La destrucción por Egipto del 95% de los túneles de contrabando en la zona de Rafah supone para la debilitada economía de Gaza un dramático impacto social y humanitario, un problema al que el Gobierno de Hamas tendrá que buscar soluciones alternativas para evitar el descontento. El Ministerio de Economía gazatí ha valorado el daño […]
La destrucción por Egipto del 95% de los túneles de contrabando en la zona de Rafah supone para la debilitada economía de Gaza un dramático impacto social y humanitario, un problema al que el Gobierno de Hamas tendrá que buscar soluciones alternativas para evitar el descontento.
El Ministerio de Economía gazatí ha valorado el daño causado a la economía de la Franja en unos 460 millones de dólares (340 millones de euros) desde que el presidente egipcio, el islamista, Mohamed Morsi fue depuesto el 3 de julio y el nuevo régimen militar se lanzó a una campaña para desarticular los grupos islamistas que actúan en el Sinaí.
El Cairo considera que los grupos armados que han atacado en los últimos meses a sus fuerzas de seguridad egipcias se valen de los túneles entre Gaza y el Sinaí para encontrar refugio y aprovisionarse de armas en la Franja, acusación desmentida por el Gobierno de Hamas.
Afín en ideología a los Hermanos Musulmanes egipcios, al que pertenecía el depuesto Morsi, el Ejecutivo de Gaza ve la campaña como parte de la represión de los militares egipcios contra el anterior Gobierno, y asegura que no se entromete en sus asuntos internos ni en los de ningún otro país árabe.
«Ciertamente se producirá una crisis humanitaria en Gaza por las medidas del Ejército egipcio para cerrar los túneles», advierte Mustafa al-Sawaf, analista experto en el movimiento islamista palestino.
Los túneles, que llegaron a ser más de 2.000 hace años, se habían convertido en el pulmón de la Franja desde que Israel le impuso un férreo bloqueo en 2007 en represalia por la victoria de Hamas.
Tarek Lubad, funcionario del Ministerio de Economía, afirma que «el 90% de los túneles han quedado inoperativos al ser destruidos o sellados, lo que significa que el 10% aún siguen funcionando».
De acuerdo a informaciones locales, alrededor de 80.000 trabajadores palestinos de todos los sectores en Gaza, se han quedado sin empleo tras la campaña egipcia.
En términos económicos, la decisión egipcia arrastra mayores niveles de escasez en los productos básicos y combustibles, una irremediable subida de precios, y una reducción del 40% en los ingresos de Hamas, que tasaba tanto la apertura de los conductos subterráneos como de los productos importados.
Ni siquiera el levantamiento en 2010 por Israel de parte de las restricciones -con la excepción de aquellos productos clasificados como de doble uso civil y militar (acero, cemento, gravilla, fertilizantes con fósforo…)- paralizó la actividad en los túneles, que en las últimas semanas se desploman uno tras otro a causa de las detonaciones y las excavadoras egipcias.
Algunos observadores locales establecen una relación colateral entre la creciente sensación de inseguridad social y alimentaria entre los gazatíes y los recientes llamamientos del autodenominado movimiento Tamarrud (Rebelión), que ha exhortado por las redes sociales a manifestaciones de protesta contra el Gobierno del primer ministro de Gaza, Ismail Haniyeh.
Este movimiento, cuyos líderes viven fuera de Gaza, trata de emular en la Franja las protestas masivas que acompañaron el derrocamiento militar de Morsi en Egipto, aunque su fuerza es casi ínfima.
Falta de medicinas
La próxima convocatoria la ha hecho para el 11 de noviembre, aunque el Ministerio del Interior de Hamas -que denunció que los activistas eran alentados y entrenados por la Inteligencia egipcia- ya ha asegurado que no tolerará ningún tipo de concentración.
Mientras tanto, largas colas de vehículos se agolpan en las gasolineras en busca de un preciado combustible que Hamas compraba a proveedores egipcios a precio subvencionado, y que en Israel costaría más del doble.
También escasean los materiales de construcción, aunque Israel permitió el pasado 17 de setiembre, por primera vez desde 2007, el ingreso de algunos de ellos para proyectos privados.
Maher al-Taba, director de la Cámara de Comercio de Gaza, alerta de una «crisis humanitaria aguda a menos que Egipto revoque sus decisiones e Israel levante (totalmente) el bloqueo».
El 18 de setiembre, el ministro de Sanidad en Gaza, Mufid al-Mujalalati, denunció en una rueda de prensa que los frecuentes cierres del paso de Rafah han afectado a la llegada de medicamentos, de los que se han acabado 145 tipos.
Rafah es el punto de llegada de un 30% de los medicamentos a Gaza, mientras que el resto provienen de Cisjordania (a través de Israel) o de la solidaridad internacional.
Desde el golpe de Estado en El Cairo, el paso de Rafah permanece más días cerrado que abierto, mientras en Gaza 5.000 casos humanitarios esperan para viajar a Egipto, a lo que cabe añadir todos los estudiantes palestinos que no pueden proseguir sus estudios en el país vecino, según el director de la parte palestina del cruce, Maher Abu Sabha.
Temiendo un empeoramiento de la situación, los líderes de Hamas tratan de convencer a El Cairo de que apruebe soluciones alternativas al cierre de túneles, una de ellas la apertura de una zona comercial por la que discurra libremente la importación de productos a Gaza.
En opinión del analista económico Nael Musa, la solución pasa porque «los tres países, Israel, Egipto y la Autoridad Palestina lleguen a un acuerdo para crear una zona de libre comercio en la región, que ayude a la economía palestina a ser independiente».
Fuente original: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130929/424993/es/El-cierre-tuneles-Egipto-pone-jaque-maltrecha-economia-Gaza