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Después de Gaza, más Gaza

Fuentes: Haaretz

A veces parece que en los 53 días que quedan antes de la desconexión, cada uno de los colonos puestos en la lista para la evacuación será entrevistado en uno u otro de los medios de comunicación israelíes. La obsesión de los medios de comunicación por la minucia de la historia de interés humano es […]

A veces parece que en los 53 días que quedan antes de la desconexión, cada uno de los colonos puestos en la lista para la evacuación será entrevistado en uno u otro de los medios de comunicación israelíes. La obsesión de los medios de comunicación por la minucia de la historia de interés humano es quizás entendible. Pero el ensordecedor silencio de todo debate serio sobre lo en que pasa en las fronteras es irresponsable.

Como los públicos tropiezos israelíes alrededor de una bruma naranja, el esbozo de las tácticas de Sharon para lo que viene después de Gaza puede estar emergiendo, casi inadvertidamente. Una nueva táctica ha entrado en la mezcla, junto a las condicionalidades de la pre-Hoja de Ruta para los Palestinos (desarmar, desmantelar, como los Finlandeses), o elecciones tempranas (en una plataforma de «no haga preguntas – confíe en mí»!).

Llamemos a esta táctica «después de Gaza, más Gaza». Se parece a esto: La desconexión de Gaza y el norte de Cisjordania es complicada, muy complicada. Arroja una multitud de tópicos que sólo ahora están siendo tratados y coordinados con la Autoridad Palestina, a despecho de 18 meses de tiempo de gobierno. Éstos son problemas pesados e importantes: aseguran el libre flujo de mercancías entre Gaza y los mercados externos, Gaza y Cisjordania y Gaza e Israel; los arreglos para los cruces fronterizos entre Gaza y Egipto, la ruta Philadelphia , así como la conexión territorial entre Gaza y Cisjordania; definiendo el estatus legal del post-retiro de Gaza; el acceso de obreros de Gaza a Israel – y la lista continúa.
Habiendo empezado (intencionalmente?) a tratar tan tarde con estos problemas, ellos nunca se resolverán en los 53 días restantes. Se necesita un comité, y no sólo un comité sino un comité de dirección con muchos sub-comités. Su trabajo puede tomar semanas, meses, quizás incluso años. Si usted quiere un proceso de paz después de Gaza, lo consiguió. Israelíes y Palestinos se encontrarán, en hoteles, en capitales europeas, sobre el hummus, sobre las croissants. «Después de Gaza, más Gaza.»

La táctica es políticamente conveniente. Puede proveer el elemento cohesionante para mantener la coalición gobernante y puede evitar las elecciones; amordaza cualquier probable oposición israelí y debate del público sobre lo que viene luego; difiere más el compromiso internacional convenido, e incluso puede tomar desequilibrada a la dirección Palestina . Un perfecto espacio de estacionamiento para el proceso de paz. La táctica da a Sharon su deseado tiempo -al margen de cualquier proceso político serio o la necesidad de abordar las cuestiones difíciles para las que él o no tiene respuestas o se arriesga a estar expuesto como el negador irrazonable. El Likud puede empapelar sobre sus rajaduras internas. El Laborismo puede entrar de nuevo en la trampa de tocar el segundo violín. Quién no puede imaginarse a Shimon Peres celebrando al presidir «el Comité de Dirección de Consolidación de la Paz en Gaza»? Shinui ocasionalmente murmurará algo como «permítannos volver al gobierno,» mientras talla sus propios nichos de presupuestos sectoriales. La distante derecha congregará sus fuerzas de nuevo, con Meretz-Yahad proporcionando quizás el único desafío de la política.

Los beneficios para Sharon son casi embriagantes – ninguna Hoja de Ruta, ninguna desconexión II, ninguna negociación de estatus permanente, y todos con una excusa creíble para Bush, Blair, Condi, y el público israelí. De hecho, «después de Gaza, más Gaza» tiene sólo una desventaja – es mala política para Israel.

Gaza constituye un mero 6,14 por ciento de los territorios Palestinos bajo mando israelí. Quedarse en Gaza no llevará a un Israel seguro y próspero. El socio Palestino se debilitará y será la política israelí la que da el poder a Hamas. La amenaza interior al bienestar de Israel representada por el proyecto de los asentamientos – que sólo ahora está siendo parcialmente confrontada – reafirmará su fuerza en Cisjordania, en gran detrimento de la principal corriente del futuro de Israel. Este tipo de retraso táctico es una receta para un retorno a la violencia y más penas socio-económicas. Este tiempo, la oportunidad perdida, será por elección de Israel.

Cualquier táctica de Sharon de tiempo camuflado puede ser desafiada por por lo menos tres actores – el moderado estamento realista en Israel dentro y fuera de la Knesset, el Cuarteto liderado por EE.UU., y la dirección Palestina. Los tres todos harían bien en definir la desconexión estrechamente, y decir que una vez que se re-localicen los colonos y el ejército, la desconexión habrá terminado. Todos los tópicos señalados serían entonces parte de un proceso más amplio, de una re-energizada Hoja de Ruta hacia un acuerdo de estatus permanente. Las cuestiones enarboladas – los cruces fronterizos, la conexión Cisjordania-Gaza, los arreglos económicos y así sucesivamente – son todas importantes, pero su justo lugar está en un proceso negociado más amplio cuya meta final es una solución viable de dos estados a lo largo de las líneas del modelo de la Iniciativa de Ginebra.

¿Así que, cual es la manera de evitar el trato a perpetuidad con Gaza? El liderazgo Palestino debe fijar su posición sobre el estatus final, mientras asume el efectivo control de las áreas dejadas vacantes y aborda las amenazas de seguridad creíblemente. El Cuarteto debe promover una Hoja de Ruta revisada tomando en cuenta los nuevos desarrollos y los tiempos transcurridos, mientras perfila sus parámetros para el final del juego. Lo más importante. los israelíes moderados y los realistas deben crear una amplia coalición-, desde el Laborismo y Meretz-Yahad a los pragmáticos de Shinui, Likud, los Ruso-parlantes, el electorado árabe-israelí y religioso con una demanda clara – negociar ahora un final para este conflicto.

* Daniel Levy fue asesor en la Oficina del Primer Ministro, miembro del equipo oficial de Israel en la negociación de Oslo B y las conversaciones de Taba y líder israelí suscriptor de la Iniciativa de Ginebra.
Fuente: Haaretz – 24/6/2005 – Traducción: Roberto Faur.