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¿Delincuentes fiscales premiados con la Creu de Sant Jordi?

Fuentes: Rebelión

«La Generalitat da su máxima distinción a uno de los integrantes de la ‘lista Falciani’» [1]. Este es el titular. El Gobierno catalán, lo aprobó recientemente el ejecutivo de Artur Mas, condecoró [2] al ingeniero-empresario Josep Maria Bosch Aymerich [JMBA] -sabiendo que está vinculado a la lista de clientes de la filial suiza del HSBC […]

«La Generalitat da su máxima distinción a uno de los integrantes de la ‘lista Falciani'» [1]. Este es el titular. El Gobierno catalán, lo aprobó recientemente el ejecutivo de Artur Mas, condecoró [2] al ingeniero-empresario Josep Maria Bosch Aymerich [JMBA] -sabiendo que está vinculado a la lista de clientes de la filial suiza del HSBC (es uno de los 1.500 nombres de la relación)- con la máxima distinción catalana, con la «Creu de Sant Jordi», un reconocimiento que en su día le fue otorgado a Gregorio López Raimundo.

En el caso de don Bosch Aymerich, le ha sido concedido -desconozco por iniciativa de quién- por «su contribución a la economía catalana, especialmente en los sectores turístico e inmobiliario». No fue este el motivo por el que le fue dada la Creu al dirigente revolucionario comunista catalano-aragonés, el consistente luchador antifranquista que sirvió de inspiración a Raimon para una de sus canciones inolvidables, «T’he conegut sempre igual».

Don JMBA, propietario de un grupo inmobiliario y de otros enseres, niega por supuesto la mayor, la vinculación señalada en la lista Falciani. Eso sí, admite que fue tuvo durante años una fundación ubicada en un paraíso fiscal, en Liechtenstein, que utilizaba para acumular los ingresos conseguidos por todas sus empresas en los trabajos que fue realizando a lo largo de los años (don JMBA supera los 94 años) por el mundo. ¿Y qué reconoce lo anterior sino? ¿No es equivalente a defraudar al fisco? Sin que nadie se lo pidiera, ha comentado don JM, «regularizó esa situación irregular antes de 2010», ¡hace apenas tres años! «Situación irregular» es expresión suya. Viudo y sin hijos, sintiendo el zum Tode heideggeriano, parece ser que su intención es trasladar su riqueza a una fundación española que gestione su legado. Y para ello, era necesario regularizar su relación con el fisco.

Al ser preguntado por el tema, Francesc Homs, el portavoz del ejecutivo catalán, declaró «lo desconozco absolutamente». No sabía del tema. ¿Es creíble? No, no lo es, no es creíble. La Generalitat ha reconocido estos méritos a don JMBA: su valía para que la Seat acabara ubicada en Barcelona, en tiempos del franquismo, siendo él el director técnico del Consorcio de la Zona Franca, al igual que su decisivo papel en la creación del Instituto de Estudios Norte-Americanos en Barcelona, un nido reconocido de agentes y amigos de la CIA. No está mal el par ordenado: la fábrica SEAT como centro de explotación del proletariado catalán de muy diversos orígenes geográficos y el americanismo servil, deslumbrado y colaborador.

Don Bosch ha reconocido que su fortuna procede de los trabajos realizados sobre todo fuera de España. ¿De dónde el trampolín de ese reconocimiento internacional? Pues del «diseño y proyecto de las bases militares norteamericanas construidas en España en los años cincuenta y sesenta». Nada menos. ¿Se acuerdan? Los generales Eisenhower y FF dándose la mano y lanzando pelillos fascistoides a la mar. «OTAN no, BASES fuera» años después.

Tras conocer loya sabido, el Gobierno catalán ha decidido mantener la entrega de la Creu de Sant Jordi [3]. No ha apreciado «ningún hecho delictivo» han señalado. La lista de defraudadores tanto da, es una nota insustantiva. El gobierno catalán habló con don Bosch tras conocer que estaba en la lista y ha decidido que «las cosas queden como se habían establecido». ¡No nos pongamos estupendos! La decisión se ha consumado recientemente.

Dani Cordero y Javier Cuartas [4] trazaban recientemente -«Una vuelta al mundo con escala en Liechtenstein»- esta aproximación a don Josep Maria:

«Josep Maria Bosch Aymerich vive en un pequeño museo. No hay un tabique en su domicilio del paseo de Gràcia de Barcelona que escape a la profusa acumulación de pinturas. Ni estantería que no esté ocupada por una escultura (obras de Rodin y Llimona, entre otras) o por piezas que hace siglos formaban parte de la arquitectura romana o egipcia, por poner algunos ejemplos. A sus 95 años, este reconocido ingeniero y arquitecto no esconde su riqueza. Pero se molesta y desconfía de una mano oculta -«hay gente que me quiere hacer daño», dice- cuando se le acusa de tener en Suiza una cuenta corriente en el Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC) y ser uno de los presuntos evasores fiscales pillados gracias a la información extraída por Hervé Falciani».

Entonces, señalan los periodistas del global-imperial, don JM pierde la serenidad, aquella con la que poco antes había dado un poco de maíz a su gallo (sic) «Mussolini». ¡Qué cosas no! ¿Ustedes pondrían un nombre así a un animal querido? ¿Qué mal le habrá el pobre animal? ¿Qué curiosa elección, no les parece?

«He tenido cuentas en el Morgan Chase Manhattan e incluso en bancos de Suiza, pero nunca en el HSBC». se indigna don Bosch. Vale, vale. «Incluso admite que antes de 2010 hizo una regularización fiscal para legalizar su situación en España, después de años de emitir facturas por todo el mundo y cobrarlas a través de una fundación radicada en Liechtenstein». Allí tenías tranquilidad, ha señalado don JM, hacías lo que te venía en gana, para explicar su «elección del pequeño país alpino, un paraíso fiscal como el de Suiza». En la España franquista, haba muchas huelgas y los vientos del Este prometían cambios sustanciales.

Actualmente el Grupo Bosch Aymerich cuenta con la estación de la Masella (Girona), que tiene beneficios, no como las demás; con algo más de media docena de hoteles, y con una división de promoción inmobiliaria. La abanderada es la marca Levitt Bosch Aymerich, centrada en la promoción de viviendas. De alto standing por supuesto, nada que ver con el barrio Singuerlín de Santa Coloma de Gramenet pongamos por caso.

La infancia de JMBA estuvo marcada por la ruina económica de la familia. Así reza en «una pequeña autobiografía de apenas un folio en la que explica que su padre fue asesinado por milicianos de la FAI». Tras su viaje a USA, regresó a Barcelona como director técnico industrial del Consorcio de la Zona Franca, donde, como se indicó, acabó instalándose la nueva SEAT. Una frase de don JM dice más de él y de su cosmovisión, ahora premiada, que mil investigaciones sociológicas: «Cuando vi todos aquellos campos de cultivos dije que todo aquello tenía que convertirse en zona industrial y es por eso por lo que después vino la Seat» [5]. Mejor imagen del depredador capitalista no existe.

JMBA, algo mayorcito ya, está obsesionado, sigue obsesionado en repensar España y modificar su «estructura administrativa». Su propuesta: anexar Portugal (¿cómo? ¿invadiendo el país vecino?) y constituir un Estado Ibérico formado por cinco macroregiones, la catalana entre ellas. A pesar de ser premiado por un gobierno muy «Consejo de Transición Nacional», don JMBA no parece ser un independentista. El es un hombre de orden, de ley y orden.

Por lo demás, entre las grandes patums catalanes, don Josep Maria no es una excepción, no es el único en mostrar estas curiosas características fiscales, estas preferencias acumulativas.

Notas:

[1] http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/30/catalunya/1367332951_557280.html

[2] Fue en la mañana del pasado miércoles 15 de mayo de 2013, junto a otras 24 «personalidades» del mundo de la cultura, la ciencia y la empresa. Entre ellas, Asunción Balaguer, Narcís Comadira, Giralt-Miracle y Antoine Galllimard. Nada que ver La fotografía del president dando la mano al (presunto) defraudador fiscal premiado, puede verse en El País de Catalunya, p. 2(edición de 16 de mayo de 2013).

[3] http://www.europapress.es/sociedad/noticia-gobierno-catalan-mantiene-creu-sant-jordi-empresario-aparece-lista-falciani-20130507153730.html

[4] http://politica.elpais.com/politica/2013/04/26/actualidad/1367000653_328259.html

[5] Su fortuna económica despegó en los siguientes años. En 1953, la España «patriota» del general criminal firmó un acuerdo con Estados Unidos que permitía el establecimiento de bases americanas en la Península. La American Navy, advertida por el MIT donde había estudiado don Josep Maria (entonces José María), le contrató para diseñar las bases aéreas y a partir de ahí el prestigio de las empresas del ahora premiado fue internacional. Don JMBA ha hecho, desde luego, mucha «obra pública» en España y ha firmado los diseños de edificios de renombre como la antigua sede de La Caixa, del poder fáctico catalán por excelencia, en Madrid.

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.