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El 9-11 de Cuba

Fuentes: Cubadebate

Para las victimas y mis amigos, todos saben quienes son. El 11 de septiembre se ha vuelto una fecha tan significativa para la historia de este hemisferio que lo hace casi espeluznante. En 1973, fue asesinado y depuesto el Presidente Salvador Allende durante un golpe de estado que dejó a Chile bajo un régimen fascista […]

Para las victimas y mis amigos, todos saben quienes son.

El 11 de septiembre se ha vuelto una fecha tan significativa para la historia de este hemisferio que lo hace casi espeluznante. En 1973, fue asesinado y depuesto el Presidente Salvador Allende durante un golpe de estado que dejó a Chile bajo un régimen fascista durante 17 años. En 1980 un diplomático cubano fue asesinado a tiros en las calles de Manhattan camino de un almuerzo en la barriada de Queens en esa ciudad. Y en el 2001, dos torres cayeron estrepitosamente en lo que hoy se considera el peor ataque terrorista en la historia de nuestra América, y posiblemente el motivo central por el cual los dígitos 9-11 ya son más que un simple código telefónico. Todo esto hace del 9-11 una fecha para recordar, pero existe un antecedente a esta fecha que lamentablemente es un hecho no menos terrorífico pero mucho menos conocido.

El 6 de octubre marca el 34 aniversario del primer ataque terrorista contra una nave de aviación civil en el hemisferio occidental. Ese día, en 1976, despegó un vuelvo desde Bridgetown Barbados hacia Jamaica con el destino final: La Habana. No habían pasado ni 9 minutos después del despegue, cuando dos explosiones a bordo de la nave la hicieron estallar por los aires en pleno vuelo. La nave cayó escalofriantemente al mar. El vuelo concluyó en las tibias aguas del mar Caribe.

Los 73 pasajeros abordo de la nave murieron ese día, incluyendo al equipo completo de esgrima de Cuba que portaban horondos sus medallas de oro luego de la más reciente competencia en la cual habían participado la semana anterior en Venezuela. Las edades de los atletas entre 17 y 23 años. También estaba a bordo la tripulación cubana que dejó a tras a familiares y amigos, que hoy lamentan sus muertes sin sentido. El horrendo acto inspiró al entonces Presidente de Cuba Fidel Castro a pronunciar uno de sus discursos más emotivos y memorables que culmina con una frase que continua hasta el día de hoy clavada en la de todos: «!Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!»

Los responsables de este ataque fueron hallados y sentenciados a condenas en prisión. Dos de ellos cumplieron menos que los 20 años de condena que recibieron. Otro fue absuelto y luego perdonado por el Presidente Bush padre y el ultimo responsable, posiblemente el más infame y peligroso y cruel de los cuatro vive la dolce vita en la soleada Florida a la espera de un juicio por un cargo absurdo de entrada ilegal en los Estados Unidos. Un cargo sin sentido que le fuera impuesto cuando lo agarraron con las manos en la masa luego de andar huyendo de Latino América rumbo al buen resguardo del Norte revuelto y brutal. El nombre de este señor quizás no le diga mucho a algunos lectores pero en Latino América decir Luis Posada Carriles es lo mismo que pronunciar el nombre Osama Bin Laden en la ciudad de Nueva York.

Este no fue ni por mucho el primer acto terrorista contra la nación cubana desde el triunfo de su revolución en 1959, fue el que más impacto debió de haber tenido a escala internacional si lo miramos desde esa óptica. Es por actos como este, es por la falta de cobertura que reciben allende los mares de la isla caribeña que Cuba ha tenido a lo largo de este medio siglo que gastar miles de millones de dólares y de horas hombre para proteger a la nación. Es precisamente para evitar más salvajismo como el ocurrido el 6 de octubre de 1976, que hoy permanecen injustamente encarcelados en los Estados Unidos, 5 hombres gigantes.

El terrorismo es un crimen atroz donde quiera que ocurra. No hay excusa para la muerte a destiempo de los inocentes, y estar «en guerra» contra un gobierno como ha dicho el protervo de Orlando Bosch es posiblemente la justificación más fútil de todas. Ya sea en el Medio Oriente por bombas suicidas o por terrorismo de estado contra civiles; ya sea en España o en Irlanda o en las calles de Puerto Rico o contra lugares de negocio en Miami. Ya sea un acto deplorable una mañana soleada en Manhattan o el primero ocurrido sobre las cristalinas aguas del mar Caribe: el terrorismo no tiene justificación y es un acto de cobardía de marca mayor.

73 murieron hoy hace 34 años. ¿Cuantos más antes de que hagamos algo?

Fuente:http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/10/07/el-9-11-de-cuba/