Las nuevas regulaciones revierten una parte del acercamiento económico autorizado por la administración del expresidente Barack Obama
El gobierno cubano rechazó las medidas que restringen las relaciones financieras y comerciales, así como los viajes de estadounidenses a la isla y las consideró parte de los esfuerzos de la administración del presidente Donald Trump para retrotraer las relaciones bilaterales.
En conferencia de prensa este miércoles, la directora general para Estados Unidos del ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, sostuvo que con tal decisión, la Casa Blanca recrudece el bloqueo económico, comercial y financiero que Washington impone al país caribeño desde 1962.
Dijo asimismo que existe una «intención política» y un «trasfondo subversivo» detrás de las modificaciones a las regulaciones de intercambio «pueblo a pueblo», y consideró que las disposiciones «dañan al pueblo y empresarios estadounidenses».
La víspera, los departamentos del Tesoro, Comercio y Estado estadounidenses anunciaron enmiendas al Reglamento de Control de Activos Cubanos y las Regulaciones de Administración de Exportaciones.
Dicha decisión que entró en vigor el pasado jueves cumplimenta el memorando firmado el 16 de junio por el presidente Donald Trump.
En esa fecha, el mandatario anunció en Miami un cambio de la política hacia Cuba y la reversión de varias de las medidas adoptadas por su antecesor Barack Obama (2009-2017), derivadas del histórico acercamiento iniciado el 17 de diciembre de 2014 junto con el presidente Raúl Castro.
Según el departamento del Tesoro, la decisión busca «impedir que las actividades económicas beneficien a las fuerzas militares, de inteligencia y los servicios de seguridad cubanos».
De forma general, se encuentran sujetas a restricciones unas 180 entidades que Washington considera relacionadas con los ministerios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR, Ejército) y del Interior (Minint).
Entre ellas figuran Cimex, Habaguanex S.A., el Grupo de Turismo Gaviota, la Unión de Industrias Militares y el Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa).
En su declaración ante la prensa, Vidal indicó que la lista de empresas «restringidas» es «arbitraria, integrada por una diversidad de entidades cubanas supuestamente vinculadas, de manera infundada, al sector de la defensa y la seguridad nacional».
«Hemos fortalecido nuestras políticas sobre Cuba para alejar las actividades económicas de las fuerzas militares cubanas e instar al Gobierno a avanzar hacia una mayor libertad política y económica para el pueblo cubano», afirmó el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
El departamento de Estado prometió actualizar periódicamente la lista de compañías sujetas a limitaciones, mientras que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro se ocupará de cualquier violación de la ley.
Las medidas por dentro
Compañías y viajeros estadounidenses tienen prohibido a partir de este jueves hacer transacciones financieras con las «filiales, subsidiarias o [compañías] sucesoras» vinculadas con Gaesa, así como con entidades controladas por los militares, servicios de inteligencia y otras fuerzas de seguridad.
Ello incluye un centenar de hoteles en los principales polos turísticos, tiendas de la compañía Habaguanex en La Habana Vieja, agencias de viaje como Crucero del Sol y Gaviota Tours, y las cinco marinas pertenecientes al consorcio Gaviota, entre otras.
En dicha «lista negra» sobresale la Terminal de Contenedores y la Zona Especial de Desarrollo Mariel, ubicada a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana y considerada estratégica para atraer las inversiones extranjeras que necesita la nación caribeña.
Aunque los viajeros estadounidenses no podrán pernoctar en hoteles como el lujoso Manzana Kempinski, propiedad de Gaviota, sí podrán alojarse en casas particulares de cubanos y en otras cadenas hoteleras como Cubanacán y Gran Caribe.
Las regulaciones mantienen las excepciones anunciadas en el memorando presidencial para permitir los viajes de las aerolíneas comerciales y cruceros, al igual que la actividad comercial autorizada hasta ahora.
De igual forma, la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del departamento de Comercio anunció «una política general de denegación de solicitudes de licencias para artículos de exportación que puedan ser usadas por entidades y subentidades en la lista de Entidades Cubanas Restringidas».
Al mismo tiempo, la BIS aseguró que «está simplificando y expandiendo su excepción a las licencias que autoriza ciertas exportaciones sin licencia al sector privado cubano».
En el caso de los viajes, las nuevas reglas mantienen la autorización para nueve de las 12 categorías de viajes aprobadas por la administración Obama, incluidas las visitas de los cubanoamericanos a la isla.
La mayoría de los viajes organizados antes de la publicación de las medidas se mantendrán sin cambios.
Sin embargo, a partir de ahora, los viajes educativos de la categoría «pueblo a pueblo» que no tengan carácter académico deben estar auspiciados por una organización bajo la jurisdicción de Estados Unidos que patrocine tales intercambios y los ciudadanos norteamericanos estarán obligados a ir acompañados de un representante de la entidad patrocinadora.
Los viajes educativos individuales «pueblo a pueblo» que no tengan carácter académico ya no estarán autorizados, agregó la disposición.
Hacer turismo en Cuba sigue prohibido para los estadounidenses y se mantienen en pie todas las disposiciones del bloqueo que Washington aplica contra La Habana desde 1962, y reforzadas mediante las leyes Torricelli (1992) y Helms-Burton (1996).
Las autoridades publicaron un documento explicativo para clarificar las órdenes, estatutos o regulaciones ejecutivas relacionados con Cuba.
Repercusión
Ciudadanos cubanos, así como entidades y políticos estadounidenses, rechazaron de inmediato la decisión de la Casa Blanca.
Ciberlectores como Raiko aseguraron en el sitio de noticias Cubadebate que «todo es un plan bien concebido por esta nueva administración. Ahorita la cogen con los cubanos que viven en USA. Por cada medida que tomen ellos debemos tener las contramedidas por parte de nosotros».
Para Germán «esto no es una sorpresa, ya se veía venir», pero recomendó que «si estuviera en mis manos yo respondería con un paquete de medidas que ayuden al pueblo y a la economía y que demuestren la diferencia entre ellos y Cuba».
En este sentido, Hilda Suárez propuso que «ese paquete debería incluir más facilidades para los emigrados cubanos poder visitar sus familiares y la patria. Que quiten tantas trabas migratorias y ya veremos cuanta gente puede viajar y contribuir a la economía».
En Estados Unidos, organizaciones como el Consejo Nacional de Comercio Exterior y la coalición Engage Cuba, promotora del acercamiento bilateral, consideraron equivocada la decisión del gobierno de Trump.
El senador demócrata Patrick Leahy afirmó en un comunicado que las nuevas restricciones «son una reminiscencia de la Guerra Fría», mientras que la congresista por California Barbara Lee manifestó en la red social Twitter que «nadie gana con esta nueva política terrible; es simplemente punitiva».
Las medidas fueron anunciadas una semana después de que 191 de los 193 países con asiento en la ONU rechazaron por vigesimosexta ocasión el mantenimiento del bloqueo impuesto por Washington.
Ocurre, además, en momentos en que numerosos sectores económicos, académicos y comerciales de Estados Unidos confirman su interés en ampliar los vínculos con la nación antillana, y cuando encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses y cubanoamericanos favorecen el fin del bloqueo.