El bárbaro ataque de Israel contra Gaza argumentando flagrantes mentiras como la del secuestro y asesinato por Hamás de tres jóvenes judíos tiene un solo calificativo: genocidio. El mismo que valientemente le dieron los cineastas del Estado español a iniciativa de Javier Bardem seguido de Pedro Almodóvar y Penélope Cruz junto a más de cien […]
El bárbaro ataque de Israel contra Gaza argumentando flagrantes mentiras como la del secuestro y asesinato por Hamás de tres jóvenes judíos tiene un solo calificativo: genocidio. El mismo que valientemente le dieron los cineastas del Estado español a iniciativa de Javier Bardem seguido de Pedro Almodóvar y Penélope Cruz junto a más de cien colegas y que hoy levantan marchas de protesta en todo el mundo. Es iluminadora en este contexto la carta de un grupo de galenos europeos en la prestigiosa revista médica The Lancet (http://www.rebelion.
Edificios, casas de familia, campos de refugiados, hospitales, escuelas, industrias, la única termoeléctrica -ahora inutilizada para largo-, han sido bombardeados desde el aire u objeto del fuego de la artillería pesada o de los tanques. El número de muertos supera los 1300, la mayoría civiles, de ellos 239 niños, y el de heridos en 7000 tras 22 días de la Operación Borde Defensivo. El ejército israelí no respeta ni los refugios bajo bandera de la ONU, de los cuales han sido atacados ya hasta seis a pesar de haberle dado previamente las coordenadas de esos sitios denuncia Pierre Krähenbhül, comisionado de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
No son solo las organizaciones de la resistencia sino todo el pueblo de Gaza el que está rechazando la embestida y también una tregua que no les traiga una vida mejor. El gazatí Um Al Ramlawi lo explica: «Nos están matando a todos de todos modos -ya sea de una muerte lenta, por el bloqueo, o de una muerte rápida por los ataque militares. No tenemos nada más que perder- debemos luchar por nuestros derechos, o morir intentándolo.» O Fadil Hussein Sharqui: «Simplemente están decididos (los israelíes) a matar a todo el pueblo. Solo rogamos al cielo sobrevivir hasta que esto termine.»
A la vez en toda Cisjordania y Jerusalén Este se han producido las más grandes protestas de los últimos años en solidaridad con sus hermanos de Gaza, que han costado 11 muertos por disparos de soldados israelíes. El lunes, fiesta de Eid, tras el fin del Ramadán, más de 45 000 palestinos, la mayoría jóvenes, se reunieron en la Explanada de las Mezquitas para apoyar a la resistencia en Gaza. Es muy elocuente la consigna cantada allí: «Una nación, un pueblo, un sueño», lo que reafirma el apoyo en Cisjordania a la unidad de Al Fatah con Hamás y demás organizaciones de la resistencia.
Una encuesta reciente revela que la mayoría en Cisjordania apoya la postura de Hamás de no aceptar una tregua si cuando menos no se levanta el criminal bloqueo y se pone en libertad a los presos políticos vueltos a apresar.
En medio de estas pruebas de barbarie israelí y heroica resistencia palestina me llega una insólita carta dirigida a John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos cuyo endoso es promovido por Amnistía Internacional (AI), en sus páginas web oficiales. En ella se pide a Estados Unidos «que suspenda urgentemente las trasferencias de armas a Israel y contribuya a asegurar que la ONU impone (sic) un embargo a ‘todas las partes’ en conflicto».
AI intenta tomar una postura equidistante ante una situación ante la que no caben medias tintas. Su propuesta descontextualiza histórica, jurídica y políticamente el conflicto palestino-israelí donde los primeros derechos humanos a enarbolar son los del pueblo palestino a tener una patria y a defenderla con las armas en la mano.
AI no menciona la ocupación israelí, el hecho central del que se derivan la masacre actual y, en consecuencia, habla de «grupos armados palestinos que han lanzado una ola de ataques indiscriminados con cohetes contra Israel» utilizando un léxico y una vara de medir semejante a los de CNN y Fox News. Solo le faltó llamarlos terroristas.
Desde esa óptica es lógico que pida un embargo de armas por igual cuando es inadmisible la comparación entre una fuerza ocupante dotada por Washington de las armas más modernas y mortíferas y otra de resistencia como la palestina con recursos bélicos sumamente precarios y deficientes.
¿Por qué AI no pide el fin de la ocupación israelí en Palestina en cumplimiento de varias resoluciones de la ONU? ¿Por qué no pide el desarme nuclear de Israel, poseedor ilegalmente de un considerable arsenal de ese tipo? ¿Por qué no defiende el derecho de los palestinos a rechazar la ocupación por todos los medios, incluyendo la lucha armada, si ese derecho lo reconoce la Carta de la ONU?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.