de vista jurídico es «una alucinación»; no existe ninguna diferencia entre Hamas y Al Qaida. Y, ¿qué pasaría si el corte del suministro de agua y electricidad en Gaza no resultara efectivo? «Si no lo probamos, no lo sabremos», dijo el Ministro a la persona que le entrevistaba. O sea, que estamos ante un experimento realizado sobre seres humanos. Como todos sabemos, Ramon representa a un partido centrista, y se le considera como a uno de los moderados del partido.

La Ministra de Exteriores, Tzipi Livni también es moderada. Apoya también la doctrina impulsada por Ramon. Ella dice que «Es inconcebible que la vida en Gaza continúe siendo normal». Bajo el punto de vista de la moderada Ministra de Exteriores, la vida en Gaza es «normal» -parece que no tiene ni idea acerca de cómo es realmente la vida allí- y un corte de los suministros acabará con los misiles caseros Kassam fabricados por Hamas. La sedienta, hambrienta y asfixiada población ejercerá presión y, abracadabra, se acabarán los Qassams.

Estas estúpidas ideas han provocado menos protestas entre nosotros que aquella acerca de la obligación de los ciclistas de llevar casco. Todo el debate se llevó a cabo de un modo solemne: una persona propone el corte de suministro de electricidad, mientras otra sugiere terminar con la distribución de cigarrillos y perfume. Nadie se opone ni protesta contra la medida, todo lo que tenemos que hacer es escuchar la opinión de los asesores legales, decidir y, por último, ejecutar. Avigdor Lieberman, Shaul Mofaz y Avi Dichter ya no son necesarios: los moderados están haciendo su trabajo. El discurso israelí ha pasado a ser monstruoso, y lo más terrible es que estas propuestas no provienen de los más extremistas, sino de la corriente centrista. ¿Y qué dice la izquierda?: «No existen palestinos moderados». Bueno, entonces tampoco hay israelíes moderados. En nuestro caso, el centro es en realidad la derecha disfrazada.

Pero, afortunadamente, justo cuando esta incitación a la comisión de crímenes de guerra se planteó, Human Rights Watch, la reputada e imparcial organización usamericana, publicó un informe en el que se demuestra que los oficiales del ejército israelí cometieron crímenes de guerra en Líbano y que Israel violó seriamente el derecho internacional al matar indiscriminadamente a cientos de ciudadanos.

Las propuestas de Ramon y Livni preparan el terreno para el próximo informe. Tras poner en marcha el plan de Ramon, se intensificará el boicot a Israel y se invitará a llevar a los responsables del próximo crimen ante un juez.

No hay lugar para la discusión acerca de los matices legales: el hecho de infligir daño intencionadamente a la población civil es un crimen de guerra. Y los cuarenta años de ocupación de Gaza no han terminado, simplemente han cambiado las formas. Pero el camino que quiere llevar Ramon no es solo ilegal e inmoral, es además ineficaz. ¿Cuánto tiempo más vamos a creer que machacar a la población puede hacerla más moderada? ¿No son suficientes cuarenta años de experiencias amargas suficientes para enseñarnos que lo cierto es justo lo contrario?

Una pregunta más: ¿Es más importante para nosotros el destino de Gilad Shalit que el de los niños de Sderot? ¿Por qué se puede negociar con Hamas cuando esta opción surge de Shalit mientras que la posibilidad de conversaciones similares con el grupo en una situación de alto el fuego -el único modo de asegurar la seguridad de los niños de Sderot- parece ser una herejía? Los padres de Sderot, deberían haber sido los primeros en demandar al gobierno un alto el fuego, en lugar de enviar al ejército israelí a Gaza y llevar adelante las locas propuestas de Ramon.

Debemos recordar por un momento el último apagón que vivimos. En junio de 2006 la Compañía Eléctrica Israelí puso en práctica diversos apagones que duraron varias horas -sólo varias horas-. Fue un infierno: se colapsaron las líneas telefónicas por llamadas de personas atrapadas en ascensores, un habitante de Ofakim, que necesitaba su máquina de oxígeno para vivir, fue hospitalizado muy grave. ¿Están Livni y Ramon preparados para entender el significado de un corte del «oxígeno de infraestructuras» durante días y semanas? ¿Están preparados para asumir la responsabilidad de hacer esto tras saber que el resto del mundo ha manifestado su opinión y, tal vez, incluso emprenda acciones legales? Muchos jefes de Estado convictos se sientan ya en las prisiones de La Haya.

Fuente: http://www.haaretz.com/hasen/spages/902119.html

Sonia Martínez Icardo es miembro de Cubadebate y Rebelión.