Desde su comienzo en junio de 2002, hasta el momento han sido construidos 336 de los 790 kilómetros previstos por los expertos militares que la diseñaron.De los que faltan, 102 kilómetros se completarán hasta fin de este año, 285 están paralizados debido a demandas de los damnificados palestinos y otros 67 kilómetros no han sido […]
Desde su comienzo en junio de 2002, hasta el momento han sido construidos 336 de los 790 kilómetros previstos por los expertos militares que la diseñaron.
De los que faltan, 102 kilómetros se completarán hasta fin de este año, 285 están paralizados debido a demandas de los damnificados palestinos y otros 67 kilómetros no han sido planificados aún, indicaron las fuentes militares.
La valla o ‘muro’ consiste en cercas alambradas con sensores para detectar infiltraciones y en unas decenas de kilómetros consta de paneles de hormigón, especialmente donde hay centros urbanos palestinos.
El Tribunal Internacional de La Haya calificó de ilegal esa valla en un dictamen para la ONU por los perjuicios causados a decenas de miles de agricultores y aldeanos palestinos, que en algunos casos han quedado aislados de pueblos y ciudades que les ofrecen servicios vitales, como los escolares y hospitalarios.
La versión final del muro, agregaron, podría ser de menor extensión que la prevista debido a decisiones de la Suprema Corte, que en varios casos, y en defensa de los damnificados, obligó a corregir su trazado, o bien por decisión del Poder Ejecutivo.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, se propone negociar o emprender una retirada unilateral de buena parte de Cisjordania dentro de dos años, por lo que se cree que esa valla se convertirá de hecho en la ‘frontera definitiva’ con un futuro Estado palestino.
Olmert, que presentará la semana próxima su plan político al presidente de los Estados Unidos, George Bush, reiteró ayer a representantes de los colonos judíos de Cisjordania la intención de evacuar decenas de asentamientos pues ‘no podremos retener todo lo que está hoy en nuestra manos’.
El principal objetivo del jefe del Gobierno israelí es fijar, sea por medio de negociaciones o en forma unilateral si no prosperan, la ‘frontera definitiva’ con los palestinos a fin de que en el Estado israelí resida una sólida mayoría de ciudadanos de origen judío.
Anexionarse Cisjordania, con unos dos millones y medio de palestinos, convertiría a Israel en un estado bi-nacional a menos que negara a esos residente derechos democráticos e impusiera un ‘apartheid’, régimen que repudiaría hoy en pleno la comunidad internacional.
De los que faltan, 102 kilómetros se completarán hasta fin de este año, 285 están paralizados debido a demandas de los damnificados palestinos y otros 67 kilómetros no han sido planificados aún, indicaron las fuentes militares.
La valla o ‘muro’ consiste en cercas alambradas con sensores para detectar infiltraciones y en unas decenas de kilómetros consta de paneles de hormigón, especialmente donde hay centros urbanos palestinos.
El Tribunal Internacional de La Haya calificó de ilegal esa valla en un dictamen para la ONU por los perjuicios causados a decenas de miles de agricultores y aldeanos palestinos, que en algunos casos han quedado aislados de pueblos y ciudades que les ofrecen servicios vitales, como los escolares y hospitalarios.
La versión final del muro, agregaron, podría ser de menor extensión que la prevista debido a decisiones de la Suprema Corte, que en varios casos, y en defensa de los damnificados, obligó a corregir su trazado, o bien por decisión del Poder Ejecutivo.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, se propone negociar o emprender una retirada unilateral de buena parte de Cisjordania dentro de dos años, por lo que se cree que esa valla se convertirá de hecho en la ‘frontera definitiva’ con un futuro Estado palestino.
Olmert, que presentará la semana próxima su plan político al presidente de los Estados Unidos, George Bush, reiteró ayer a representantes de los colonos judíos de Cisjordania la intención de evacuar decenas de asentamientos pues ‘no podremos retener todo lo que está hoy en nuestra manos’.
El principal objetivo del jefe del Gobierno israelí es fijar, sea por medio de negociaciones o en forma unilateral si no prosperan, la ‘frontera definitiva’ con los palestinos a fin de que en el Estado israelí resida una sólida mayoría de ciudadanos de origen judío.
Anexionarse Cisjordania, con unos dos millones y medio de palestinos, convertiría a Israel en un estado bi-nacional a menos que negara a esos residente derechos democráticos e impusiera un ‘apartheid’, régimen que repudiaría hoy en pleno la comunidad internacional.