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Carta sobre el cese de las hostilidades

Fuentes: Traducción por Siria

Al excelentísimo Secretario General de Naciones Unidas, el señor Ban Ki Moon. Al excelentísimo ministro de Exteriores de la Federación Rusa, el señor Sergei Lavrov. Al excelentísimo Secretario de Estado de EEUU, el señor John Kerry. Al excelentísimo embajador Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para Siria. A los excelentísimos ministros de Exteriores […]

Al excelentísimo Secretario General de Naciones Unidas, el señor Ban Ki Moon.

Al excelentísimo ministro de Exteriores de la Federación Rusa, el señor Sergei Lavrov.

Al excelentísimo Secretario de Estado de EEUU, el señor John Kerry.

Al excelentísimo embajador Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para Siria.

A los excelentísimos ministros de Exteriores de los países miembros del Grupo Internacional de Apoyo a Siria.

Cuando está a punto de celebrarse una nueva ronda de negociaciones sobre la cuestión siria en Ginebra, nos dirigimos a ustedes mediante esta carta en la que exponemos nuestro punto de vista sobre la declaración de Múnich emitida por el Grupo Internacional de Apoyo a Siria el 11 de febrero de 2016, y el comunicado posterior emitido por EEUU y Rusia en calidad de copresidentes de dicho grupo, y el grupo de trabajo para supervisar el alto el fuego en Siria, el 22 de febrero de 2016. Dicho grupo se comprometió a una serie de medidas relacionadas con la llegada de ayuda humanitaria a quienes lo necesitan en el interior de Siria, a certificar un cese global de las hostilidades, y a trabajar de cara a una transición política que ponga fin a la lucha en nuestro país.

En primer lugar, queremos llamar su atención sobre el hecho de que los abajo firmantes coordinaron esfuerzos para la emisión de la declaración del 26 de enero pasado, apoyada por 277 organizaciones civiles sirias y 1033 personalidades de ese país que trabajan en el ámbito civil, que recoge el punto de vista de la sociedad civil siria sobre el proceso de negociación que pretende lograr una solución política a la cuestión siria. También queremos aclarar que las observaciones y conclusiones incluidas en nuestra carta están basadas en un estudio exhaustivo de las medidas propuestas en la declaración de Múnich, y las amplias discusiones mantenidas con las diferentes asociaciones de la sociedad civil que trabajan en el interior de Siria, además de las bases establecidas por la declaración de la sociedad civil siria antes mencionada.

Excelentísimos señores y señoras:

Siendo conscientes y comprendiendo las posturas y factores que afectan a los distintos representantes de los países miembros del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, vemos que las dos declaraciones arriba referidas siguen estando muy lejos de satisfacer las aspiraciones de la gran mayoría del pueblo sirio, y son incapaces de ofrecer la protección a los civiles sirios, millones de los cuales intentan emigrar fuera de Siria buscando seguridad y dignidad. A continuación, exponemos de forma detallada, nuestras observaciones:

Sobre las cuestiones humanitarias:

1. Sin duda, aplaudimos con efusividad la decisión de introducir ayuda humanitaria a los necesitados en las zonas bajo asedio y para ello pueden contar con toda nuestra colaboración. Sin embargo, resulta irritante y doloroso que la comunidad internacional, tras cinco años de la campaña bárbara del régimen de Asad contra el pueblo sirio, no haya sido capaz de obligarle a levantar de forma inmediata toda forma de asedio y a no utilizar el hambre como método para subyugar al pueblo sirio en su guerra contra él. Vemos en el hecho de que la comunidad internacional no preste atención a ese tipo de comportamientos deleznables y el hecho de que se conforme con intentar paliar sus efectos, una traición a los valores humanos y una plasmación de las violaciones a la legislación humanitaria internacional, que prohíbe el uso del hambre como instrumento de guerra contra los civiles.

2. Si bien somos conscientes de los esfuerzos llevados a cabo para paliar la tragedia humanitaria que provoca el asedio a los civiles, resulta doloroso que otras cuestiones humanitarias que no son menos trágicas queden al margen de los comunicados y declaraciones del Grupo Internacional de Apoyo a Siria. Además, creemos que la comunidad internacional no ha cumplido con sus compromisos en torno al expediente de los detenidos y los desaparecidos forzosos en las cárceles del régimen de Asad. Ello, a pesar de que sus cifras son iguales o superiores a las de los asediados por el régimen, y que se exponen a la tortura, la humillación y el asesinato de forma sistemática según indican los informes de la ONU y asociaciones de derechos humanos, sin contar las terrible fotografías que se han filtrado de las cárceles de Asad. La incapacidad de la comunidad internacional para imponer al régimen la inmediata puesta en libertad de los detenidos forma parte también de la constatación de las violaciones de la legislación internacional y la traición a la conciencia y los valores humanos.

Sobre el cese de las hostilidades

1. Apoyamos los esfuerzos realizados para lograr un alto el fuego y la protección de los civiles sirios, ratificados por la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en su introducción, en la que hace un nuevo llamamiento a la protección de los civiles de la que responsabiliza principalmente a las autoridades sirias. Sin embargo, hacemos hincapié en el párrafo 5 de dicha resolución, que establece una relación entre el alto el fuego y el proceso político. Creemos por tanto, que las acciones de cara a reducir la vertiginosidad del conflicto por medio de conceptos no vinculantes como «el cese de las hostilidades», como dice la declaración de Múnich, o «la tregua», como dice el documento de EEUU y Rusia, plantean dudas sobre la seriedad y utilidad de los esfuerzos del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, y pasan por alto la relación entre el alto el fuego y el inicio del proceso político.

La resolución 2254 del Consejo de Seguridad, en el párrafo 5, establece que el alto el fuego ha de comenzar «en el momento en que los representantes del gobierno y de la oposición siria den el primer paso hacia una transición política». No obstante, los esfuerzos que se han realizado para celebrar las últimas negociaciones de Ginebra a finales de enero de 2016 entre las delegaciones del régimen y la oposición, no han logrado dar comienzo a un verdadero proceso político, y no han avanzado nada en la transición. De hecho, dichas conversaciones fueron abortadas por el jefe de la delegación del régimen, Bashar al-Jafari, cuando dijo claramente: «No habrá negociaciones, pues estamos aquí solo para celebrar conversaciones indirectas». Por tanto, vemos que la imposición de un cese de las hostilidades antes de que se produzca algún progreso en la transición política contradice la esencia de la resolución antes mencionada. Además, nos preocupa enormemente que la cabeza del régimen, Bashar al-Asad, haya convocado elecciones parlamentarias anticipadas para el 13 de abril de 2016. Ello es un claro ejemplo de que el régimen sirio no quiere entrar en un proceso político serio, y hace que todos los esfuerzos de cara al mismo sean estériles y faltos de seriedad.

2. Resulta sorprendente y frustrante el hecho de que se impongan los conceptos de «cese de las hostilidades» y «tregua», que es la primera vez que se utilizan en el contexto del proceso político de Siria, ya que no están sujetos a mecanismo alguno de observación ni cumplimiento. Aunque comprendemos que el cese de las hostilidades puede ser el preludio del anuncio de un alto el fuego monitorizado por una parte neutral, tememos que se convierta en una forma de evadir la resolución 2254 del Consejo de Seguridad, que dio al Secretario General de Naciones Unidas el plazo de un mes para presentar sus propuestas sobre los mecanismos de observación de un alto el fuego. En el párrafo 7, se puede leer lo siguiente: «es necesario un mecanismo de observación del alto el fuego para poder certificarlo e informar de ello, y se pide al Secretario General que presente al Consejo de Seguridad un informe sobre las opciones para crear dicho mecanismo apoyado por el propio Consejo, en el plazo máximo de un mes desde la publicación de esta resolución». Sin embargo, hasta donde sabemos, el Secretario General no ha hecho ninguna propuesta oficial a la ONU ni tampoco lo ha hecho el enviado especial para Siria, el señor De Mistura. Por su parte, la declaración de Múnich no ha hecho mención alguna a dichas peticiones y necesidades.

Por tanto, insistimos en la necesidad de que haya mecanismos claros que obliguen al régimen especialmente -ya que se trata de la parte que inició la guerra contra el pueblo sirio ─ a respetar el alto el fuego y determinar las consecuencias de no hacerlo. Esto es importante porque el régimen cuenta con un amplio historial de violación de las resoluciones internacionales y la evasión de las mismas desde que el enviado conjunto de Naciones Unidas y la Liga Árabe, el señor Kofi Annan, presentara su iniciativa de seis puntos, y hasta hoy. Esto lo dejó claro el propio Asad en su declaración del lunes 15 de febrero de 2016, cuando dijo que «el alto el fuego no significa que todas las partes dejen la actividad armada, y nadie puede aceptar todas las condiciones de un alto el fuego en tan solo una semana».

3. La declaración de Múnich, y el posterior documento emitido por EEUU y Rusia decretan que el grupo de trabajo para el alto para supervisar el alto el fuego en Siria trazará las líneas de las zonas que controlan el Estado Islámico, el Frente de Al-Nusra y otros grupos catalogados como terroristas por parte de Naciones Unidas, para excluirlos del cese de las hostilidades y permitir las actividades militares contra ellos. Nuestros datos sobre el terreno confirman que no hay ninguna zona en Siria bajo control absoluto del Frente de Al-Nusra, sino que dicho frente se encuentra junto a otras facciones opositoras armadas en muchos puntos del territorio sirio que está fuera del control del régimen de Asad. Frente a ello, el Estado Islámico controla amplias zonas de Siria de forma individual y absoluta. Partiendo de lo anterior, la aplicación práctica de la declaración de Múnich supone que las zonas bajo control del Estado Islámico son las únicas que quedarán excluidas del cese de las hostilidades. Esta diferenciación es extremadamente importante porque el régimen sirio y sus aliados ─entre ellos la Federación Rusa─ tienen por costumbre atacar a los civiles y sus infraestructuras, además de las facciones opositoras armadas so pretexto de «la lucha contra el terrorismo y las fuerzas terroristas».

Queremos hacer aquí mención al hecho de que la bárbara campaña del régimen sirio y sus aliados contra «el terrorismo» ha supuesto solo en el mes de enero de 2016 ataques contra 25 puntos de infraestructura, 21 instituciones educativas, 18 centros religiosos, 16 centros médicos, 9 conjuntos residenciales y 3 centros culturales, además de un campamento de refugiados, según las estadísticas de la Red Siria de Derechos Humanos.

4. El acuerdo entre los dos copresidentes emitido el 22 de febrero de 2016 habla de «un uso proporcionado de la fuerza (es decir, que no ha de exceder lo estrictamente necesario para enfrentarse a una amenaza directa) siempre y cuando la respuesta sea en defensa propia», pero no se apunta a la clave del problema, que es el uso indiscriminado de la fuerza, un tema que exige ser tratado con celeridad. En realidad, según los datos confirmados por la Red Siria de Derechos Humanos y el Centro de Documentación de Violaciones, el 95% de las víctimas de los bombardeos de la aviación rusa son civiles, y el 98% de las víctimas de la aviación del régimen sirio también.

5. La participación de la Federación Rusa como líder del comité del alto el fuego supone una contradicción con la campaña militar que ese país ha lanzado contra el pueblo sirio para ayudar a la consolidación del gobierno de Bashar al-Asad. Creemos que Rusia no está capacitada para dirigir los esfuerzos de cara a un alto el fuego o el cese de las hostilidades si se tiene en cuenta dicha política. Desde su injerencia ilegítima en Siria, el 70% de los bombardeos aéreos rusos han sido contra zonas donde no hay presencia alguna del Estado Islámico. Además, no ha cejado en sus ataques conjuntos con el régimen de Asad contra las fuerzas de la oposición armada o las infraestructuras civiles, antes, durante y después de las conversaciones de Ginebra y Múnich. Cerca de 1400 civiles han muerto y casi 5800 han resultado heridos, entre ellos los trabajadores de salvamento y personal sanitario, debido a los bombardeos conjuntos entre Rusia y las fuerzas de Asad desde que comenzó 2016. Rusia además apoya al régimen de Asad militarmente en su asedio a la zona liberada de Alepo, donde residen cerca de 350.000 civiles.

Señoras y señores:

La protección de los civiles en toda Siria es una cuestión recogida en todos los documentos internacionales y las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Siria, y es un objetivo por el que todos debemos trabajar con todas nuestras fuerzas. Les pedimos que tomen todas las medidas necesarias para ello. Por nuestra parte, vemos la cuestión del alto el fuego como un paso que ha de garantizar la protección de los civiles sirios y no servir al interés del régimen de Bashar al-Asad, que pretende beneficiarse de ello, para mejorar su position militar, y así seguir provocando bajas en el pueblo sirio y entorpecer el proceso de negociación para una transición política en Siria. El alto el fuego ha de ser el preludio para un proceso político serio que trate las raíces de la cuestión y no se conforme con paliar sus efectos. Para ello, es preciso que se implemente de forma inmediata y total la declaración de Ginebra de 2012, que es la base de todas las resoluciones del Consejo de Seguridad que se han emitido desde ese momento.

Bashar al-Asad y los dirigentes de su régimen no pueden ser parte de ninguna transición política que ponga a Siria en el camino de la paz, la estabilidad y la libertad, y corte de raíz con la dictadura, el terrorismo y la violencia. Por ello, el primer paso para solucionar la cuestión siria pasa por obligar a Asad y sus acólitos a que renuncien a todos sus poderes en favor de un cuerpo transitorio consensuado a nivel nacional. Este seré el inicio de la transición de Siria hacia un estado respetuoso con los derechos y la dignidad de todos los sirios y que se enfrente al terrorismo, siendo un factor de estabilidad en la región y el mundo.

Señoras y señores, deben pasar ya la página de este régimen dictatorial que ha provocado la muerte de al menos 300.000 personas, ha dejado cerca de dos millones de heridos y ha obligado a 12 millones a desplazarse, como respuesta a las peticiones de libertad, dignidad e inserción en la civilización humana del pueblo sirio.

Un cordial saludo.

Iniciativa de la Declaración de la Sociedad Civil Siria

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