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El cantante y activista israelí Aviv Geffen habla en esta entrevista sobre la generación de jóvenes de Israel y sobre las oportunidades de una paz con los vecinos árabes.

«Dios no tiene nada que ver»

Fuentes: www.zeit.de

Traduccido para Rebelión por Luis Montilla


Avid Geffen es uno de los músicos y activistas políticos más populares de la joven generación de Israel. Es considerado por muchos como en enfant terrible de la música israelí. Porque Geffen no canta únicamente sobre la guerra, sino también sobre las drogas, la violencia y sobre sus dudas respecto a los viejos valores. Su primer álbum lo editó en 1992. Mientras tanto disfruta también de éxito internacional con su banda Blackfield. El próximo año debe aparecer en inglés su primer álbum en solitario. Aviv Geffen perteneció también al grupo de artistas que el 4 de noviembre de 1995 se manifestaban por la paz en Tel Aviv, pocos minutos antes del asesinato del antiguo presidente Yitzhak Rabin.

ZEIT online: Usted destaca siempre que la noche en que el antiguo presidente Yitzhak Rabin fue asesinado, supuso uno de los momentos más decisivos de su vida. ¿Por qué?

Aviv Geffen: Aquella noche con Rabin cambió mi vida, porque fui uno de los testigos directos del asesinato. El autor del atentado, Yigal Amir, destruyó aquella noche el sueño de mi generación, tan sólo a un par de metros de mí. En aquel mismo instante comprendí que en el transcurso de pocos segundos se transformaría el futuro de mi país.

ZEIT online: ¿Podría usted ser más preciso? Retrospectivamente, ¿qué ha cambiado exactamente?

Geffen: En primer lugar, se hizo testigo al pueblo de Israel de algo que hasta ese momento era impensable: que un judío pudiera disparar en nombre de Dios a otros hombres porque estos pensaran diferente, también a otro judío. Aquella noche se habían juntado medio millón de personas en Tel Aviv. Cada uno de ellos estaba convencido del mensaje político de la manifestación, cada uno de ellos creía en la posibilidad de poder vivir en paz con los palestinos. El ataque de Amir era contra todos ellos. Rabin era un hombre mayor que había luchado en muchas guerras. Sin embargo, él creía en la paz y nos mostró el camino correcto.

Era una gran noche. Hasta que ese hombre vino y contó al personal de seguridad que él era mi guardaespaldas. Sólo así pudo llegar detrás del escenario. Para mí aquello fue traumático. Me mudé durante un año y medio a Londres. Desde ese momento me enfurezco más con cada día que pasa.

ZEIT online: ¿Qué hace usted contra esa rabia?

Geffen: Intento utilizar toda esa potencia estancada para procurar que mi público se cuestione lo que yo me cuestiono: ¿Para qué necesitamos Jerusalén Este? ¿No debemos retirarnos de todos las colonias? Yo estoy convencido de que al otro lado hay hermanos. Los palestinos son buenas personas, incluso aunque nosotros no lo veamos de esa forma en canales como la CNN o la Fox News. Además, estoy seguro de que Siria es la gran clave que podría cambiar toda la situación en Oriente Próximo. Debemos hablar con Siria. La situación en Israel es comparable a un segundo Vietnam. De esta manera tuvo lugar en nuestra tierra la guerra en el verano del 2006, pero aquella era una guerra entre Estados Unidos e Irán, no entre el Líbano e Israel. Nosotros somos sólo malditas marionetas.

ZEIT online: Muchos artistas no quieren dejarse arrastrar a la política. Para usted eso parece distinto: usted se siente adulado si se le invita a presentarse a un puesto político…

Geffen: Mi opinión es que los artistas deberían ocuparse de la política, especialmente en Israel. Aquí cada día es como una película de Spielberg, en la que se plantean una gran cantidad de preguntas. Y debo decir eso a mi público. Aquí mueren diariamente hombres, porque no se encuentran soluciones políticas. Por eso debo luchar contra la ocupación, porque es como un cáncer en el cuerpo israelí. Por supuesto que entiendo nuestra historia y también entiendo por qué algunas cosas son como son. Lo que se les hizo a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, ha traído consigo que continuemos hasta hoy en día en estado paranoico. Los nazis intentaron exterminar completamente a la comunidad judía. Y por eso hacemos todo para dar a nuestros niños esperanzas en el futuro. Sin embargo pienso que precisamente por eso debemos confiar en los palestinos. Porque sin confianza, no hay ninguna esperanza. Y que no haya esperanza significa que no hay vida. Es así de fácil.

ZEIT online : Esta opinión, vista desde fuera, no parece ser muy popular en la actualidad. Del antiguamente muy activo movimiento por la paz apenas se escucha todavía algo.

Geffen: Es cierto. Pero yo doy grandes conciertos con 40.000 espectadores y digo sobre el escenario que estoy en contra de la ocupación, que debemos retirarnos, también de Jerusalén Este. Mis enemigos en el gobierno israelí me dicen: «Aviv, si nos retiramos, entonces lanzarán más cohetes sobre nuestras ciudades».

Lo peor para mí es que momentáneamente la línea dura parece llevar razón y sus argumentos se vuelven cada día más fuertes. Se dispara a diario sobre las ciudades, sobre las escuelas y sobre las fuerzas de seguridad israelíes. ¡Cada día! Y esto lleva a que las personas como yo se sientan tontas. Porque todavía no he visto que se haga una mención de Aviv Geffen en la lucha del otro lado. Todavía no. He dado conciertos a lo largo de todo el mundo, soy entrevistado cada día, lucho por la paz. Pero aún estoy buscando una defensa por parte del lado palestino o sirio. Ellos son cobardes.

ZEIT online: ¿Quizá ellos no han llegado todavía tan lejos?

Geffen: Pienso que tienen miedo. Pero mi intención es que cada vez más personas se rebelen contra sus gobiernos, suban al escenario, recen y luchen por la paz. No veo eso en el mundo árabe. Y si debo ser honesto, esto me enfurece bastante.

ZEIT online: ¿Qué le lleva a creer tan firmemente en la paz, cuando muchas de esas creencias parecen haberse perdido?

Geffen: Muy fácil: yo no puedo ver como se crían mis hijos y al mismo tiempo saber que tenemos un punto de control militar en cada esquina y que soldados de 18 años deciden si un anciano de 84 años puede pasar o no la frontera para llegar al hospital. No puedo vivir con esos pensamientos. Aunque conozco el problema, los cohetes, el ejército y demás. Es difícil. Pero yo vivo en Israel y es todavía más difícil para mí aceptar que a tan sólo unos pocos kilómetros de mí, hay personas que no tienen agua, que no tienen nada para comer, que no tienen calefacción para calentar sus casas en invierno. Eso no es humano.

Yo puedo confiar en la paz, puedo confiar en los árabes. Muchas personas jóvenes de Arabia Saudí, del Líbano, de Siria y de Irán visitan en Internet mi página de Myspace y me envían mensajes. Me conocen y todos ellos aman la música. Por eso pienso que debemos dar una oportunidad a la paz. Nos encontramos en una situación precaria, porque muchas personas sencillamente no tienen nada que perder. Absolutamente nada.

ZEIT online: ¿Está entonces la sociedad israelí preparada para la paz? Usted ha pasado un corto tiempo en una colonia israelí.

Geffen: Sí, he vivido un período largo en el jardín de una familia de colonos para un programa de televisión. Éste es probablemente el sitio más peligroso de Israel, la colonia Beit Ain. Quería ver cómo viven los hombres y, ante todo, saber por qué viven allí. Después de todo, saben perfectamente que la tierra sobre la que viven no les pertenece. Por eso me he hecho muchas, muchas preguntas. Pero si soy honesto, mi opinión al respecto no podría contestar algunas de ellas. Ninguno de ellos ha descubierto a Dios por sí mismo. Casi todos provienen de situaciones de extrema pobreza, algunos de ellos eran drogodependientes. Uno de ellos era un Dj de Nueva York al que durante un «mal viaje» se le apareció repentinamente Dios. Nadie, según mi impresión, ha consagrado su vida a Dios porque confíen en Él, sino que había siempre otras razones. Se hicieron colonos porque era barato. O gratis, ya que al fin y al cabo Israel subvenciona la vida en las colonias. Yo quería mostrar a Israel por qué viven realmente personas en las colonias. Y pienso que Dios no tiene nada que ver, Él está disculpado. Él es el pretexto, pero en verdad las razones son el dinero y la buena tierra.

ZEIT online: Si eso es así, se podría solucionar fácilmente el problema de las colonias.

Geffen: No, porque la religión sigue siendo mientras tanto parte de la política. También están los ortodoxos. Ellos pueden rezar todo el día, no deben trabajar, porque el gobierno los subvenciona. Reciben dinero por cada niño que traen al mundo. No pagan ni alquileres ni impuestos. Todo lo que tienen que hacer es rezar a Dios.

ZEIT online: ¿Cuál es su visión del futuro?

Geffen: En primer lugar, pienso que se puede solucionar mucho con dinero. Debemos invertir mucho de forma correcta en la franja de Gaza. Debemos ayudar a los palestinos a levantar su propio Estado, patrocinar escuelas y educación. Porque, como ya he dicho, los hombres no tienen ahora mismo nada que perder. Y esto es altamente peligroso. Sabe usted, mi tío (Mosche Dayan, nota de la redacción) ocupó Jerusalén y yo me siento como si fuera la pieza que falta en una cadena. No necesitamos Jerusalén Este. Ninguno de mis amigos pasa allí tiempo. Por eso yo estoy a favor de la partición, Jerusalén Oeste para los judíos, Jerusalén Este para los palestinos. Después de todo existen sitios como Haifa o Jaffa donde la vida en común con los palestinos funciona. ¿Por qué entonces no en Jerusalen? ¡Funciona!

ZEIT online: Usted se siente como el portavoz de una nueva generación en Israel, como el «nuevo» israelí. ¿Por qué?

Geffen: Tradicionalmente somos una sociedad machista. Yo permito que mi público llore, muestre sentimientos, haga preguntas. Esa es mi opinión sobre un «nuevo» israelí. Yo admito que a veces soy débil.

ZEIT online: ¿Cómo describiría usted su música en este contexto, como parte del mensaje político?

Geffen: Pienso que el sentimiento que todas las personas comparten es la tristeza. Todos saben lo que significa estar triste. Cuando las parejas se separan, cuando se divorcian. Cuando se va la infancia. Todo eso se resume bajo el paraguas de la tristeza y yo me dedico a esas cosas. Yo hablo sobre Dios, aunque no esté muy seguro de que exista. Si existe, entonces confío en Él, sin embargo no estoy seguro de si Él también cree en mí. Todo este tipo de cosas se encuentran en cualquier parte del mundo.

http://www.zeit.de/online/2008/18/interview-aviv-geffen