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Cuba-EE.UU.: La luz al final del túnel

Fuentes: La pupila insomne

Cuando se puede observar una luz al final del túnel, siempre existe la esperanza de que en algún momento se saldrá de ese oscuro orificio y todo nuestro alrededor estará iluminado. Primero la luz se proyecta como un pequeño punto luminoso, y en la medida que avanzamos en su dirección vemos como el mismo va […]

Cuando se puede observar una luz al final del túnel, siempre existe la esperanza de que en algún momento se saldrá de ese oscuro orificio y todo nuestro alrededor estará iluminado. Primero la luz se proyecta como un pequeño punto luminoso, y en la medida que avanzamos en su dirección vemos como el mismo va creciendo, eso debe dar el ánimo suficiente para avanzar más.

Si esto que hemos planteado lo aplicamos a la situación existente entre Cuba y Estados Unidos, debemos reconocer que una pequeña luz está brillando al final del túnel. Ahora la voluntad política y la comprensión entre ambos países pudiera hacer que la luz, al menos, crezca un poco más.

Es importante reconocer que la tarea no es fácil. Está influida por más de cincuenta años de hostilidad en que distintos presidentes de Estados Unidos, incluyendo el actual, han venido incrementando la presión sobre Cuba, principalmente con la aplicación del bloqueo económico, el fortalecimiento de las actividades subversivas contra la Revolución Cubana, intentos de asesinato a los líderes de la revolución, acciones terroristas y paramilitares, guerra mediática y otras que considero no es necesario citar por ser bien conocidas, cuyo objetivo ha sido y aún lo es, destruir la Revolución Cubana.

El resultado de todas estas medidas ha sido que se han dedicado miles de millones de dólares del contribuyente estadounidense a una empresa totalmente improductiva, pues nuestra Revolución, con dificultades y logrando éxitos, se mantiene vigente.

Dentro de los propios Estados Unidos, pudiéramos clasificar como mínimo en tres grupos el enfoque de la población en relación con la Revolución cubana. Un grupo totalmente en contra de la misma y que solamente concibe acciones para destruirla, un segundo grupo interesado en que se normalice la situación entre los dos países y un tercer grupo que está totalmente ajeno a lo que sucede entre los mismos.

Debemos tener bien claro que dentro de las prioridades relacionadas con la política exterior de Estados Unidos no se encuentra Cuba y eso se refleja en el enfoque de la población al que hicimos mención en el párrafo anterior.

Uno de los grupos aboga por el incremento de la hostilidad y la subversión político ideológica, la mayor afectación posible a la economía de la isla, que continúen las campañas tratando de desacreditar la imagen de Cuba y tratar de dividir la familia cubana.

Este grupo es conocido como la mafia cubano-americana. Por lo regular está formado por personas de origen cubano que han adoptado la ciudadanía estadounidense, pero que pretenden continuar teniendo derechos en un país al cual renunciaron. Un pequeño número de personas en este grupo aún mantienen la ciudadanía cubana.

El segundo grupo está formado por cubanos nacionalizados en Estados Unidos, cubanos que aún mantienen su ciudadanía y estadounidenses por nacimiento. Los intereses de este grupo son un poco más heterogéneos, pero coinciden en que el mejoramiento del clima entre los dos países resultaría de beneficio para ambos.

Este grupo aboga por el fin del «embargo» comercial y financiero contra Cuba, o al menos, comenzar con pasos que permitan el incremento comercial, tanto en cantidad como en variedad, dar los pasos necesarios para que las operaciones financieras entre ambos países estén dentro de lo que se considera normal para las mismas. Permitir que un número mayor de residentes en Estados Unidos puedan viajar a la isla y que los contactos entre instituciones de los dos países se incrementen y regularicen.

En este grupo se encuentran hombres de negocio que desean aprovechar las oportunidades que representa el comercio con Cuba, país que puede adquirir muchos de sus productos y a la vez venderles artículos y materias primas que resultan de aceptación en el mercado estadounidense. No están exentas de este interés las empresas que se dedican al turismo y la trasportación de pasajeros. Podemos decir que en este grupo están los que no quieren llegar tarde al mercado cubano y que conocen otros países ya se encuentran en el mismo.

Si tomamos en cuenta la historia de la situación entre los dos países, y los momentos en que se han dado algunos pasos en función de mejorar esta, encontraremos que en distintas oportunidades se han realizado conversaciones secretas y ahora las mismas se han desarrollado públicamente, lo cual es un avance evidente para este tipo de contacto diplomático.

Hablar es algo importante, para conocer los criterios de la otra parte y que esta conozca los nuestros. No tenemos necesariamente que estar de acuerdo en todo lo que hablemos, pero el hablar de un asunto, en el que podemos tener criterios distintos, implica que puede existir una posibilidad en que de la diferencia salga la coincidencia, digamos como ejemplo, la situación de Alan Gross y de los Tres Héroes que permanecen en prisión.

Mientras los problemas más importantes esperan por una solución favorable para ambos países, se pueden dar, y considero se están dando, pasos para ir estableciendo arreglos entre ambos gobiernos que se refieren a situaciones particulares de distintos organismos, todo lo cual ayuda a crear el ambiente político, de conocimiento y de respeto a la soberanía de ambas naciones, requerido para posteriormente involucrarse en mayores tareas.

Los enemigos de la Revolución quieren apagar esa pequeña luz que se percibe en la distancia, al final del túnel. Debemos marchar con firmeza y sin apuro hacia donde la luz se encuentra.

Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2014/06/14/cuba-ee-uu-la-luz-al-final-del-tunel/