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Atolladero perpetuo

Fuentes: Al Ahram Weekly

Traducción para Rebelión de Loles Oliván

Está previsto que el presidente de la Autoridad Palestina (AP) Mahmud Abbas anuncie formalmente el retraso de las elecciones generales palestinas hasta nuevo aviso.

Esta semana un funcionario de la AP próximo a Abbas declaraba que éste no tenía más opción que retrasar las elecciones. «El presidente ha llegado a la conclusión de que es imposible celebrar elecciones sin la Franja de Gaza. Tampoco estamos seguros de que Israel permita participar a los habitantes de Jerusalén en las elecciones».

Hace unas semanas Abbas emitió un decreto por el que se convocaban «elecciones presidenciales y legislativas» a celebrarse en Cisjordania, Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza el 24 de enero de 2010. Sin embargo, el estancamiento en los intentos de reconciliación entre Fatah y Hamas y, sobre todo, un proceso de paz con Israel aparentemente sin esperanza han motivado que el dirigente de la AP anuncie que no participará en las próximas elecciones. En una serie de entrevistas recientes en medios de comunicación árabes y extranjeros, Abbas ha subrayado que su decisión no es un farol y que es probable que ponga fin a su carrera política. «Tal vez las elecciones se retrasen un año más o menos, no lo sé. Lo que estoy diciendo ahora es que no voy a ser candidato», declaraba el dirigente de la AP en una entrevista con la BBC en árabe.

Abbas dijo que la dirección de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tomará «medidas» no especificadas para evitar un vacío constitucional cuando su mandato expire el 25 de enero de 2010. La dirección de la OLP, incluida Fatah, ha tratado en vano de convencer a Abbas para que reconsidere su decisión. Los dirigentes de Fatah declararon que no elegirían un sucesor de Abbas, lo que podría agravar aún más la crisis política y constitucional que afrontan tanto la AP como la OLP, poniendo en peligro la supervivencia de la primera.

El Comité Central de la OLP, en su intento de hacer frente a la creciente crisis celebrará previsiblemente una importante reunión a mitad de diciembre. Según funcionarios de Fatah, el comité, que ocupa una posición intermedia entre el Consejo Nacional Palestino (CNP) y el Comité Ejecutivo de la OLP, intentará cambiar la decisión de Abbas al respecto de su intención de dimitir. Sin embargo, en caso de que Abbas insista en dejarlo, tal y como se espera, el Comité Central tomaría «decisiones de largo alcance», incluida la disolución del Consejo Legislativo Palestino (CLP) -controlado por Hamas aunque de hecho paralizado-, así como habilitaría a la OLP para que asuma muchas de las principales funciones y competencias de la AP -del gobierno de Salam Fayyad respaldado por Occidente.

La disolución del CLP, que es el Parlamento palestino de facto, podría ser muy complicada. El consejo, un órgano elegido, es una parte integral de la autoridad de autogobierno y su disolución, sin disolver toda la estructura de la AP, sería interpretada por Hamas como un acto hostil por parte de Fatah dirigido en primera instancia contra la organización islamista. «Un órgano no electo no puede disolver un órgano elegido», manifestaba Ahmed Bahr, vicepresidente del CLP. Aziz Duweik, presidente del CLP ha reiterado en diversas ocasiones la misma observación.

No está claro aún qué medidas de represalia tomaría Hamas contra Fatah y contra la OLP en caso de que el Comité Central decidiese disolver el CLP. Lo que está claro es que la crisis que se generaría si se tomase tal decisión agravaría seriamente la crisis actual.

Azzam al Ahmed, antiguo dirigente de Fatah, expresaba el temor ante la salida de Abbas de la vida pública diciendo que «hundiría a la dirección y al pueblo palestino en una crisis real». «Si el presidente no da marcha atrás (a su decisión de no presentarse a las próximas elecciones), ello conducirá a un colapso total de la AP y no sólo a su desmantelamiento», declaró Ahmed al diario árabe de Jerusalén, Al Quds.

En las últimas semanas Hamas ha mostrado indicios contradictorios respecto al futuro de los esfuerzos de reconciliación nacional bajo la mediación de Egipto. Los dirigentes del movimiento islámico en Gaza han afirmado el deseo de Hamas de alcanzar un acuerdo con Fatah tan pronto como sea posible. Algunos portavoces anunciaron incluso que Hamas firmaría el documento formulado por Egipto después de la fiesta de Eid al-Adha. Sin embargo, otros dirigentes de Hamas fuera de Palestina ocupada han indicado que la reconciliación con Fatah está todavía muy lejos. Señalaban que la atmósfera actual en los territorios palestinos ocupados, especialmente en Cisjordania, no es propicia para la celebración de elecciones.

En un acontecimiento relacionado, el gobierno egipcio ha invitado a El Cairo a «la Comisión de Reconciliación Nacional», integrada por intelectuales independientes y dirigentes comunitarios palestinos, para discutir las reservas y observaciones de Hamas al documento de proyecto de la reconciliación. Un miembro del comité, Iyad al Sarraj, neuropsiquiatra de Gaza, habló con optimismo sobre las perspectivas de la firma del documento de Hamas en el futuro próximo. El jefe de la comisión, Yaser Wadiya, señaló que los esfuerzos de reconciliación se reanudarán después de Eid Al-Adha. Citado por la Agencia de Noticias Maan, declaró que los delegados, en coordinación con Egipto, ofrecerían garantías y adoptarían medidas de fomento de la confianza para llegar a un acuerdo final.

Mientras tanto, la guerra de propaganda entre las dos partes no disminuye. Abbas, por su parte, ha venido reiterando las acusaciones de que Hamas ha estado manteniendo «conversaciones secretas» con Israel en Ginebra y ha dicho que el movimiento no estaba en condiciones de reclamar «una posición moral». Las acusaciones, negadas con vehemencia por Hamas, parece que carecen de credibilidad, a menos que Abbas y sus asesores se refieran a las conversaciones indirectas con mediación alemana acerca de un posible acuerdo de intercambio de prisioneros entre Israel y Hamas. Fatah está especialmente preocupado por el hecho de que la liberación por parte de Israel de centenares de dirigentes palestinos de cárceles israelíes a cambio de la liberación por parte de Hamas del soldado israelí Gilad Shalit constituya un refuerzo de popularidad enorme para Hamas.

Eso explica el hecho de que funcionarios de la AP hayan tratado de restar importancia al posible acuerdo para que no fortalezca a Hamas y debilite a Fatah. Los portavoces de Fatah han atacado a Hamas por haber aceptado supuestamente la exigencia de Israel al respecto de que un número indeterminado de los presos palestinos excarcelables sean enviados al extranjero durante varios años. Hamas no ha confirmado las informaciones a este respecto. Igualmente preocupa a Fatah que la liberación por parte de Israel de dirigentes de la OLP como Marwan Barghuti, posible sucesor de Abbas, y Ahmed Saadat, jefe del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), situase a Fatah en deuda con Hamas y pudiera bloquear a Abbas si decidiese renegar de su amenaza de dejar la política.

Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2009/974/re2.htm