Decenas de miles de palestinos de Gaza que están siendo sometidos al férreo y total bloqueo israelí, entraron ayer en Egipto para hacerse con provisiones después de derribar la valla que separa los dos territorios, destruida con explosivos. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, afirmó que había ordenado a las fuerzas de seguridad de su país […]
Decenas de miles de palestinos de Gaza que están siendo sometidos al férreo y total bloqueo israelí, entraron ayer en Egipto para hacerse con provisiones después de derribar la valla que separa los dos territorios, destruida con explosivos.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, afirmó que había ordenado a las fuerzas de seguridad de su país que dejasen pasar a los palestinos.
«Les he dicho que les dejaran entrar, también a los que llevaban armas, para que pudieran comprar productos alimentarios y posteriormente regresar a sus casas», declaró Mubarak a la prensa cairota.
Al amanecer, hombres armados y encapuchados destruyeron con explosivos el muro de hormigón que separa Gaza de Egipto y después tiraron abajo una valla metálica y el muro de hormigón situado en el lado egipcio, según explicaron testigos presenciales a la agencia France Presse.
Decenas de miles de palestinos se congregaron entonces en Rafah, donde el paso fronterizo está cerrado desde junio de 2006, y atravesaron la brecha para llegar al lado egipcio de esta ciudad, situada entre Gaza y Egipto.
Sometidos a una extrema penuria de productos básicos en Gaza debido al férreo bloqueo israelí, que se convirtió en total el pasado 17 de enero, la mayoría de los palestinos se dirigieron a la parte egipcia de Rafah y a el-Arich, más al oeste, para poder comprar.
Coches y carros tirados por burros transportaban pasajeros a Egipto antes de volver a Gaza cargados de productos adquiridos a un precio notablemente inferior al que tienen en ese territorio palestino, ya que la escasez provocada por el bloqueo sionista ha hecho que los precios de los productos básicos se disparen.
Ahmad Halaweh explicó que cogió todo su dinero, unos 70 euros. «Voy a comprar cigarrillos para venderlos en Gaza». Los cigarrillos extranjeros son ocho veces más baratos en Egipto que en Gaza.
Junto a ello, los vecinos de Gaza se hicieron, además, con alimentos y combustible, con aparatos eléctricos y electrónicos como teléfonos móviles, radios y televisores.
En la ciudad de Gaza, la céntrica Plaza Palestina se convirtió, de la noche a la mañana, en un gigantesco bazar. Podía comprarse alimentos y tabaco recién llegados de Egipto.
El primer ministro del Gobierno de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, propuso la celebración de una «reunión urgente» en El Cairo con la Autoridad Palestina del presidente Mahmud Abbas (al-Fatah), que controla Cisjordania, para poner fin al bloqueo.
Abbas había propuesto estas últimas semanas abrir corredores en Gaza para prestar servicios, pero Hamas se había opuesto. Evidentemente, estos corredores debían contar con el visto bueno del ocupante sionista.
Israel mostró ayer se preocupación por el tránsito de palestinos hacia Egipto, «ya que permitirá que Hamas pueda meter en Gaza fácilmente armas y terroristas».
Desde Ramallah, Abbas contestó que lo sucedido en Rafah es consecuencia directa del bloque impuesto a Gaza.
EEUU también se mostró preocupado por la situación de la frontera de Rafah. «El Gobierno egipcio tiene que actuar seriamente en interés de su seguridad nacional y tiene que garantizar que su frontera no se emplee para el tráfico de bienes o de armas», destacó en Wa-shington Tom Casey, portavoz adjunto del Departamento de Estado.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó desde Ginebra, donde se reunió la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, al primer ministro israelí, Ehud Olmert, a «suavizar las restricciones para salir del territorio y suministrar el combustible que sea necesario para que la gente no sufra más». Asimismo, reclamó que cesen los disparos de cohetes artesanales contra posiciones israelíes en el Neguev.
En cualquier caso, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, señaló en París, donde se reunió con su homólogo francés, Bernard Kouchner, que las restricciones contra la población de Gaza continuarán «mientras sigan disparando cohetes. Si tengo que elegir entre que haya calma en su casa o en la nuestra, es evidente que no existe ninguna duda».
La Policía egipcia detuvo ayer en El Cairo a 500 personas que se manifestaron, a convocatoria de los Hermanos Musulmanes, en apoyo a Gaza. La movilización reunió a unas 3.000 personas y fue disuelta con gases lacrimógenos y porras.
Las fuerzas de seguridad israelíes mataron ayer a otros dos palestinos en sendas incursiones en Gaza. Se trata del civil de 50 años Isma’il al-Attar y de Yahya al-Biyuk, vinculado a las Brigadas Ezzedin al-Qassam, brazo armado de Hamas.
Abdullah Awis, presidente del Senado Estudiantil de la Universidad de Bir-Zeit, cercana a Ramallah, fue detenido ayer por las fuerzas de seguridad israelíes en el chekpoint de Atarah. Su antecesor en el cargo fue arrestado en noviembre.
Varios movimientos palestinos comenzaron ayer en Damasco una conferencia nacional destinada a superar la división existente entre las distintas formaciones, un objetivo que sigue apareciendo como lejano después de que la OLP controlada por Mahmud Abbas criticara el encuentro calificándolo como «carnaval de fabricación siria».
Hamas, la Yihad Islámica y el FPLP-Comando General son los principales grupos que asisten al encuentro de Damasco, mientras que entre los ausentes se hallan tanto al-Fatah, dirigido por Abbas, como las principales formaciones de la izquierda palestina, el FPLP y el FDLP.
Jaled Mechaal, portavoz de Hamas desde su exilio en Damasco, denunció el bloqueo impuesto por Israel contra Gaza. «Estamos ante una engañifa sionista. Nuestro objetivo no es conseguir suministro de combustible o de alimentos. Queremos que se levante el bloqueo», añadió.
«El bloqueo es una tragedia, un crimen inmoral. Llamo a continuar con la cólera popular contra los sionistas y los americanos hasta que levanten el bloqueo», destacó Mechaal, que aplaudió la acción de quebrar la frontera de Rafah para que decenas de miles de palestinos pudieran aprovisionarse en Egipto.
«El combate no acabará hasta que llegue la liberación de Palestina, de toda Palestina», proclamó Mechaal, incluyendo en su reivindicación a los territorios de 1948, que actualmente forman parte del Estado de Israel, así como a las ocupadas Gaza y Cisjordania.
Oradores como el líder de la Yihad Islámica, Ramadan Challah, o el representante del Hizbullah libanés, Ibrahim Aimen Sayyed, se sumaron a las críticas a la política de EEUU.
El secretario general adjunto del FPLP-CG, Talal Naji, acusó a Washington de «urdir un plan para sembrar la discordia» en Oriente Próximo y denunció que «Bush quiere suprimir el inalienable derecho al retorno de los refugiados».