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¿Cuándo será nuestro momento?

Fuentes: The New York Times

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

He vivido toda mi vida de adulto bajo la ocupación, con los israelíes controlando absolutamente cada uno de mis movimientos y mi vida cotidiana.

Cuando unos jóvenes agentes de policía israelíes me obligan a sentarme en el frío suelo y los soldados empiezan a pegarme durante una protesta pacífica, me enciendo. No se debería obligar a ningún ser humano a sentarse en el suelo cuando ejerce derechos que se dan por hecho en todo Occidente.

Con profunda preocupación reconozco que la administración Obama todavía no es capaz de hacer frente a Israel y al lobby pro Israel. Nuestro sueño de libertad está siendo aplastado bajo el peso de los inamovibles asentamientos israelíes que no dejan de crecer.

Hace unos días el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, sólo fue capaz de calificar estas construcciones ilegales de «preocupantes». El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, se levanta y abandona la sala donde está reunido con el enviado especial de Estados Unidos, George Mitchell, cada vez que éste menciona Jerusalén oriental.

Y Javier Solana, justo antes de que termine el periodo de su nombramiento como jefe de la política exterior de la Unión Europea, afirma que los pasos hacia el Estado palestino «se tienen que dar con tiempo, con calma, en el momento adecuado». Y añade: «No creo que hoy sea el momento de hablar de ello».

¿Cuándo, exactamente, es un buen momento para la libertad palestina? Pido a la persona que va a sustituir a Solana, Catherine Ashton, que emprenda acciones concretas para presionar a favor de la libertad palestina en vez de posponerla.

Si Israel insiste en ceñirse a nociones anticuadas para determinar la fecha de la libertad de otro pueblo, entonces a los palestinos nos incumbe organizarnos y poner de relieve la repugnancia moral de este punto de vista.

Durante decenios de ocupación y desposesión el 90% de la lucha palestina ha sido no violenta y la vasta mayoría de los palestinos ha apoyado este método de lucha. Hoy en día cada vez más palestinos participan en la resistencia no violenta.

Ante la falta de acción estadounidense y europea, es crucial que sigamos reactivando nuestra cultura de activismo colectivo resistiendo de forma enérgica y no violenta a la dominación israelí sobre nuestro pueblo.

Son acciones que pueden emprender cada hombre, mujer y niño. El movimiento no violento se está construyendo en los pueblos de Jayyous, Bilin y Naalin en los que el Muro israelí de segregación amenaza con eliminar la vida productiva de estos pueblos.

Quizá sin ser consciente de ello, el presidente Obama alentó este esfuerzo cuando hizo un llamamiento a la no violencia palestina en su discurso de El Cairo. «Los palestinos», dijo, «deben abandonar la violencia… Durante siglos la población negra de Estados Unidos sufrió… la humillación y la segregación. Pero lo que hizo ganar derechos completos e iguales fue la no violencia. Fue una insistencia pacífica y decidida en los ideales que eran el corazón de la fundación de Estados Unidos».

Sin embargo, sin que haya habido la menor queja por parte de la opinión pública estadounidense el ejército israelí ha matado y herido a muchos palestinos no violentos durante los 10 meses que lleva Obama en el cargo, muy particularmente a Bassem Abu Rahme que fue asesinado el pasado mes de abril por un bote de gases lacrimógenos israelí lanzado a gran velocidad. El ciudadano estadounidense Tristan Anderson resultó gravemente herido en marzo por un proyectil similar del ejército israelí y permanece en coma profundo. Ambos hombres protestaban contra las ilegales confiscaciones de tierra palestina y contra el ilegal Muro de Israel. El mundo exterior desconoce a cientos más.

Una nueva generación de dirigentes palestinos está tratando de hablar al mundo en el lenguaje de una campaña no violenta de boicot, desinversión y sanciones, precisamente como hicieron Martin Luther King Jr. y miles de afroamericanos con el boicot a los autobuses Montgomery a mediados de la década de 1950*.

Tenemos el mismo derecho a utilizar esta táctica para hacer avanzar nuestros derechos. El mismo mundo que rechaza todo uso de la violencia por parte de los palestinos, incluso cuando es claramente en defensa propia, seguramente no debería poner objeción alguna a que empleáramos los mismos métodos no violentos que emplearon hombres como [Martin Luther] King y Gandhi.

El aletargamiento occidental significa que el tiempo puede hacer que se abandone la solución de los dos Estados. De ser así, será por culpa de no haber logrado detener los asentamientos israelíes. Las declaraciones del primer ministro Benjamin Netanyahu de que se seguirán construyendo asentamientos en Jerusalén oriental y de que en Cisjordania ya se están construyendo miles de viviendas hace que el término «congelamiento» sea ridículo.

Nosotros, los palestinos, estamos complemente acostumbrados a estas advertencias de Netanyahu y nada dispuestos a aceptarlas.

La desaparición de la solución de los dos Estados sólo llevará a una nueva lucha por derechos iguales dentro de un Estado. Israel, que trágicamente favorece la supremacía sobre la integración con sus vecinos palestinos, se habrá buscado él mismo esta nueva lucha al fomentar sin descanso la empresa de los asentamiento. Nadie pude decir que no se le advirtió.

Finalmente seremos libres en nuestro propio país, ya sea con la solución de los dos Estados o en uno nuevo integrado.

Llega un momento en que un pueblo ya no puede soportar más la injusticia y este momento ha llegado a Palestina.

* N. de la T: Se refiere a la campaña de boicot por parte de la población negra estadounidense a esa compañía de autobuses en protesta por la política de la ciudad de segregación racial que incluía a su istema de transporte público. El boicot duró desde el 1 de diciembre de 1955, cuando Rosa Parks fue detenida por negarse a ceder su sitio a una persona blanca, hasta el 20 de diciembre de 1956 cuando el Tribunal Supremo estadounidense declaró inconstitucionales las leyes que exigían autobuses segregados.

El dr. Mustafa Barghouthi es el secretario general de la Iniciativa Nacional Palestina y miembro del Consejo Legislativo Palestino [Parlamento palestino].

Fuente: http://www.nytimes.com/2009/12/17/opinion/17iht-edbarghouthi.html?_r=4