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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del soberanismo-secesionismo

Dos experimentos mentales en las proximidades del 1º de Mayo

Fuentes: Rebelión

Para don Antonio Machado, que también escribió fraternal y federalmente sobre el 1º de Mayo. In memoriam et ad honorem   Es muy fácil dejarse deslumbrar por el éxito electoral de un grupo surgido aparentemente de la nada. También lo fue para muchos dejarse impresionar por los diez millones de votos del PSOE felipista en […]

Para don Antonio Machado, que también escribió fraternal y federalmente sobre el 1º de Mayo. In memoriam et ad honorem

 

Es muy fácil dejarse deslumbrar por el éxito electoral de un grupo surgido aparentemente de la nada. También lo fue para muchos dejarse impresionar por los diez millones de votos del PSOE felipista en 1982. Confundir sin más lo exitoso con lo correcto puede resultar coherente para una mentalidad calvinista o para los adictos al culto estadounidense del winner [ganador]. Pero no hace falta leer al apéndice a la primera parte de la Etica de Spinoza para darse cuenta de que no existe una finalidad sobreimpuesta al mundo ni, por tanto, una correlación necesaria entre recompensas y méritos.

Miguel Candel (2016)

 

¿Hace falta recordar el papel desempeñado por Cambó en la República y en la guerra civil? La derecha nacionalista solo desea organizar un sistema de dominación, establecer su propio protagonismo institucional en la cadena de dependencias en que se organiza el sistema… Nada va a haber de autodeterminación en la nueva República catalana. Y, en cambio, la autodeterminación de todos los españoles en un nuevo concepto y articulación sí puede proporcionarlo.

Ferran Gallego (2016)

 

No me siento español

ni europeo

ni occidental

ni ciudadano del mundo,

me siento

como un marciano

en un mundo

de bestias…

y algunos pocos ANIMAlitos

con ÁNIMA,

Luis Eduardo Aute (2016)

 

El mal llamado «caso Quintana» sigue apuntando a los lados más oscuros de la dirección política de la policía catalana y a algunas de las prácticas de un cuerpo del que se llegó a decir que sería modelo de referencia democrática. No sólo el «Estado español», como suele decirse aquí (correctamente en este caso), tiene cloacas. Por supuesto que no.

Pero no es este el tema de esta sabatina. Tampoco estos:

La empresa pública-privada Aigües de Barcelona (controlada por Agbar) ha presentado una propuesta a AMB (Area Metropolitana de Barcelona) para subir un 1,68% las tarifas del agua de 28 municipios catalanes (entre ellos, el de Barcelona). Tres días antes la Junta General de la Compañía aprobó sus resultados de 2015. La empresa ganó 29 millones de euros, un 38% más que en 2014.

Oriol Junqueras y Lluís Llach (¡espero equivocarme en alguno de los nombres o en los dos incluso!) votaron a favor de que el gobierno catalán siga subvencionando a escuelas privadas concertadas (no recuerdan la viejísima canción de «Los Bravos» sobre el tema) que organizan a los niños y niñas en grupos separados. Como en los viejos tiempos del nacional-catolicismo.

Los alcaldes de ERC de las tierras del Ebro se resisten a retirar símbolos franquistas. Los consistorios de Vilalba dels Arcs y Sant Carles de la Ràpita, gobernados ambos por ERC, imitan las tácticas dilatorios del alcalde convergente (Ferran Bel, lo es desde 2007, ahora también es diputado) de Tortosa. El alcalde-diputado Bel ha evitado tramitar el derribo del armatoste franquista conmemorativo (desde una posición fascista) de la batalla del Ebro.

Josep Prat, imputado-investigado en el caso Innova, y Luis Cabado (ha amasado una fortuna gracias a sus cargos institucionales) aprovecharon su posición para planear juntos negocios privados en detrimento de la sanidad pública. No son los únicos. Se sabe que la Generalitat hinchó contratos para beneficiar a algunos cargos sanitarios, un núcleo importante de la casta-trama sanitaria catalana. ¡Una vergüenza incomensurable!

El gobierno de Aragón ha lamentado que ERC vete (o ponga nuevas dificultades) el acuerdo por el arte de Sijena, un conflicto que arrancó en 1995, hace mas de 20 años. 53 piezas del Monasterio de Santa Maria de Sijena iban a viajar a Aragón en breve.

¿Cuáles son las condiciones laborales reales, no las falsamente publicitadas, de los mataderos de Vic, en la comarca de Osona? ¿Salarios, horas obligadas, falsos autónomos, mafias en la contratación, largas jornadas de trabajo, condiciones sanitarias, ropa de trabajo, material propio con el que se despiezan a los cerdos,…?

Los trabajadores del metro de Barcelona han realizado paros parciales el martes y el miércoles de esta semana de finales de abril. Continúan con su lucha, llena de motivos razonables y justos. Digan lo que digan algunas autoridades y colectivos. ¿Dudamos en apoyarles? ¿Vamos a dejar que se «pudra» una movilización obrera llena de razones y solidaridad?

¿Es razonable que en supuestos programas informativos se pase diez o quince veces las imágenes grabadas de dos jóvenes que (teatral o realmente) copulaban en una parada del metro barcelonés el pasado 23 de abril? ¿Son estos los temas-problemas que nos escandalizan, que nos deben escandalizar? ¿Se trata de que cualquier método vale para criticar-denunciar el gobierno del consistorio? ¡Las políticas de Colau son las responsables del desmadre sexual juvenil! ¿Es eso?

Pero no son estos, como decía, los asuntos de esta sabatina. El tema del que quería hablar sucintamente es este:

Las dos primeras citas que encabezan esta nota están extraídas de dos excelentes artículos (una entrevista en el segundo caso) publicados en El Viejo Topo de abril (no de mayo) de 2016: Miguel Candel, «Querer no es poder ni viceversa», y «Soberanismo, independentismo, autodeterminación. Entrevista a Ferran Gallego/III», por Miguel Riera (destaco otro excelente trabajo, también publicado en el Topo de ese mes, que no nos deberíamos perder, Àngel Duarte, «El 14 de abril catalán y la República española»). Me inspiro en ellas y me aproximo a continuación a una categoría de la física y la filosofía de la física que podemos hacer nuestra para nuestras reflexiones socio-políticas.

¿Qué es un experimento mental? Una aproximación a la noción, de Antonio Acín y Eduardo Acín [1], podría tener el siguiente desarrollo: «…el punto del que debemos partir es la aceptación de dos principios que se adoptan como postulados de la deducción: el principio de relatividad de Galileo y la invariancia de la velocidad de la luz. Parece un punto de partida bastante razonable, ya que ambas concepciones han funcionado excepcionalmente bien en la explicación de los fenómenos observados, por lo que no parece haber motivo para renunciar a ellas». El siguiente paso que debemos dar, prosiguen, «es pensar en una situación imaginaria a la que le imponemos esas condiciones, y limitarnos a observar qué pasa».

Es el famoso experimento mental. «Bien, supongamos que estamos cómodamente instalados en el andén de la estación, a la que hemos acompañado a un amigo que ha de tomar un tren. Como regalo de despedida le hemos construido un reloj que tiene una, y solo una peculiaridad: en lugar de ruedecillas y agujas, mide el tiempo utilizando un rayo de luz que se desplaza verticalmente entre dos espejos situados a una distancia L…»

Los experimentos mentales que vamos a proponer aquí no son de física relativista y no necesitamos hacer supuestos tan sofisticados, tan lumínicos, como el señalado en el ejemplo. Nos basta con suponer una aceptable coherencia en asuntos públicos entre el pensar, el proponer y el hacer y poca cosa más.

Veamos el primero de estos dos experimentos.

Nos acercamos al 1º Mayo. Supongamos una ciudadanía muy pero que muy movilizada. Existen condiciones, estamos a punto, de alumbrar una República federal y democrática avanzada en el conjunto de España. Se puede, se ha podido, no era fácil. La cosa ha ido y va en serio. Ya está. No eran simples formulaciones teóricas, no se trataba de hermosos pensamientos desiderativos. Se ha dado un gran vuelvo institucional, una gran y esperada ruptura, y las gentes estamos organizadas y en pie de lucha, convicción y resistencia. No vamos a ceder, no pasarán, tenemos ideas para un país mejor y más justo.

¿Cómo reaccionarían en un escenario político así las fuerzas políticas catalanas o en Cataluña? PP y Ciudadanos dando portazos y gritos… y trasladando (si hay pendiente alguna partida) sus cuentas a Suiza o a Andorra. Por si acaso. La economía-estafa del no menos falsario «libre mercado» ni se toca, es sagrada. ¡No quieren herejes! Montarían, en alianza con sus amigos del resto de España, un escenario de desorden, caos, denuncias infundadas y, probablemente, contrarrevolución. Toda ha valido, todo seguiría valiendo. Lo sabemos.

La nueva-vieja CDC, es de prever, en la misma senda (con o sin ayudas exteriores). El instinto y la posición de clase por encima de todo. El clan Pujol-Ferrusola a punto de estallar en un ataque de nervios. UDC o sus restos transitando por el mismo camino. No es imposible nuevos mítines incendiarios de Duran i Lleida. Aprovecharían, por supuesto, la ocasión para exigir la secesión, con más énfasis si cabe y con poderosos apoyos exteriores probablemente.

¿ Y ERC? Como buen partido independentista, luchando por lo suyo: la independencia de Cataluña. Si el momento, les permite montar un cirio descomunal que descompusiera más aún al «Estado español», negociando con él si fuera necesario (son gente más amable, pensarían) la ocasión la pintan calva. ¡A ellos, a la actual dirección independentista, que les importaría que en España se pudiera construir entre todos una República federal, democrática y socialmente avanzada! Su marco, su país, su construcción nacional, su cosmovisión cultivada no es esa (Un ejemplo de sus posiciones recientes, sin experimentos mentales: http://www.vilaweb.cat/ «El adversario de ERC no es Convergencia sino Podemos»),

¿Y las CUP, qué pasaría con las CUP? Pues, en buena lógica, a pesar de ser una fuerza socialista revolucionaria, como su marco son los Países Catalanes, seguirían luchando por esa construcción política, aunque, es de suponer, mirando con buenos ojos los cambios políticos españoles, que ellos, en principio, vivirían como externos a su condición de fuerza nacionalista-pp-cc. Lo suyo no es ni sería España. La República federal podría ayudar un poco (aprovecharían la circunstancia desde luego) pero lo suyo, lo han manifestado en mil ocasiones, no es la República española sino la República catalana como vía para la conquista de la República de todos los Países Catalanes (excluida la Catalunya Nord tal vez; Francia es palabra mayor).

¿Y «Catalunya sí que es pot»? ¿Qué haría, qué pensarían CSQES y organizaciones afines (como En Comú Podem)? Pues debería, parecería en principio, que lo celebrarían con mucha satisfacción pero, seguramente, exigiendo un referéndum de manera más o menos inmediata en el que, de entrada, algunos de sus colectivos políticos pedirían o abonarían la independencia de Cataluña -esta es también su finalidad, así lo han señalado públicamente en diversas ocasiones-, a pesar de la ruptura democrática avanzada que estamos suponiendo en el conjunto de España. Está muy bien, pensarían estos colectivos, pero es cosa de ellos.

El PSC, no hablo de sus bases ni de muchos de sus votantes, discutiría posiciones con su fuerza aliada (como es normal, nada que objetar). No parece imposible que, si la cosa fuera demasiado «avanzada», don Cebrián y don González saliesen con tanques al ágora pública diciendo más de una barbaridad y señalando que el chavismo-madurismo no representa ningún sendero transitable para España. El capitalismo y los papeles de Panamá no se tocan. No es tampoco inverosímil que la fuerza hermana catalana, con disidencias en su interior, no cometiera «el mismo error».

Existen otras fuerzas minoritarias, que no olvido (pienso en el PSUC-viu o en Recortes 0), que darían gritos y saltos de alegría y apoyarían con todas sus fuerzas. Algunos sectores de EUiA, no todos como sabemos, exactamente igual: entonando el «Himno a la alegría» con voces convencidas, acompañados fraternal y federalmente por los colectivos de todas las izquierdas españolas (aquí conocidas como «la izquierda del Estado español». ¿Y que querrá decir eso realmente?).

Supongamos ahora otro escenario (alta, altísimamente improbable):

La movilización y el cambio institucional se dan estrictamente en Cataluña: republicanismo y democracia avanzada hegemonizada por la izquierda. Nada, apenas nada, más allá del Ebro. El resto de pueblos españoles no están por el momento (así lo suponemos) a la altura de las circunstancias. ¿Cómo reaccionarían las fuerzas catalanas? La línea de demarcación de clase parece definitiva en este escenario. Los patriotas se transformarían rápidamente en antipatriotas si fuera el caso. Las cuentas de resultados son las cuentas de resultados. Mejor una Cataluña española que una Cataluña roja.

De las fuerzas de izquierdas catalanas no es necesario comentar nada. Estarían remando todo el día y todas las noches (algunas no olvidarían, por supuesto, al resto de pueblos españoles, estirando de ellos).

¿Y las fuerzas políticas españolas, qué harían las fuerzas políticas del resto de España, en un supuesto así?

Simplificando un poco, el escenario global es muy diverso, el siguiente modo: parece evidente que PP, Ciudadanos y fuerzas más o menos afines echarían una mano (amiga) a las fuerzas de la reacción catalanas (en las que, por supuesto CDC y UDC estarían implicadas, la clase es la clase y el territorio, en estos asuntos, es marginal), que el PSOE haría sus cálculos pero no sería imposible que, a pesar de las protestas de sus bases y parte de sus votantes, actuaran como suelen actuar, como una fuerza del Régimen, acaso rompiéndose como organización. No cabe ninguna duda que la actitud de las izquierdas españolas (IU-UP, PCE, Podemos, Bildu si se permite la inclusión, Compromís, Mareas, etc, etc, nadie está excluido) sería de total apoyo a la evolución política transformadora catalana y, desde luego, esforzándose a un tiempo de todas-todas por seguir el camino abierto, por empujar en el mismo sentido, sin abonar ninguna separación, sino intentando juntar sus fuerzas a colectivos que estarían, por el momento, algo más avanzados (social y políticamente hablando).

Quedan otros escenarios, otros dos experimentos mentales complementarios (pero no canso más). La cuestión sobre la que quiero llamar la atención: ¿hay o no hay una gran diferencia en el comportamiento de las fuerzas de izquierdas transformadoras (catalanas y españoles en terminología inexacta) en estos dos experimentos mentales que hemos dibujado? La hay desde luego ¿Qué inferir de ello? Lo siguiente:

Que el secesionismo, como es de toda evidencia, no es un marco que merezca la atención de la izquierda digna de ese nombre (sea cual sea el marco general en el que nos movamos) y que el federalismo, de nuevo, es el atributo cultural-política esencial de una izquierda se precie de serlo. Con los otros que son también nosotros.

El resto es confusión y alejamiento y, a la corta o a la larga, merma de fuerzas y de convicciones comunes y subordinación a fuerzas neoliberales que aspiran, esencialmente, a incrementar su poder. Sus patrias son las cuentas de resultados. Lo otro es retórica vacía… para la ocasión y por el momento.

Y, por supuesto, ¡viva el primero de Mayo!

PS: Una recomendación sobre lengua y colonizadores lingüísticos: Ferran Toutain, «Així estem», Quadern (El Pais), 28 d’abril de 2016, p. 6.

Nota:

[1] Antonio Acín y Eduardo Acín, Persiguiendo a Einstein. De la intuición a las ondas gravitacionales, Madrid, Batiscafo, 2016, pp. 51-52.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.