«Salgan de donde estén, sean quienes sean. Es bello aquí afuera [del clóset], y les garantizo que nunca jamás querrán volver. Solo se preguntarán por qué les tomó tanto tiempo salir». El basquetbolista Jason Collins se declaró gay hace un año en Sports Illustrated, y así lo celebraba la extenista Martina Navratilova, una de las […]
«Salgan de donde estén, sean quienes sean. Es bello aquí afuera [del clóset], y les garantizo que nunca jamás querrán volver. Solo se preguntarán por qué les tomó tanto tiempo salir».
El basquetbolista Jason Collins se declaró gay hace un año en Sports Illustrated, y así lo celebraba la extenista Martina Navratilova, una de las primeras deportistas profesionales en reconocer públicamente su homosexualidad, allá por 1981. Navratilova, una de las mejores jugadoras de su tiempo, perdió varios auspicios, en un tiempo en que la homosexualidad figuraba en la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su retiro del catálogo ocurrió un 17 de mayo de 1990, fecha que se conmemora cada año con el Día Mundial contra la Homofobia. A pesar que la ocasión suela tomarse con mesura, cada vez hay más que celebrar en el deporte.
Salir del clóset era negocio peligroso para un deportista en los años 80. En 1981, después de más de una década de lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en el tenis, Billie Jean King se acercaba al final de una carrera gloriosa cuando una examante señaló su homosexualidad en medio de un lío de propiedades. King todavía estaba casada con el jugador profesional Larry King, y ambos dieron juntos una conferencia de prensa para confirmar la noticia. Tiempo después, King admitiría que había evitado hablar del tema por la homofobia de sus padres, y para proteger el incipiente tour femenino que había ayudado a crear.
«En 24 horas, perdí todos mis patrocinios; lo perdí todo. Por lo menos $2 millones en contratos a largo plazo», aseguró en el 2013 a Boston.com. «Tuve que jugar solo para pagar los abogados».
Con el tiempo, King emprendió su siguiente lucha: la defensa de los derechos LGBT. Por mucho tiempo, King y Navratilova fueron las únicas deportistas abiertamente homosexuales. En 1990, el futbolista inglés Justin Fashanu declaró su homosexualidad en los tabloides británicos y nunca más recibió una oferta de contrato profesional. Fashanu se suicidó en 1998, después que lo acusaran de violación a un menor de 17 años.
Con los años, más deportistas se fueron sumando: Amelie Mauresmo (tenis), Sheryl Swoopes (baloncesto), Megan Rapinoe (fútbol). Casi todas eran mujeres. Grandes noticias en su tiempo, sus declaraciones no eran exactamente sorpresivas.
La verdadera sorpresa fue la salida del clóset de Jason Collins, el primer jugador de las grandes ligas estadounidenses (NBA, MLB, NFL, NHL) en hacerlo. (Más temprano ese año, el futbolista Robbie Rogers había hecho lo propio, pero el soccer es menos popular y visto como «más delicado», por eso no generó tal reacción).
«Casi esperamos que las atletas mujeres no sean clásicamente hermosas o femeninas, por eso no nos sorprende que sean lesbianas. Sin embargo, suele verse a los deportistas hombres como los especímenes más masculinos», reflexionaba Ann Friedman en NYMag. «Incluso más que con la feminidad, se percibe ampliamente un vínculo entre masculinidad y hererosexualidad».
Un mes antes que Collins, Brittney Griner -elección número 1 del draft de la WNBA- había declarado su homosexualidad sin que esto causara tanto revuelo. Sobre Griner incluso se había dicho que era hombre (historia repetida una y otra vez en el deporte). La verdad era que Griner nunca había pretendido ocultar su orientación sexual, siempre había vestido como Ellen Degeneres, y simplemente se había estado esperando una confirmación.
TAREA PENDIENTE
Desde entonces, más revelaciones de altísimo perfil se han sucedido, especialmente entre hombres, que eran los grandes ausentes en la fiesta. El lazo entre roles de género y orientación sexual recibió otro golpe a principios de este año, cuando el jugador de fútbol americano Michael Sam -entonces el mejor jugador defensivo a nivel universitario- se sumara a la lista de out-and-proud. Lamentablemente, su paso por la NFL no está siendo el más feliz: Sam ya ha sido probado y rechazado por dos equipos de la liga, y todavía no ha jugado un partido profesional.
Ejemplos como el suyo hablan de valentía, pero alimentan el temor de los deportistas LGBT todavía «encubiertos». La gran mayoría de deportistas gays, lesbianas y bisexuales declarados provienen de Europa y Estados Unidos, algunos más de Oceanía y apenas dos deportistas brasileñas en toda Latinoamérica. A pesar de las arengas de Navratilova, el clóset sigue siendo más acogedor que la realidad.
LOS VALIENTES
Algunos de ellos guardaron el secreto por mucho tiempo, otros dieron la noticia de a pocos, y algunos no pudieron esperar para declararle al mundo lo orgullosos que están de ser quienes son. A su manera y en su momento, sumaron a la causa de la visibilidad y el reconocimiento de la población LGBT en los deportes. Cuando las barreras terminen de caer, ellos serán algunos de los pioneros:
Ian Thorpe (32) – Natación
Antes de Michael Phelps, el ‘Torpedo’ australiano era el rey de la piscina. Nueve meses medallista olímpico (cinco veces de oro), Thorpe intentó una y otra vez retornar a su disciplina sin mucho éxito, y entró en un espiral depresivo. En el 2013, pasó por una clínica de rehabilitación por su alcoholismo. Todavía visible en el mundo de los deportes, declaró su homosexualidad en julio de este año.
Tom Daley (20) – Clavados
Olímpico a los 13 años, en Beijing 2008, Daley es una de las grandes estrellas del deporte británico, y logró la medalla de bronce en Londres 2012. Muy activo en redes sociales, fue por esa vía que envió un primer mensaje a sus fans. En un video de YouTube de diciembre del 2013, admitía estar en una relación con un hombre, pero aseguraba que todavía le gustaban las mujeres. Meses después, se declaró «un hombre gay» en entrevista con el canal ITV. Daley está en una relación con el guionista ganador del Oscar por Milk, Dustin Lance Black.
Abby Wambach (34) – Fútbol
Dos veces campeona olímpica y Mejor Jugadora FIFA del 2012, la delantera estadounidense es la mayor anotadora de su selección nacional, con 177 goles en 228 partidos. En octubre del 2013, se casó con la futbolista Sarah Huffman, pero aclaró que no se trataba de una gran revelación ni una declaración política. «Siento que ya pasaron esos días en que uno necesitaba salir de un clóset. Yo nunca sentí que estuviera en uno. Siempre me sentí cómoda con quien soy y con las decisiones que tomé», expresó.
En estos días, Wambach se prepara para disputar el Mundial de Fútbol Femenino FIFA 2015 en Canadá.
Caster Semenya (23) – Atletismo
Especialista en los 800 metros, la atleta sudafricana ganó la medalla de oro en el mundial de Berlín 2009 e inmediatamente se puso en duda su sexualidad. Después de un largo periodo de escrutinio mediático e investigación por parte de la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo), se supo que Semenya era intersexual. Volvió a las pistas luego de un tratamiento hormonal y ganó la medalla de plata en Londres 2012. En marzo del 2013, una revista de su país reveló que está en una relación con la atleta Violet Raseboya, hecho que Semenya no ha intentado negar.
Michael Sam (24) – Fútbol americano
Destacó como ala defensivo de la Universidad de Missouri, en la liga universitaria NCAA, y fue nombrado como el Jugador Defensivo del 2013 en su conferencia. Salió del clóset después de terminar la temporada y antes del proceso de selección de los equipos profesionales (el Draft), lo que perjudicó sus chances. Más de un entrenador rechazó el «exceso de atención» y los «problemas» que podría tener con los demás jugadores en camerinos. Sam fue uno de los últimos elegidos, pero su equipo (los Saint Louis Rams) lo recortó del equipo principal. Después de un periodo de prácticas, los Dallas Cowboys también lo dejaron ir. A pesar de los obstáculos, la camiseta de Sam fue una de las más vendidas de la pretemporada. El público ha hablado.
Jason Collins (35) – Baloncesto
Retirado al final de la temporada 2013-2014, el gigante pívot de 2.13 metros jugó 13 temporadas en la NBA y estaba sin equipo cuando escribió su propia salida del clóset en una nota de portada de Sports Illustrated, en abril del 2013. Collins recibió el apoyo de sus pares y sus patrocinadores (Nike entre ellos), y fue contratado por los Brooklyn Nets en febrero del 2014. Su revelación fue trascendental para la comunidad LGBT en Estados Unidos y las réplicas no han dejado de ocurrir en otras disciplinas y otros países, sobre todo entre atletas hombres.
Ireen Wüst (28) – Patinaje de velocidad
Ocho veces medallista olímpica (cuatro de ellas de oro), Wüst es la deportista holandesa más exitosa en la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno. La patinadora declaró su bisexualidad en octubre del 2009, a la vez que reveló su relación con su compañera Sanne van Kerkhof. En la actualidad, Wüst se encuentra en una relación con un hombre.
Ganó dos medallas durante los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 -manchados por las leyes anti-propaganda gay- y aseguró haber recibido un abrazo del presidente Putin después de sus victorias.
Brittney Griner (24) – Baloncesto
Estrella del baloncesto estadounidense, Griner vivió años de bullying y humillación en el colegio. «¿Qué eres?», le preguntaban a la muchacha alta y delgada que alcanzaría los 2.03 metros. En la secundaria, asumió su orientación sexual y su propio estilo de vestir, salido de la sección de hombres. «Pasé un infierno por ello, pero se sintió bien ser yo misma», explicó hace un año a ESPN. Pronto, cambió el vóley por el baloncesto y salió del clóset para sus padres. Después de concluir su tiempo en la universidad y antes del Draft 2013, hizo lo propio para el público en general. Hoy tiene uno de los contratos más altos de Nike, con libertad para usar prendas de chicos y promover un vestuario más «neutral».
Robbie Rogers (27) – Fútbol
El defensa del LA Galaxy anunció su homosexualidad a los 25 años y se retiró en el acto, para evitar el circo mediático y el abuso de los fans. «No quisiera dar entrevistas y que todos los días la gente me pregunte cómo es tomar una ducha con otros hombres», le dijo a The Guardian. Al tiempo que Collins hacía su propio anuncio, Rogers regresó al fútbol, después de dar una conferencia frente a jóvenes LGBT y sentirse «un cobarde».
Rogers acaba de escribir su autobiografía sobre el calvario que puede ser vivir con el secreto en los camerinos. En una entrevista al respecto, aconsejó a los entrenadores: «Probablemente tengan un jugador gay en su equipo. Tengan cuidado con lo que digan y lo que coloquen en sus cabezas, porque eso se va a quedar con ellos».
Josh Dixon (25) – Gimnasia artística
Graduado de Stanford y notable gimnasta universitario, Dixon salió del clóset en mayo del 2012, mientras estaba en contención por un lugar en el equipo olímpico de Estados Unidos. En una entrevista con OutSports, aseguró que la única homofobia que enfrentó fue la propia, por negarse a reforzar el estereotipo de la gimnasia como deporte «gay». Dixon no clasificó a Londres 2012, pero es miembro del equipo nacional y ahora apunta hacia Río 2016.