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Dualidad monetaria sigue en discusión

Fuentes: IPS

La posible eliminación de la dualidad monetaria en Cuba, uno de los problemas más complejos de su economía, no devolverá el poder adquisitivo de la población ni creará «de por sí» nuevas riquezas, advierte un documento preparado especialmente para los militantes del gobernante Partido Comunista. El texto que guiará el análisis del tema en reuniones […]

La posible eliminación de la dualidad monetaria en Cuba, uno de los problemas más complejos de su economía, no devolverá el poder adquisitivo de la población ni creará «de por sí» nuevas riquezas, advierte un documento preparado especialmente para los militantes del gobernante Partido Comunista.

El texto que guiará el análisis del tema en reuniones de estudio previstas para mediados de este mes, tanto en esa organización política como en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), intenta corregir el desconocimiento que envuelve a la existencia de una moneda nacional y otra convertible, la disparidad entre ambas y su posible unificación.

Esa discusión cobra relevancia especial en la etapa abierta tras el anuncio, el 28 de abril, de que a fines de 2009 se realizará el aplazado VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), encargado de marcar el rumbo a seguir en los próximos años. Estos cónclaves deben realizarse cada un lustro, aunque, en este caso, la quinta edición se realizó en 1997.

Además, se trata de un tema cuya solución requiere consenso y estuvo también presente en los debates promovidos por el propio gobierno en torno al discurso pronunciado el 26 de julio de 2007 por Raúl Castro, entonces presidente interino por la enfermedad de su hermano Fidel y hoy ya confirmado en el cargo.

Especialistas recordaron que la dualidad monetaria podría figurar también entre aquellos asuntos que requieren de análisis «profundo, racional y colegiado» mencionados por Raúl Castro cuando asumió el 24 de febrero la presidencia del Consejo de Estado.

En esa ocasión, el gobernante dijo que para evitar efectos traumáticos e incongruencias, cualquier cambio referido a la moneda debe hacerse con un enfoque integral, en el que se tengan en cuenta factores como el sistema salarial, los precios minoristas y las gratuidades y los subsidios estatales a muchos servicios y productos.

«La gente espera que cuando se elimine la dualidad monetaria van a mejorar sus ingresos reales, algo que no se puede lograr si no hay producción», dijo Pável Vidal, profesor e investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), de la Universidad de La Habana, ante una consulta de IPS.

Autor de varios artículos sobre el tema, Vidal sostiene que la eliminación de la doble moneda y una política monetaria y salarial más flexible, acompañadas de reformas estructurales, sumarían beneficios al desarrollo de la economía cubana que se traducirían en una paulatina solución de muchas de las carencias y dificultades que agobian a buena parte de la sociedad cubana.

Al respecto, el material de estudio del PCC afirma que la solución a la pérdida del poder adquisitivo del salario no depende de decisiones cuyo alcance fundamental se limiten a la esfera monetaria, sino del sustento productivo que debe garantizar el adecuado funcionamiento de la economía.

Aclara asimismo que la eliminación de la doble moneda no puede lograrse mediante la sustitución del peso cubano por el peso convertible a la tasa de uno a uno, «como algunos erróneamente pudieran pensar». El peso convertible (cuc) cuesta en las estatales Casas de Cambio (Cadeca S.A) 25 pesos cubanos y 1,25 dólares estadounidenses.

«La unificación monetaria se alcanzará en el momento en que el peso cubano sea la única moneda que circule en nuestro país con una sola tasa de cambio, pero esta última y el poder adquisitivo de esa única moneda –el peso cubano– no depende ni dependerá de una decisión administrativa, sino del nivel de fortaleza y eficiencia» de la economía, afirma el texto.

Según Vidal, desde hace años están dadas las condiciones para pasar a una única moneda, pues las finanzas internas se encuentran «bastante equilibradas» y la economía se «desdolarizó» en 2004, cuando la libre circulación de la moneda estadounidense se sustituyó por el peso convertible.

En su opinión, el «cuello de botella» está en resolver fundamentalmente la dualidad de las tasas de cambio, que en las empresas es uno a uno, mientras en las Cadecas es 24 pesos a la compra y 25 a la venta, pasar a un sistema cambiario o de cambio único y luego darle convertibilidad al peso cubano en el segmento empresarial.

El experto considera que se podría comenzar por la devaluación gradual del peso cubano en las empresas y, paralelamente y en función del crecimiento económico, se revaluaría paulatinamente la tasa de cambio en las Cadecas.

«Cuando esas dos tasas de cambio se encuentren, se podría pasar todo a una misma moneda», aclaró Vidal.

Para el especialista, la dualidad monetaria complica la contabilidad y la política económica, impide relaciones y encadenamientos entre las empresas, debilita el mercado interno, desfavorece la expansión de las exportaciones y limita la inversión extranjera, entre otros impactos negativos.

El Estado paga los salarios y las pensiones en pesos cubanos, utilizados para pagar los servicios públicos básicos, asistir a centros culturales y deportivos, adquirir algunos productos industriales, los alimentos en los agromercados y aquellos artículos subvencionados mediante una reducida canasta alimenticia que reciben todas las familias.

A su vez, el peso convertible, que reemplaza desde 2004 al dólar estadounidense, permite acceder a determinados servicios y comprar en la llamadas «tiendas de recuperación en divisa» (TRD) también estatales, donde se ofertan productos básicos de mayor calidad, así como electrodomésticos, muebles y otros de consumo doméstico.

Creadas a principios de los años 90, casi junto con la despenalización de la tenencia del dólar estadounidense, las TRD mantienen desde entonces un régimen de precios gravados por un impuesto al consumidor de alrededor de 200 por ciento sobre la tarifa mayorista de importación.

La venta libre a partir de abril en las TRD de varios equipos electrodomésticos, incluidos ordenadores anteriormente prohibidos para los consumidores nacionales, aumentó en las últimas semanas las ventas de esa red comercial y permitió la recaudación de circulante en cuc en una cuantía no informada oficialmente.

Pero la familia cubana se ve también obligada a acudir a ese mercado para completar su dieta alimenticia con productos de primera necesidad que la libreta de abastecimiento no incluye. De ahí que muchos economistas consideran importante una rebaja de precios que de mayor capacidad de compra a quienes tienen menos recursos.

La dualidad monetaria surgió a partir de las medidas adoptadas por el gobierno cubano para afrontar la crisis económica que se desató en esta isla tras la desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista europeo, hacia donde estaban orientadas mayoritariamente sus relaciones comerciales.

Entre 1989 y 1993, el producto interno bruto (PIB) cayó 35 por ciento, se perdió más de 80 por ciento del comercio exterior, el consumo de combustible se redujo a menos de la mitad y desaparecieron casi totalmente las fuentes externas de financiamiento.

El texto del PCC citó también entre las causas de la recesión la aprobación en Estados Unidos de las leyes Torricelli (1992) y Helms-Burton (1996) que acentuaron el bloqueo económico (que ese país llama embargo) contra Cuba vigente desde la década de los 60 y obstaculizaron su reinserción financiera y comercial las nuevas circunstancias.