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La editorial Dyskolo publica Los vencedores, de Manuel Ciges Aparicio

Conflictividad y represión laboral en la minería: una crónica de la huelgona de Mieres

Fuentes: Rebelión

“Habrá que esperar a que algún editor inteligente caiga en la cuenta de que los libros de este poderoso escritor expresan la trágica vida española del último cuarto de siglo con un poder que han poseído, después de Galdós, muy pocos contemporáneos (…)”, escribió Luis Ararquistáin (periodista, escritor y diputado del PSOE durante la II República) sobre Manuel Ciges Aparicio en el periódico La Voz (febrero de 1925).

El artículo está recogido en el documento de la Generalitat Valenciana (GVA) que presentaba la reedición de la novelas de Ciges Aparicio, al cumplirse medio siglo de su muerte (colección Clásicos valencianos, 1986);volvieron a publicarse El vicario (1905); La venganza (1909); La Romería (1910); Villavieja (1914); El juez que perdió la conciencia (1925); Circe y el poeta (1926); La honra del pueblo (1926); El príncipe de Trapisonda (1927); Prosperidad y ruina de un nuevo rico (1928) y Los caimanes (1931).

Dyskolo publicó –en septiembre de 2022– Los Vencedores, cuya primera edición data de 1908; la obra de 232 páginas se incluye en el ciclo Las luchas de nuestros días; Dyskolo ha editado, del mismo autor, La Romería, de 1910. La nota editorial destaca Los vencedores como un texto ubicado entre la crónica periodística y la novela social, que se inicia con la llegada del periodista Manuel Ciges (1873-1936) a un municipio minero de Asturias “donde meses atrás se ha vivido una larga, dura y fracasada huelga laboral”.

El reportaje novelado –que se complementa con un texto posterior, Los vencidos (1910)– retrata el “control absoluto” de la fábrica sobre los obreros, así como la subyugación de los vecinos del pueblo.

Fuente: Wikipedia

Narrador y periodista de ideario regeneracionista y republicano, nacido en Enguera (Valencia) y miembro de la Generación del 98, Ciges fue asesinado en los inicios de la guerra -el verano de 1936- en Ávila, por efectivos del bando golpista (en Ávila ejercía entonces como gobernador civil); militante de Izquierda Republicana y relacionado estrechamente con Manuel Azaña, también se desempeñó como gobernador en Baleares y Santander.

La cronología de la presentación de la GVA subraya que, anteriormente, con la llegada de la II República (1931), Manuel Ciges había ingresado en la agrupación Acción Republicana de Azaña; en la época colaboraba en periódicos como El Sol, La Calle, El Liberal o El Mercantil Valenciano.

Una parte de la obra del novelista es autobiográfica; por ejemplo en El libro de la vida trágica. Del cautiverio (1903) -inserto en una serie de memorias de cuatro libros- relata la experiencia en la prisión del castillo de La Cabaña (La Habana); publicado, en una primera versión, en el folletín del periódico El País, la novela permite aproximarse al tiempo en que Ciges combatió en la guerra colonial de Cuba (1896-1898), así como la pena de prisión por las críticas al gobernador de la isla, Valeriano Weyler.

Contenido diferente es el de las 498 páginas de un estudio histórico –España bajo la dinastía de los Borbones-, que Aguilar editó en 1932; el volumen empieza con “el pleito de la sucesión”, la guerra y reinado de Felipe V en España, y concluye con la partida del monarca Alfonso XIII al exilio francés. “La Revolución había triunfado. Como dijo el Jefe del Gobierno y primer presidente de la Segunda República española, ‘no hubo ni un solo cristal roto’”.

La tesis doctoral del profesor de Literatura Española Cecilio Alonso,titulada Vida y obra de Manuel Ciges Aparicio,publicada en 1985, sitúa el origen de Los Vencedores en un viaje que el reportero realizó a Asturias en el verano de 1907 (y la publicación de cuatro artículos en el periódico España Nueva); “Ciges pretendía testimoniar los efectos que la llamada huelgona de Mieres (febrero-abril de 1906) había producido sobre la población minera y sus actividades sindicales, políticas y culturales. Durante tres meses los mineros habían desafiado esforzadamente a la patronal, terminando en una derrota que les supuso, como efecto más visible, la pérdida del 10% de sus salarios (…)”.

Las claves de lo que el escritor y periodista observó en Mieres se apuntan en el prólogo de Los vencedores, firmado por Manuel Ciges; “fue diferente a todo”, halló en la población unos recelos y desconfianza enormes, además de temor a la pérdida del empleo. De hecho, al autor no le resultó sencillo tener información sobre la huelga.

En Asturias le explicaron que los obreros afectados por una mengua salarial decidieron, el 7 de febrero, “abandonar el trabajo en una mina de la omnipresente Fábrica de Mieres, llamada Baltasara, y que desde allí el conflicto se fue extendiendo a los demás pozos”.

Los dos meses de paro condujeron a situaciones de hambre entre los trabajadores; y respecto a las formas de resistencia, se incluían los piquetes; pero Manuel Ciges también constató la presencia de infiltrados que elaboraban “listas negras”, y que después entregaban a los propietarios; e incluso la actuación de un gabinete negro que también afectó al periodista: desagradaron las crónicas publicadas, en consecuencia fue amenazado y se vio forzado a salir de Mieres.

La familia Gilhou era la titular de La Fábrica, adquirida cuando se hallaba en declive; el reportero menciona otros nombres influyentes, como el de Alejandro Pidal –presidente del consejo de administración- o el del Conde de Guadalhorce: “Fomentan esta situación de la que obtienen grandes fortunas”.

La novela Los vencedores fue publicada –por primera vez- en Madrid, por el editor M. Pérez Villavicencio-; su visión de la huelgona es la de una “época negra”, que anticipa “un siglo lleno de violencia”; la otra gran empresa del concejo de Mieres –Hullera Minera de España- se situaba en el poblado de Bustiello; la Hullera Española tenía como propietario a Claudio López Bru, segundo marqués de Comillas.

“Su padre (Antonio López López de Lamadrid) –relata Manuel Ciges- hizo un imperio comercial llevando esclavos a Cuba y él es amigo del mismísimo rey y uno de los hombres más ricos del país”; en 1906 reinaba en España Alfonso XIII –régimen de la Restauración borbónica-, y presidía el ejecutivo Segismundo Moret, del Partido Liberal.  

En resumen, ¿qué ocurrió tras el final de la huelga minera de 1906 en Mieres? “Las organizaciones que empezaban a crear los trabajadores han desaparecido. Algunos se han vuelto a sus provincias de origen y otros, como Manuel Llaneza, un joven socialista (…), han tenido que exiliarse en Francia”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.