El Artículo 5 de la Constitución cubana estipula que el Partido Comunista de Cuba es la «vanguardia organizada de la nación cubana». La relación simbiótica entre el Partido y la nación ha sido demostrada numerosas veces durante las décadas transcurridas desde el establecimiento del Partido en 1965. Esta herencia singular tiene sus raíces en el […]
El Artículo 5 de la Constitución cubana estipula que el Partido Comunista de Cuba es la «vanguardia organizada de la nación cubana». La relación simbiótica entre el Partido y la nación ha sido demostrada numerosas veces durante las décadas transcurridas desde el establecimiento del Partido en 1965. Esta herencia singular tiene sus raíces en el Partido Revolucionario Cubano establecido por José Martí en 1892; el cual fue tan exitoso en su orientación política, estrategia militar y organización que el Partido Revolucionario Cubano llevó a la nación a derrotar a los colonialistas españoles en 1898; victoria esta robada por los Estados Unidos en el último momento. En la Sierra Maestra desde 1957 hasta el 1 de enero de 1959, la victoria que se escapó del pueblo cubana en el siglo anterior, fue finalmente alcanzada. Esto tuvo lugar, entre otros factores, gracias a los indestructibles lazos entre las fuerzas dirigentes en esos momentos, por un lado el Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde liderado por Fidel Castro y del otro lado los sectores más humildes del pueblo cubano. Más aun, describir esta relación simplemente en términos de lazos y vínculos sería en realidad subestimar el hecho de que el liderazgo y el pueblo eran solo uno. ¿Cómo es entonces posible que esa pequeña fuerza derrotara a un enemigo tan poderoso como los Estados Unidos? La histórica victoria en Playa Girón probó ser una segunda instancia demostrando la unidad entre el liderazgo y el pueblo que de hecho lucharon una guerra defensiva de todo el pueblo en contra de la invasión mercenaria apoyada por los Estados Unidos. Esta es la tradición en cuyo principio el Partido Comunista de Cuba, como vanguardia organizada de la nación, está basado y se ha nutrido.
El Sexto Congreso del Partido es el último de los muchos ejemplos en esta tradición. Cuba, en una coyuntura crítica de su historia, comenzó la discusión masiva en 2007 sobre la base del ahora famoso discurso de Raúl Castro el 26 de Julio de ese año; él exhortó a sus compatriotas a exponer abiertamente sus preocupaciones y sugerencias para tratar los complejos problemas que atraviesa la nación. Así lo hicieron, y después de un proceso serio y metódico la dirección del país elaboró el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. Tan pronto como est e Proyecto de Lineamientos fue difundid o , comenzó de hecho el Sexto Congreso del Partido con los debates y las discusiones en los centros de trabajo y estudio y en los barrios. Raúl Castro anunció en su Informe al Congreso el 16 de Abril que desde el 1 de diciembre de 2010 hasta el 28 de febrero de 2011 cerca de nueve millones de personas participaron en más de 163 000 reuniones en las que más de tres millones contribuyeron con sus opiniones y sugerencias. Describir esta consulta como hizo Raúl en términos de un «referéndum popular» no es en modo alguno algo exagerado. El resumen de las discusiones, cambios, propuestas, modificaciones, adiciones y supresiones es en sí un testimonio fehaciente del debate efectivo que tuvo lugar a todos los niveles de la sociedad cubana. [1] El documento elaborado como resultado de este proceso fue lo que recibieron los Delegados electos al Congreso. El documento llegó a sus manos incluso antes del inicio de las discusiones de modo que pudieran prepararse anticipadamente con esta versión revisada a partir de las opiniones de las organizaciones de base en las cuales ellos fueron electos. Las deliberaciones del Congreso en las Comisiones probaron ser una impresionante y viva escena de debates, discusiones y propusieron cambios que resultaron en una serie de dictámenes a ser tomados en cuenta para elaborar lo que probablemente será una nueva versión, la final, para fortalecer el socialismo y la Revolución.
El tema de los estrechos indestructibles vínculos entre el liderazgo y el pueblo, la va n guardia del Partido Comunista y la nación, toma una suerte de giro personal y emocional con las tr e s reflexiones de Fidel durante el periodo de cuatro d í as del Congreso. La primera tuvo que ver con la parada militar del 16 de abril y la manifestación de las habaneras y habaneros en respaldo a la Revolución y al socialismo. En la segunda, ofreció sus pensamientos acerca de los debates del Congreso y en la tercera acerca de la composición del Comité Central y su ausencia en tan importante cuerpo. En el estilo único que le es característico a este icónico líder revolucionario, sus ideas respondieron a lo que estaba en la mente de la inmensa mayoría del pueblo cubano (y de muchos de nosotros, observadores extranjeros, también). Fue de este modo que trató con los aliados campesinos en 1957- 58; de modo similar con las personas de todas las diversas procedencias en las Primera y Segunda Declaración de la Habana (1960, 1962) en los intercambios con multitudes cercanas al millón de personas en cada ocasión. Ahí está, por supuesto la proclamación el 16 de Abril de 1961 del Carácter Socialista de la Revolución que emergió como algo espontáneo de la interacción dialéctica del líder con el pueblo.
El título de este artículo incluye el término «democracia». No obstante, el no ha sido usado en el artículo hasta ahora. No existe una definición universal de democracia; el universalismo es usado por los poderes que tienen su base en los Estados Unidos y en muchos países europeos como un pretexto para definir la democracia del modo más arbitrario y entonces usar su propia definición con el más evidente doble rasero , para tratar de imponer su dominación sobre el mundo, especialmente el Tercer Mundo. Cuba, como ejemplificamos en lo expuesto anteriormente, forja su propia democracia en el curso de luchas, lo que incluye la relación del Partido Comunista y la nación.
Para aquellos de nosotros que prestan de cerca atención a este muy controversial tema de la democracia, con lo ejemplificado en el Congreso, su preparación y el desarrollo efectivo, parecían estar llegando a su fin las valiosas lecciones. No obstante, el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, subió al podio. El se refirió a una institución completamente diferente, que no es el Partido, son el estado, el Gobierno y las Elecciones a estas instancias. Presentó la «Resolución sobre el Perfeccionamiento de los Órganos del Poder Popular, el Sistema Electoral y la División Político Administrativa» del país. Su esencia es perfeccionar aún más el Poder Popular en Cuba y el sistema electoral buscando hacerlo más democrático y participativo. Una vez que sean elaboradas las sugerencias y sean propuestas a la Asamblea Nacional , los Diputados electos por todos los ciudadanos trabajarán en los cambios sugeridos.
Para quienes en el mundo sienten interés verdadero en la democracia Cubana, aquí están los hechos: la experiencia del Congreso y este llamado a perfeccionar aun más el Poder Popular. ¡Qué mejores argumentos para contrarrestar cualquiera presión ideológica y política en contra de Cuba y su sistema político! Pero siempre será el pueblo cubano quien determine su tipo de democracia, ¡nadie más!
[1] http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/6to-congreso-pcc/artic-027.html
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