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COP 21 París: Cumbre de Cambio Climático

¡Basta de cuentos!

Fuentes: Rebelión

«No es verde todo lo que se pinta de verde». Eduardo Galeano Desde el 30 de este mes y hasta el 11 de Diciembre, se desarrolla en París, la «COP 21 o Cumbre de la Tierra sobre Cambio Climático», con el cada vez más inalcanzable objetivo de lograr un consenso para reducir los gases de […]

«No es verde todo lo que se pinta de verde». Eduardo Galeano

Desde el 30 de este mes y hasta el 11 de Diciembre, se desarrolla en París, la «COP 21 o Cumbre de la Tierra sobre Cambio Climático», con el cada vez más inalcanzable objetivo de lograr un consenso para reducir los gases de efecto invernadero que provocan el tan mentado y peligroso cambio climático, que impida la elevación de la temperatura media en más de 2 grados centígrados.

El maquillaje y la pintura verde sólo alcanzan para teñir un poco, cambiar algunas cosas, para que en realidad nada nada cambie y a la par que resuenan los ecos de discursos encendidos, apelando a la responsabilidad de todos para salvar el futuro común, la industria armamentista aumenta sus presupuestos a niveles astronómicos para matar con mayor eficiencia y celeridad, y las mineras, petroleras, bancos y los casinos globales se derraman por toda la geografía planetaria, en una danza de billones que nos arrastra en su torbellino devastador.

En cada una de las que precedieron, por lo menos en los últimos años, lo único que ha sobrado es la falta de voluntad política para lograr acuerdos que impidan que millones de personas sigan marchando hacia el abismo, más allá de las altisonantes declaraciones en pos de la responsabilidad común en la salvaguarda del planeta.

Lo único que se ha afianzado en estos tiempos, es el fabuloso turismo verde en torno a las cumbres de la ONU, que de conformidad a fuentes bien informadas se calcula que a la Ciudad Luz, pese a los desastrosos atentados  sufridos, asistirán más de 40.000 personas, con un costo aproximado de 1.100 millones de euros.

Mucho gre gre, para decir Gregorio y mucho ruido y pocas nueces.

Todos los apelativos y apelaciones a la racionalidad caen en saco roto, ni siquiera la decidida intervención del Papa Francisco después de la encíclica «Laudato si», ha logrado que los poderosos de la Tierra dejen de pensar en sus propios intereses económicos y no sigan rascándose para adentro.

Por otro lado, la mezquindad de los países de mayor capacidad económica y responsables del descalabro, es asombrosa, ya que los fondos comprometidos para instrumentar medidas de adaptación y mitigación a la nueva realidad climática, brillan por su ausencia, más allá de los compromisos, no muy claros, sobre los fondos a aportar, que nunca aparecen.

Éramos muchos y parió la abuela, si así como lee, ya que además de la ineficacia demostrada por la ONU en estos temas y otros, ahora un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU, asevera sin ponerse colorado, que la energía nuclear (con los peligros que encierra) podría ser la solución en la lucha contra el cambio climático y para ello es necesario construir entre 10 y 20 centrales al año hasta el 2040, o sea entre 300 y 500 nuevas centrales nucleoeléctricas, más del doble de la que están en funcionamiento en el planeta.

Frente a tantos disparates, uno se ve tentado a pensar que el cambio climático no es todo lo amenazador que dicen o que el objetivo encubierto es salvar la Tierra, más no a muchos de sus habitantes, los que sin dudas estarían sobrando.
Cuando finalice esta cumbre y su gran escenario circense montado, más allá de la frustración y la desilusión de muchos, sin dudas que entre bambalinas, los encargados, productores y directores del montaje, champaña en mano, podrán decir con un dejo de satisfacción: «el objetivo está cumplido».

Lo dejo para que lo piense y me despido hasta la próxima aguafuertes.
 
Ricardo Luis Mascheroni  – Docente

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.