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Deseos de Justicia en 2013 y la segunda oportunidad de Obama

Fuentes: Rebelión

En fin, detrás del pedido de libertad para los 5 están los deseos incumplidos e insatisfechos hasta ahora, sin que ninguna razón humana o divina lo justifique. Así que una vez más se impone la demanda de OBAMA GIVE ME FIVE. Cuando en el año viejo, que pasa ineluctablemente como otros tantos de la historia, […]

En fin, detrás del pedido de libertad para los 5 están los deseos incumplidos e insatisfechos hasta ahora, sin que ninguna razón humana o divina lo justifique. Así que una vez más se impone la demanda de OBAMA GIVE ME FIVE.

Cuando en el año viejo, que pasa ineluctablemente como otros tantos de la historia, no se ha logrado por el esfuerzo o la suerte lo que se merece, necesita o aspira legítimamente, resulta natural que se pida un deseo de alcanzarlo, al fin, en el año nuevo. Eso de esperar, con esperanza fundada o intuida, que se concrete un deseo como si fuera un adorado sueño, tal vez surgió, como algo ínsito en la naturaleza y los destinos humanos, desde los mismos inicios del calendario o calendarios que presiden la existencia de los pueblos en distintas partes del mundo.

Muchas veces cada ser humano carga sobre sus hombros insatisfacciones, frustraciones, desarraigos, privaciones, condenas, despojos, desgracias, dolores, y otras situaciones adversas, que aspira a poder cambiar a través de resortes diversos que se sintetizan en los deseos de felicidades en todas sus manifestaciones. Por otra parte, si ha estado libre de alguna cuota de adversidad o desgracia, y sólo ha experimentado una cierta felicidad prolongada o momentánea, menor o mayor, su aspiración lógica es que la prosperidad de esa especie de estado de gracia se mantenga o alcance un nivel de mayor satisfacción.

Por lo tanto, con el inicio del nuevo año 2013, quiero en nombre mío y de millones de personas de un confín a otro del mundo, pedir un deseo común sui géneris que tiene relación con dos valores esenciales para la humanidad: la justicia y la libertad. Y no se trata de una aspiración imposible, incluso no se trata de un pedido difícil de satisfacer a la luz de la verdad, la ética, y el derecho justo y humanitario por quien corresponde atenderlo y llevarlo a la práctica.

La libertad solicitada tiene un vínculo esencial con la justicia que la puede legitimar, porque una violación flagrante de las normas de los procedimientos judiciales ha mantenido en las prisiones de los Estados Unidos a cuatro de los cinco Héroes cubanos y a uno lo retiene en territorio estadounidense, después de cumplida su condena, en una libertad supervisada que en realidad significa una prisión territorial, pues se le impide el regreso a su patria.

Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando y René tienen el privilegio, como prisioneros, de ser acreedores de una demanda universal de liberación, expresada en un clamor diario, y que se mantiene activa y crecientemente fiel, a pesar de todo, por más de catorce años. Y esta demanda y clamor solidarios a favor de los Cinco llegan a todas las esferas de la Casa Blanca en las más variadas formas y surgidos de personas simples, personalidades, organizaciones políticas, religiosas, sindicales, sociales y de instituciones y foros internacionales de Estados. Nunca antes una causa de prisioneros ha alcanzado tal magnitud de fuerza solidaria a pesar del manto de silencio que, junto con la condena, se diseñó como estrategia para que no fuera evidente la despiadada venganza que se llevó a cabo contra ellos por el sistema judicial norteamericano a solicitud de su gobierno. Las razones políticas fueron más decisivas para condenarlos, que las evidencias delictivas esgrimidas y acumuladas contra ellos. Pienso que hay motivos para preguntarse si la Comisión de Clemencia, encargado de someter a la consideración del mandatario norteamericano los casos posibles de indulto, habrá incluido o pensado incluir a los Cinco en el listado en alguna oportunidad.

La campaña internacional presidida por el lema OBAMA GIVE ME FIVE entraña un pedido de justicia o clemencia, según la quiera aceptar el presidente norteamericano, para que ejerza sus facultades constitucionales y decrete el indulto a favor de estos cinco antiterroristas cubanos.

Hasta ahora, como ha sido tradicional en ocasión del día de Acción de Gracias, el presidente Obama ha cumplido con el consabido indulto de dos pavos. Este año pasado los favorecidos fueron los pavos denominados «Gobbler» y «Cobbler» de 19 semanas y unos 18 kilos de peso, que han sido librados del «holocausto» en que se convierte la cena durante los festejos en esa fecha. En estas ocasiones, tal como expresó Obama en su primer indulto de esta naturaleza, el presidente ha tenido «la responsabilidad como dirigente del país más poderoso del mundo: indultar a dos pavos.» Luego de este acto oficial los pavos salvados se trasladan a la finca Mount Vernon, en Virginia, donde residió George Washington, donde generalmente les espera una temprana muerte natural, según las estadísticas.

En la ceremonia del 2012 -una foto lo muestra sonriente, junto a su hija vestida de azul y con un ancla blanca al frente-, Obama dijo que quería dar a las aves una segunda oportunidad. Expresó que «se dice que la vida está llena de segundas oportunidades, y este noviembre no podría estar más de acuerdo con ese sentir.»

En el indulto a seres humanos, Obama ha sido, quizás, uno de los presidentes más remisos a ejercerlo. Lo hizo por primera vez durante su mandato con 9 convictos, y el más reciente en 2012 incluyó a 8 presos, todos con condenas pendientes menores, que incluían causas de venta ilegal, narcotráfico y fraude, delito fiscal y financiero, y condenas de 3 años de libertad condicional (la misma que está vigente para René en la actualidad) y de treinta meses por conspiración.

No obstante esta realidad durante su primer mandato, hay que tener esperanza que durante su segundo mandato presidencial Obama recuerde que éste constituye su segunda oportunidad para el ejercicio del indulto de los Cinco, pues si como ha expresado «la vida está llena de segundas oportunidades», sólo durante este mandato suyo tendrá la oportunidad de ejercer la justicia o la clemencia tan solicitada por millones de voces y reiterada con una constancia a prueba de toda frustración y desengaño.

Tantos deseos de justicia, libertad y felicidad acumulados durante más de catorce años están a la espera de la decisión de Obama, en una fecha posible y anhelada, que podría ser tomada en la Casa Blanca en la segunda oportunidad de su mandato presidencial. La petición o solicitud es precisa, significativa, persuasiva y conminatoria: OBAMA GIVE ME FIVE. Detrás de ella hay millones de voluntades, de voces justicieras y libertarias, de conciencias de la ventura y del bien de la humanidad sufrida.

En fin, detrás de ella están los deseos incumplidos e insatisfechos hasta ahora, sin que ninguna razón humana o divina lo justifique. Así que una vez más se impone la demanda de OBAMA GIVE ME FIVE.