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Entrevista a Paul Kennedy, historiador.

Bush y los suyos no sabían ni dónde quedaba Bagdad’

Fuentes: Clarín

El gobierno de George W. Bush no es un accidente en la historia. refleja una forma de mirar el mundo de una parte de la sociedad norteamericana, que repite errores de otros pensamientos conservadores.

 

• Hace más de una década, usted escribió un artículo plagado de preguntas sin respuesta sobre la población, la economía, la pobreza. Expresaba cierto temor sobre el futuro. ¿Qué siente ahora?
• Describía un abismo social cargado de conflictos futuros.

-Bueno, la pregunta que hacía era: ¿es cómodo para nuestra especie humana ingresar en el siglo XXI con el 15% de la población dueña del 85% de la riqueza y 85% teniendo que compartir esa pequeña porción de pizza de 15%? Ahora, si usted me dice, ¿cuáles son las estadísticas hoy, profesor Kennedy?, creo que no están mucho mejor. La diferencia de ingreso es cien veces mayor entre los más ricos respecto a los más pobres. Sé que a veces me consideran un pesimista global, pero me molestan los medios laissez-faire como Business Week o The Wall Street Journal que hablan de historias exitosas y rara vez del hecho de que desde 1975 el ingreso de 40 países es peor hoy que hace 40 años.

• En aquel momento no se veía que el mundo además sería mucho más peligroso.

-Es interesante hablar hoy con políticos estadounidenses y británicos mayores que dicen: qué fácil era la Guerra Fría. Supongo que sentían que había cierta simplicidad en el mundo bipolar. Dos cosas lo han vuelto más peligroso: una es la difusión del conocimiento sobre la tecnología nuclear. Y el aumento de la capacidad de ciertos actores para producir poderío nuclear. Y el segundo peligro mayor es el de los actores no estatales. En particular, el terrorismo internacional.

• ¿Sin la crisis de Oriente Medio habría este terrorismo?

-Oriente Medio es lo más extremo y exacerbado. Y nos parece el más extremo porque aunque hacíamos observaciones sarcásticas sobre Bush padre cuando hablaba del «nuevo orden mundial», de hecho 15 años más tarde, en 1991 o 1992, parecía realmente así. La URSS se había desintegrado pacíficamente. En Sudáfrica, terminó el apartheid. Y se serenó América central.

• Es cierto, pero dejaron Oriente Medio a la deriva.

-Bueno, sí. Está eso de los apoyos de la manera más loca a Israel, haga lo que haga Israel. Pero eso es también Bush hijo. Si usted piensa que Israel es el Israel del Antiguo Testamento y el Israel del sermón de su predicador del domingo, entonces a toda costa hay que apoyar a Israel. No me imagino qué habría pensado Eisenhower de la idea de que alguien esté llevando su política en Oriente Medio en razón de su interpretación de los capítulos del Antiguo Testamento.

• ¿También la guerra en Irak?

-¡¡Ah!!, ¿por qué Bush atacó Irak? El es un idealista. Piensa que es realista y un fuerte líder militar, pero es un idealista. Probablemente se deba a su fe cristiana renacida: los cristianos renacidos creen que el mundo es blanco o negro y que el mal anda por ahí. Bush tiene una borrosa comprensión errada del pasado y eso afecta el futuro. Además, los neocon le dicen que es necesario promover la democracia por medios activos. Y que ese tipo en Bagdad era un Adolf Hitler. Recordará algunas caricaturas con el bigote de Hitler y el bigote de Saddam… Se las mostraron al pueblo estadounidense una y otra vez. Hitler, bigote. Saddam, bigote. Le dijeron que no sería difícil derribar ese régimen, que todo sería dulzura y progreso.

• Sueños, por decir lo menos.

-Sueños, sí. Y llegamos a la situación actual. Pensé que era estúpido ir a Irak y escribí algunas columnas, también en Clarín, diciendo que era un error. No me siento orgulloso de haberlo notado. Habría sido mucho mejor si la guerra hubiera funcionado, pero no fue así. Ignoraban lo difícil que es entrar en Oriente Medio y volver a salir.

• ¿Esa ignorancia se extiende como amenaza a Irán?

-No veo posible que puedan hacer demasiado con Irán o Corea del Norte. Uno, los resultados de las elecciones de medio término, y el hecho de que los demócratas que están tomando las principales comisiones incluyen a muchos de los más radicales y críticos. Van a tener muchos problemas con el Congreso. Y dos, debido a lo que sucede en Irak. Si usted tuviera ahora un debate en Washington sobre: ¿tenemos que mandar otros 60.000 soldados? ¿Y de dónde los sacamos? Esa es la naturaleza del debate en Washington, que es un lugar muy deprimente. ¿Ha estado en Washington últimamente?

• No recientemente.

-No vaya. Es muy deprimente. Para la mayoría de los norteamericanos sería incomprensible hablar siquiera de la idea de tomar medidas contra Irán.

• Bush no sabe cómo salir de Irak, pero tampoco acepta las sugerencias de la comisión de James Baker para que negocie con Iran y Siria.

-Todos en Washington están esperando esa comisión. Los demócratas, porque confirmará sus críticas. No puedo decir que Bush la esté esperando ansiosamente, pero si parece una declaración de política bipartidista, considerada, que no mencione la palabra retirada, bueno… para Bush será muy difícil decir no estoy de acuerdo con este informe.

¿Cómo caracteriza a este gobierno y sus neocon? ¿Un accidente en la historia o el dato de un imperio con graves problemas?

-No creo que sean un accidente. Creo que reflejan un movimiento social estadounidense, la forma conservadora de pensar el bien y el mal, las políticas sociales, el Estado grande, la homosexualidad, el aborto. Bush y los suyos ni sabían dónde quedaba Bagdad, y la mayoría sigue sin saberlo, pero era el estilo de vida conservador que les decía que serían cuestionados por todo tipo de fuerzas insidiosas.

• ¿Eso explica la aversión de Bush a la diplomacia?

-Bueno, está aprendiendo que los diplomáticos son importantes. Pero lo está aprendiendo a regañadientes. La renuncia de Donald Rumsfeld es interesante, pero que Dick Cheney todavía mantenga una mano de cartas en Washington es significativo. El problema para Bush es que los neocon lo convencieron de que EE.UU. tenía una misión idealista. Un idealista no acepta un fracaso. Si usted tiene una mentalidad pragmática como Bismarck dice: bueno, probamos esto y si no funciona probamos otro rumbo. Si usted es idealista piensa que hay un solo camino.

• Hay cierta ceguera y soberbia en eso.

-Creo que él estaba convencido de que su poderío militar le permitía hacer cualquier cosa. Es el impacto de ir en el helicóptero presidencial y aterrizar en un portaaviones que tiene como cuatro o cinco canchas de fútbol de largo y usted dice: ¡ah!, ese es el poder estadounidense. Es como Star Wars. Pero los portaaviones no funcionan en el centro de Fallujah. Olvidamos que la guerra, si no es acompañada por una diplomacia inteligente, obtiene sólo un éxito limitado, si es que lo obtiene. Bush tendrá que aprender ahora que la diplomacia cuenta considerablemente. Pero él ha alejado a mucha gente y hay muchos países en Europa, Asia y Oriente Medio que dicen: ¿por qué habríamos de ayudarte?

• ¿Se está repitiendo el caso de Argelia o Vietnam?

-Charles de Gaulle decidió con Argelia igual que Richard Nixon con Vietnam: que no había manera de ganar. No podemos ganar, debemos salir. Es interesante que muchos de los argumentos de los conservadores estadounidenses actuales de que sería una humillación y habría un efecto dominó resuenan parecido. Si nos retiramos de Vietnam, decían, caen Malasia y Singapur y Tailandia e Indonesia. Si salimos de Argelia entonces todo el Norte de África se volverá revolucionario y antifrancés. No podemos conocer el futuro, aun el de Irak. Pero vale la pena decir a los conservadores estadounidenses actuales que yo escuché su argumento antes. Lo escuché cuando los conservadores franceses lo dijeron sobre Argelia, lo escuché cuando los conservadores estadounidenses lo dijeron sobre Vietnam. ¿Qué les hace pensar que tienen razón?


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América latina, a solas


Cuando se le pregunta qué atención reserva el Norte para América latina, Kennedy muestra otra vez su humor inteligente. «Hablaba con un amigo latinoamericano -cuenta- sobre el desdén total de la Casa Blanca por América latina y me preguntó: ‘¿qué es mejor, recibir mucha atención de la Casa Blanca o muy poca?’ Es acertado. La atención que EE.UU. prestará a América Central y del Sur será pequeña, fuera de Colombia o Chávez o algo de México. Pero en tanto América latina no sea un problema para el Norte, nosotros ni siquiera los miraremos. Con Canadá sucede lo mismo. A EE.UU. no le importan los canadienses y ellos están encantados con eso. Creo que lo que hagan los latinoamericanos lo harán solos».

«Veremos algunos gobier nos diciendo: no podemos ignorar la globalización, pero ¿cómo nos preparamos mejor para la competencia? Y verán a algunos países a los que les ha ido mejor en los últimos 20 años. Hay dos o tres cosas básicas. Educación primaria y secundaria; mejorar las comunicaciones, ser atractivos para el capital y dar garantías de estabilidad. Un buen avance será que los países sudamericanos piensen menos en esa relación bilateral avasallante con EE.UU. y más en ampliar la relación con China y Europa y entre ellos. Si tienen una relación de tres vías, es como una silla de tres patas; pero si tienen una relación de cuatro vías con sus economías vecinas, es una mesa de cuatro patas, y eso es muy fuerte. Con una sola pata, no es una gran estructura».

Señas particulares

• Historiador inglés, nacido en 1945. Profesor de Historia y director de Estudios de Seguridad Internacional en la Universidad de Yale (EE.UU.).

• Doctorado en la Universidad de Oxford, es experto en estrategia militar y relaciones internacionales y autor de numerosos libros, entre los que se destaca «Auge y caída de las grandes potencias».

• Participó en Bs. As. de la 54 Convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción.