Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Un comité parlamentario israelí recomendaba ayer [7 de junio] que se despojara de sus privilegios a una parlamentaria árabe, una medida que trataba de preparar el terreno para enjuiciarla por participar en la flotilla de ayuda para Gaza que los comandos israelíes atacaron la pasada semana.
Hanin Zoubi, que se ha convertido en la odiada figura nacional desde que desafió el relato de Israel sobre el asalto, dijo ayer que estaba enfrentándose a «una caza de brujas».
El ministro del interior, Eli Yishai, ha presentado una petición para que se le revoque la ciudadanía, y en estos momentos se está estudiando un proyecto de ley -denominado «Ley Zoubi»- que permitiría expulsar a un parlamentario por «incitar» contra el estado israelí.
Tras recibir toda una serie de amenazas de muerte, ha sido necesario asignarle un guardaespaldas a la Sra Zoubi. Una página popular de Facebook en hebreo está pidiendo que se la ejecute y una petición online para que se la expulse del parlamento ha recopilado ya las firmas de decenas de miles de israelíes.
La pasada semana se produjeron unas escenas sin precedentes cuando la Sra. Zoubi trató de dirigirse al parlamento, siendo reducida al silencio por los diputados judíos que la llamaban «terrorista» y «traidora». Fue necesaria la intervención de los guardias para impedir que una parlamentaria de la extrema derecha la atacara.
Una vista celebrada ayer en el comité de la cámara de representantes intentó en principio revocar la inmunidad de los seis parlamentarios árabes, incluida la Sra. Zoubi, que viajó a Libia en el mes de abril. Todos los parlamentarios árabes boicotearon la reunión.
Sin embargo, el presidente del comité, Yariv Levin, perteneciente al Partido del Likud del Primer Ministro Benjamín Netanyahu, desvió la atención hacia la implicación de la Sra. Zoubi en la flotilla.
Los asesores jurídicos dicen que se estaba investigando a la parlamentaria por intento de entrar en zona militar cerrada y por violencia contra los comandos. Después de desembarcar del Mavi Marmara en Ashdod la pasada semana, la Sra. Zoubi dijo que la policía la había interrogado por posesión de armas.
El comité aprobó por una mayoría de 7 a 1 que se la despojara de los privilegios e inmunidades parlamentarios, que se le quitara el pasaporte diplomático, supuestamente para impedir que huyera del país, y que se le retirara la ayuda en las tasas judiciales. El parlamento debe aprobar esa decisión.
El Sr. Levin acusó a la Sra. Zoubi de traicionar al país, manifestando que había que llevarla a juicio. «Lo que Zoubi hizo fue traspasar la línea e incluso en una democracia tienen que existir líneas rojas. Quienquiera que se ponga a navegar hacia Hamas es un partidario del terrorismo» declaró.
La Sra. Zoubi respondió: «Han creado un tribunal irregular contra mí y le han pedido a la gente que me haga daño».
Un editorial del periódico liberal Haaretz advertía ayer de que se estaba desarrollando un clima peligroso de «incitación» contra la minoría palestina de Israel, una quinta parte de la población. Otros dos parlamentarios árabes, Ahmed Tibi y Taleb al-Sana, revelaron que también habían recibido amenazas de muerte.
Además de quitarle los privilegios, la Sra. Zoubi se está enfrentando asimismo a la revocación de su ciudadanía. En la historia de Israel sólo se ha utilizado esa medida en dos ocasiones, en ambas contra ciudadanos palestinos acusados de terrorismo.
La pasada semana el Sr. Yishai escribió el fiscal general pidiéndole que siguiera adelante y diciendo que la Sra. Zoubi había «encabezado un grupo de terroristas» y que «sin duda era muy consciente de los preparativos de los activistas para atacar a las tropas del ejército israelí. Este es un acto premeditado de traición».
Orna Kohn, una abogada de Adalah, un centro legal para la defensa de la minoría palestina del país, dijo que la decisión del Sr. Yishai representaba una incursión en un «terreno legal inexplorado» que podría convertir a la Sra. Zoubi en apátrida, en violación del derecho internacional. «Sencillamente no existen precedentes de que se haya revocado la ciudadanía de un parlamentario» dijo.
La Sra. Zoubi, tras su liberación la pasada semana, dijo que había visto a tres pasajeros con disparos en la cabeza efectuados por los soldados y que éstos dejaron que otros dos se desangraran hasta morir. Según las autopsias efectuadas en Turquía, cinco de los nueve pasajeros asesinados tenían disparos en la cabeza, y muchos de esos disparos letales se habían efectuado a quemarropa.
Durante su discurso en el parlamento de la pasada semana, la Sra. Zoubi pidió una investigación internacional y exigió saber por qué Israel no había publicado las fotos y las grabaciones de video que se confiscaron a los pasajeros relacionadas con las nueve muertes y las docenas de heridos.
Después de la sesión, declaró: «Había tanta hostilidad en la cámara, que si los diputados hubieran podido llevar armas, estoy segura de que alguno me habría disparado».
Durante los últimos días, Israel se ha visto inundado de manifestaciones derechistas en apoyo del asalto contra la flotilla.
En una página en hebreo de Facebook, bajo el título de «Ejecuten a la diputada Hanin Zoubi» se presenta una caricatura de la parlamentaria con la cruz de la retícula de una mira telescópica en la frente mientras la figura ondea una bandera palestina con un ensangrentada estrella de David en el centro.
La Sra. Zoubi manifestó que estaba sorprendida de saber que el guardaespaldas armado -reservado normalmente a los ministros del gobierno y al jefe de estado- tenía que permanecer con ella incluso dentro de la cámara parlamentaria. «¿Quiere eso decir que mis compañeros en el parlamento han lanzado también amenazas de muerte contra mí?»
La policía está investigando a los otros cuatro dirigentes de la comunidad palestina que iban asimismo en el barco. Después de la masiva liberación de los detenidos de la pasada semana, se les dejó libres pero permanecen en arresto domiciliario y se les ha prohibido salir del país.
En su audiencia de detención preventiva, el Sheij Raed Salah, un dirigente del Movimiento Islámico de Israel, dijo sobre los hechos de la flotilla: «Los soldados intentaron matarme. Dispararon en dirección de alguien que se me parecía pensando que era yo».
Las autoridades israelíes no negaron los amplios rumores que circularon en el sentido de que el Sheij Salah había muerto en el asalto del comando, y sólo rectificaron cuando sus familiares, al llamarles para su identificación, declararon que el cadáver que les presentaron en el hospital israelí no era el suyo.
Fuente: http://www.counterpunch.org/
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