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Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre la industria criminal del amianto

«Con Trump, el lobbysta se ha situado él mismo sobre el timón, para gobernar directamente, sin intermediarios a los que tener que condicionar»

Fuentes: Rebelión

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha reseñado […]

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto. Paco Puche, otro luchador imprescindible, ha reseñado y destacado su obra.

***

Como siempre, querido amigo, uso los textos que me ha ido enviando a lo largo de estas semanas. En este artículo publicado en rebelión -«Acusan a la Agencia de Protección Ambiental de dejar de revisar tóxicos de uso generalizado en EE.UU.»- leo lo siguiente: «La actual administración estadounidense podría dejar de realizar una revisión para medir los riesgos del asbesto y otras nueve sustancias altamente tóxicas en productos de uso común en EEUU.» ¿Qué está pasando? ¿A qué viene esta dejadez y falta de control?

Es la actitud para con el formidable problema, por parte de la administración Trump. Véase, al respecto, mi artículo: «Donald Trump y el asbesto», Rebelión, 17/11/2016, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219253 

Lo de ahora, por consiguiente, viene a ser un episodio más, en el marco de esa tónica general de desregulación, en todo lo relativo a afrontar (y por consiguiente, a reconocer), la letal peligrosidad del amianto en todas sus variedades, incluida la del amianto blanco o crisotilo.

Abundan los que no son conscientes de lo que, en concreto, a causa del mesotelioma, representa el amianto, en todas sus variedades, como peligro medioambiental, generado tanto por el afloramiento geológico natural, como también por el riesgo antropógeno, es decir, el derivado, de forma secundaria, de la propia actividad industrial. Le expondré seguidamente, a modo de «aviso para navegantes», de algunas de las evidencias registradas en la literatura científica.

De acuerdo, adelante. 

En el trabajo Xue-lei Pan, Howard W. Day, Wei Wang, Laurel A. Beckett & Marc B. Schenker Residential Proximity to Naturally Occurring Asbestos and Mesothelioma Risk in California American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine. 2005; 172: 1019-25 http://www.atsjournals.org/doi/full/10.1164/rccm.200412-1731OC#readcube-epdf, se indica lo siguiente: «El análisis de regresión logística de un subgrupo de 1,133 casos de mesotelioma y 890 sujetos control con cáncer de páncreas mostró que las probabilidades de mesotelioma disminuyeron aproximadamente un 6.3% por cada 10 km más lejos de la fuente de asbesto más cercana«…

Pues eso presupone, que el efecto letal de la contaminación, se extiende hasta casi los 159 kilómetros de distancia respecto de la fuente de origen de la misma, y esta no es, por supuesto, la única evidencia de lo mismo, y aquí las unidades de cuantificación son muertes, y muertos. Seres humanos con la vida truncada por el amianto. No necesariamente trabajadores del asbesto.

Usted ha insistido sobre esto último en repetidas ocasiones.

En Maule et al. (2007): Maule MM, Magnani C, Dalmasso P, Mirabelli D, Merletti F, Biggeri A Modeling mesothelioma risk associated with environmental asbestos exposure Environ Health Perspect. 2007 Jul;115(7):1066-71  http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1913594/pdf/ehp0115-001066.pdf, los autores concluyen, que a 10 kilómetros de distancia del foco de polución –una fábrica de amianto-cemento-, el riesgo de afectación por mesotelioma, sigue siendo el 60% del registrado en el entorno inmediato de dicho origen. De lo cual cabe inferir, que la completa extinción de ese plus de siniestra peligrosidad no quedaría extinguido más que hasta haberse alcanzado un alejamiento de la fuente contaminante, a una distancia de, aproximadamente, unos 17 kilómetros.

En un trabajo -Raunio (1966)-, correspondiente al estudio de la alta tasa de incidencia de placas pleurales, en la población general finlandesa, en el entorno de una mina de asbesto, las muestras de aire, tomadas hasta una distancia de hasta 20 kilómetros en torno a la mina, evidenciaron la presencia de fibras de amianto, del mismo tipo que el del minado, en concentraciones netamente superiores a las correspondientes al conjunto de todo el país, y en coincidencia territorial con el foco y extensión de la zona en la que se había detectado la alta incidencia de placas pleurales, en la población general.

Como indicaría el ingeniero Ignacio González Vila (de nuestro entrañable recuerdo, por su colaboración en nuestra temprana lucha contra el amianto, en el seno del sindicato CC.OO. en Sevilla), en un informe citado en Embid (1999): «en condiciones ambientales externas, a la microfibrilla elemental la estimación teórica le asigna un radio de dispersión superior a los mil kilómetros antes de tocar el suelo por primera, y no por última vez«. Véase, igualmente: Altieri et al. (1981).

En el cielo antártico, en su atmósfera, se detecta contaminación por fibras de asbesto, transportadas por el viento, por la corrientes atmosféricas transoceánicas.

Desconocía esto que acaba de señalar. 

Lo que está sucediendo en los Estados Unidos, con la administración del Presidente Trump, tanto por lo que respecta a la cuestión del cambio climático, como con la del asbesto, es que los lobbystas, aprovechando una coyuntura de descontento originado por los efectos de la globalización sobre determinados estratos sociales con escasa preparación profesional y académica, la han usado como palanca de un populismo simplista, para hacerse directamente con el poder político, en lugar de limitarse, como venían haciendo hasta ahora, a tratar de influir y condicionar las decisiones de los políticos, para que éstos secundaran iniciativas que favoreciesen a sus intereses económicos. El lobbysta los ha apartado del escenario institucional, situándose él mismo sobre el timón, para gobernar directamente, sin intermediarios a los que tener que condicionar para manejarlos a conveniencia de sus negocios.

Está muy bien visto lo que señala. Me llega también de usted por supuesto. Lo copio, aunque sea extenso: 

Traducción del «Resumen» actualmente publicado en PubMed: Kradin RL, Eng G, Christiani DC. Diffuse peritoneal mesothelioma: A case series of 62 patients including paraoccupational exposures to chrysotile asbestos. Am J Ind Med. 2017 Sep 22. doi: 10.1002/ajim.22768. [Epub ahead of print]. FONDO: El mesotelioma difuso maligno peritoneal (DPM) es causado por la exposición al asbesto. La literatura médica ha vinculado el DPM principalmente a altos niveles de exposición al amianto, en particular, a la amosita. La controversia persiste, en cuanto a si el crisotilo es capaz de causar el DPM, especialmente cuando las exposiciones son paraocupacionales.

MÉTODOS: Sesenta y dos sujetos (51 hombres, 11 mujeres) con DPM fueron revisados en consulta médico-legal con evidencia de deposición e identificación del producto.

RESULTADOS: Todos habían sido confirmados patológicamente como DPM. La mayoría fueron expuestos tanto a anfíboles como a crisotilo, pero el crisotilo solo, fue documentado en 14/62 (26%) de los casos. Un total de 7/14 (50%) casos de las exposiciones paraocupacionales, fueron para el crisotilo solo. Las mujeres eran más jóvenes que los hombres, al igual que las personas con discapacidades ocupacionales versus aquellas con exposición ocupacional. La duración media de la exposición, en todos los casos, fue de 17,9 ± 10 años y la latencia desde el momento de la primera exposición fue de 45,9 ± 11,6 años.

CONCLUSIONES: El DPM ocurre con exposiciones ocupacionales y paraocupacionales al asbesto, y se puede considerar confirmado en exposiciones paraocupacionales al asbesto del crisotilo».

 

¿Qué es el DPM? ¿Dónde reside la novedad de este estudio?

DPM es la forma abreviada de referirse al mesotelioma peritoneal difuso, maligno.

Este estudio viene a corroborar la etiología exclusiva del crisotilo o amianto blanco, respecto del mesotelioma peritoneal, frente a otros potenciales contaminantes, incluso en aquellos casos en los que no se ha detectado ninguna presencia de anfíboles, o sea, del resto de las variedades de amianto que han sido igualmente comercializadas.

Este artículo, es un ejemplo entre muchos posibles, habla del desamiantado: PAÍS VASCO – DESAMIANTADO CON GRAVES IMCUMPLIMIENTOS: http://www.noticiasdealava.com/2017/09/25/araba/sancionan-a-una-empresa-por-retirar-amianto-de-un-colegio-de-llodio-sin-medidas-adecuadas . ¿Por qué hay tantas noticias sobre incumplimientos en casos de desamiantado? ¿La legislación es ambigua, permite diversidad de interpretaciones? 

Las noticias obedecen, evidentemente, a una realidad. Si lo que me está queriendo preguntar, es que por qué esto es así, le recordaré que en España, y a diferencia a lo que se hace en otras naciones de nuestro entorno occidental y europeo, es que para poder dedicarse a las actividades de dasamiantado, no se precisa de acreditar ninguna suerte de capacitación profesional, ni previamente, ni tampoco después, durante el ejercicio de esa actividad profesional. Basta para ello, con un mero trámite administrativo: inscribirse en un registro de empresas con riesgo por amianto (el llamado R.E.R.A.).

Allí donde sí existen tales acreditaciones, en otras naciones, también se produce, eventualmente, su retirada, por haberse detectado, mediante inspecciones no anunciadas, malas prácticas. En algunos años, y en un determinado país, el número de desacreditaciones ha llegado a superar al de las propias concesiones de acreditación, extendidas en el mismo año.

Yo siempre echo mano del mismo ejemplo: es como si para poder conducir a un vehículo motorizado, bastara con inscribirse en un registro de conductores, sin ninguna suerte de preparación, ni teórica, ni práctica, y que no hubiese retiradas de carnet, a causa de accidentes o de notorias infracciones.

Es un buen ejemplo. 

Tomando en consideración el volumen de amianto instalado y pendiente de retirar, proporcionalmente en España existen muchas más empresas de desamiantado, algunas minúsculas, y muchas de ellas con una duración limitada a lo que dura una determinada obra de desamiantado, para la que expresamente se la creó.

La competencia es feroz, y es frecuente que lo que prime, por encima de cualquier otra consideración, sea el precio. Se practican, además, sub-contrataciones, en las que quienes realizan en verdad el desamiantado, no son quienes lo contrataron con la propiedad del inmueble o terreno a desamiantar.

Al desamiantado se apuntan todos, mediante una maniobra de extensión de actividades, inscribiéndose en el R.E.R.A.: el que llevaba el amianto al vertedero, el que tenía que hacer los derribos de carácter general, sin presencia de amianto, el que tenía que nivelar los terrenos, una vez acabado el derribo, el que tenía que construir el vallado perimetral, etc., etc. Todos se apuntan a esa ampliación de sus expectativas de negocio, tan sencilla de implementar.

Hay, por supuesto, buenos profesionales y empresas serias y solventes, pero languidecen acosadas por una competencia desleal, que por los precios con los que la concursante se alza con la adjudicación, no puede, sencillamente, ofrecer también un mínimo de calidad en la observancia de buenas prácticas de desamiantado.

Se exige la presentación de un plan de trabajo, que tiene que aprobar la Inspección de Trabajo, pero aquí nos encontramos con evidencias de que no es oro todo lo que reluce, pues se puede llegar a comprobar cómo unos mismos textos, cambiando meramente los nombres, sirven para, de una forma mecánica, automática y uniforme, aplicar los mismos mantras a situaciones específicas que requerirían, cada una de ellas, de un verdadero estudio individualizado, acorde con sus específicas características técnicas. Lo que comenzó siendo una exigencia técnica con verdadero contenido y sentido «prevencionista», acaba degenerando en otro mero trámite burocrático más, a cumplir solamente en lo formal y aparente.

Esta información tiene el mismo origen, usted:

Publicado «Abstract» en «PubMed»: Gaggero L, Ferretti M. The Self-sustained High temperature Synthesis (SHS) technology as novel approach in the management of asbestos waste. J Environ Manage. 2017 Sep 21. pii: S0301-4797(17)30881-2. doi: 10.1016/j.jenvman.2017.09.019 [Epub ahead of print] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28943059

Permitiría, sin coste elevado, alcanzar una eliminación definitiva, obviándose la necesidad de traslado a vertedero autorizado, con el consiguiente ahorro adicional. Eventualmente, los autores también contemplan la viabilidad económica de una reutilización, que podría aliviar también el coste global de todo el proceso. El procedimiento, por sus características, podría ser objeto de subvenciones públicas, incluso para algún primer ensayo piloto, en cada país. Al parecer, la alta temperatura requerida, sería aportada por la propia reacción exotérmica.

 

¿Qué es lo que permitiría, sin coste elevado, alcanzar una eliminación definitiva? ¿Se ha practicado alguna vez este procedimiento?

Permitiría la «inertización», definitiva e irreversible, del amianto así tratado, que entonces sería inocuo, pues realmente se trataría ya de otra substancia distinta, sin la estructura fibrosa del asbesto. Esto ya se hacía antes, pero con necesidad de unas temperaturas tan elevadas, que el proceso resultaba a un coste prohibitivo.

El procedimiento es nuevo; su uso no está generalizado, y habría que confirmar sus presuntas excelencias, en la práctica. Por eso yo hablo de algún ensayo piloto, de una envergadura suficientemente demostrativa.

Nos quedamos aquí por el momento.

 De acuerdo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.