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Entrevista a José Luis Carretero, Profesor de Formación y Orientación Laboral, afiliado al sindicato Solidaridad Obrera

«El electorado de derecha español que durante mucho tiempo votó al Partido Popular, ha decidido tomar el original y no la copia»

Fuentes: Rebelión

M.H.: ¿Qué balance hacés de las elecciones españolas? J.L.C.: Las elecciones españolas han sido una recuperación, con resultados aún más inquietantes, de lo que pasó en abril. La izquierda ha perdido diputados, la derecha ha avanzado pero, sobre todo, se ha dado un trasvase de lo que es el partido liberal que tonteaba con la […]

M.H.: ¿Qué balance hacés de las elecciones españolas?

J.L.C.: Las elecciones españolas han sido una recuperación, con resultados aún más inquietantes, de lo que pasó en abril. La izquierda ha perdido diputados, la derecha ha avanzado pero, sobre todo, se ha dado un trasvase de lo que es el partido liberal que tonteaba con la derecha, que era Ciudadanos, que se ha desplomado en las urnas y ha llevado el voto al partido de abierta ultraderecha que es Vox que ha obtenido 52 diputados.

Ha habido una transferencia de votos de la derecha a la ultraderecha, sin que ello le haya permitido obtener la mayoría absoluta a la alianza de los tres partidos de derecha: el Partido Popular, Ciudadanos y Vox.

La mayoría del Parlamento sigue estando en la posible alianza de los partidos de la izquierda con los partidos independentistas, nacionalistas y regionalistas. Porque otro de los elementos fundamentales que han ocurrido en esta elección es que al mismo tiempo que tanto el Partido Socialista como Podemos han perdido diputados y posibilidades a la hora de implementar un gobierno conjunto, también ha crecido un tercer bloque que empieza a plantearse como bloque fuerte que es el de las periferias de la Península Ibérica, los nacionalistas vascos, los nacionalistas catalanes, incluso de nacionalidades como los gallegos, la aparición de un pequeño grupo, muy vinculado a lo que es una zona rural de España prácticamente abandonada por el comercio mundial y la política económica. Han empezado a aparecer toda esta serie de fuerzas centrífugas que pueden representar un elemento estratégico imprescindible para generar un nuevo gobierno en España.

M.H.: ¿Por qué se desplomó Ciudadanos? 

J.L.C.: Ciudadanos se ha desplomado porque ha sido una fuerza que no ha conseguido estructurarse en torno a lo que había prometido desde un primer momento. Ciudadanos nace como un partido liberal con cierto ribete progresista, pero decididamente nacionalista español, en Cataluña, nace antes de la llegada de Podemos, de la crisis, nace como una fuerza españolista pero al mismo tiempo con unas perspectivas de centro liberal incluso progresista.

El problema fundamental es que Ciudadanos se convierte en la gran marioneta del Ibex (formado por las 35 empresas con más liquidez que cotizan en el Sistema de Interconexión Bursátil Español) para hacer frente a Podemos cuando emerge en 2014. Se presenta Ciudadanos por parte de los funcionarios del Ibex como una especie de Podemos de derechas y consigue muy buenos resultados.

El problema es estructural y de fondo de la derecha española, porque no es una derecha que venga de una historia de liberalismo y que se haya formado contra el fascismo en el marco de la II Guerra mundial, como puede ser la mayor parte de la derecha europea. Sino que la derecha española no es otra cosa que una evolución del propio pensamiento franquista.

Ciudadanos recae en esa evolución del pensamiento franquista, involuciona de hecho, y cuando el problema de Cataluña ocupa el primer plano, cuando empieza a hacerse imposible hacerle frente, empieza a copar el espacio de la ultraderecha que se estaba haciendo espacio en toda Europa pero que en España no existía todavía, pretende copar ese espacio desarrollando un discurso fuertemente nacionalista español y fuertemente escorado hacia la derecha.

El problema fundamental es que en las últimas elecciones el electorado de ultraderecha y el de derecha que nunca ha dejado de ser de ultraderecha aunque durante mucho tiempo haya votado al Partido Popular y no a partidos de ultraderecha, pues ha decidido tomar el original y no la copia, ha decidido vincularse directamente con Vox.

El problema de Ciudadanos es el problema de la imposibilidad de un liberalismo consecuente, no en el sentido neoliberal, sino en el sentido europeo de ese liberalismo que defiende los derechos civiles al mismo tiempo que la dictadura del mercado pero que al fin y al cabo ha defendido también la democracia parlamentaria, los derechos civiles, etc.

Frente a eso el problema de España es que no existe espacio para ese liberalismo europeo, sino que existe una ultraderecha que en el Parlamento ha vuelto a recoger la fisonomía que tenía cuando el movimiento nacional franquista.

El famoso movimiento nacional franquista se dividía en diversos bloques, la ultraderecha religiosa del Opus Dei que hoy se podría identificar con el Partido Popular, la ultraderecha falangista, fascista y neonazi que podría representarse hoy en día con Vox en gran medida y la ultraderecha carlista que se representa con un pequeño grupo que hay en Navarra. Lo que tenemos es que la derecha española nunca ha dejado de ser eso.

M.H.: Se confirmó de alguna manera un pronóstico que nos habías hecho previo a las elecciones que fue el crecimiento de Vox, crecimiento exponencial de abril a noviembre.

J.L.C.: Sí, ha crecido al doble. De 24 diputados a 52. Lo ha hecho atrayendo votos fundamentalmente de Ciudadanos aprovechándose también de la estructura misma del sistema electoral español, que le ha permitido quedar en muchas de las circunscripciones más conservadoras como el tercer partido y eso le ha permitido obtener diputados, que en otros momentos habían obtenido Ciudadanos e inclusive el propio Podemos.

Vox tiene viento de cola en muchos aspectos, por un lado, por esa evolución de la derecha española que nunca dejó de ser ultraderecha, por lo tanto, tiene toda una trayectoria, una tradición y una serie de elementos comunes que ayudan fuertemente al crecimiento de un partido como Vox pero, al mismo tiempo, tiene también una perspectiva internacional que colabora.

Al fin y al cabo Vox es la expresión en España de ese gran movimiento ultra conservador y ultra nacionalista que ha puesto en marcha Donald Trump en EE UU y que luego se ha expresado en Europa en esa especie de Internacional que viene a organizar a Europa el ex consejero presidencial de Trump, Steve Bannon, que se llama «The movement». La ultraderecha norteamericana ha venido a desembarcar a Europa con muchísima financiación y ha puesto en pie grandes estructuras, entre ellas Vox.

M.H.: Hablaste de algunos fenómenos políticos periféricos, me llamó la atención la votación de CUP en Cataluña, con 240.000 votos y el ingreso de dos diputados.

J.L.C.: La CUP es una de las candidaturas de Unidad Popular, es una fuerza que nace de los movimientos sociales, de la izquierda anticapitalista, la izquierda más alternativa, vinculada a los movimientos sociales catalanes, hace ya unas décadas, pero principalmente con una perspectiva municipalista, de presentarse fundamentalmente a las elecciones municipales en Cataluña y plantear una perspectiva de profundización democrática y de construcción nacional desde el punto de vista independentista, pero de un independentismo decididamente de izquierdas.

La CUP posteriormente dará el salto a la política autonómica catalana, obtendrá representación en la Comunidad autónoma catalana, en el Parlamento catalán y entrará en esa especie de pacto interclasista que ha representado el procés de independencia catalán. En esa perspectiva trabaja en forma conjunta con la Izquierda Republicana de Cataluña desde la perspectiva de la construcción de la República catalana pero, al mismo tiempo, también de una perspectiva vinculada a los movimientos de base y a todo lo que es la emergencia de las multitudes en las calles de Cataluña en los últimos tiempos. Y una perspectiva decididamente de izquierdas y en muchos aspectos anticapitalista. Pero hay que tener presente que en la CUP hay varias almas, hay una perspectiva decididamente social, y una más decididamente independentista. Esta ha sido la primera ocasión en que se han presentado a elecciones del conjunto de España y han obtenido 2 diputados. Mireia Vehi, que es la primera en la lista de la CUP, para estas elecciones planteaba abiertamente que su perspectiva para el Parlamento español iba a ser tratar de hacerlo ingobernable, tratar de conseguir que el Estado español colapsara y no fuera capaz de impedir el proceso independentista catalán. Las perspectivas de que esto pudiera suceder implicaría que entráramos a discutir en qué dirección va el proceso de luchas sociales en Cataluña, pero lo cierto es que la CUP ha obtenido esos diputados.

«Vamos a tener que tragar con muchas cosas» (Pablo Iglesias)

J.L.C.: Es verdad que es la pregunta del millón porque se ha escenificado la posibilidad de ese gobierno, se ha puesto sobre la mesa, llamando a más formaciones a un acuerdo de gobierno. ¡Cuidado!, es un acuerdo de gobierno que introduce algunas reivindicaciones progresistas desde alguna perspectiva pero, al mismo tiempo, también algunos límites a toda política progresista que siempre pone el Partido Socialista.

En este sentido dentro de ese acuerdo está el hecho de que se tienen que respetar los límites de deuda establecidos por el Tratado de Maastricht y, por lo tanto, también por la Comisión europea para cada uno de los países de la Unión Europea. Eso implica o una política fiscal distinta o necesariamente medidas de austeridad. Veremos en qué acaba todo eso.

De todas maneras, que se haya firmado ese acuerdo, que se haya escenificado, que se haya aventado a los cuatro vientos la posibilidad de que ese acuerdo se establezca, no quiere decir que necesariamente llegue a implementarse de hecho, en primer lugar porque para llegar a la mayoría necesaria, es necesaria la abstención de la mayoría de los independentistas catalanes, incluso quizás también la de los vascos si es en segunda votación, eso introduce una serie de elementos que ponen sobre la mesa la cuestión catalana. Una situación en la que el PSOE y Podemos no están de acuerdo y tendrán dificultades para llegar a un acuerdo con Izquierda Republicana.

Yo creo que todo esto ha sido una jugada extremadamente virtuosa de la política de Pedro Sánchez en la que se permite dos elementos, en primer lugar escenifica un acuerdo con Podemos, lo cual le permite empezar a negociar y se acerca a un gobierno más o menos progresista pero, al mismo tiempo, tiene otra carta para el caso que ese gobierno progresista no salga adelante que es la de presionar al Partido Popular, a la derecha, para que se abstenga y le permita formar gobierno en solitario.

Me refiero a que al fin y al cabo la derecha ha hecho campaña muy fuertemente contra Pedro Sánchez, ha llegado a hablar de que a lo mejor formaría gobierno con el Partido Socialista pero en ningún caso con Pedro Sánchez, y éste, con este movimiento, ha asustado a la patronal, a los sectores económicos detrás de los partidos de derecha y también del Partido Socialista, y con ello ha empujado a que estos sectores empujen al Partido Popular para que en un futuro quizás si fracasa la posibilidad de implementar ese gobierno progresista, permita la implementación de un gobierno del Partido Socialista en solitario pero con una serie de acuerdos programáticos esenciales con la derecha.

Veremos qué es lo que acaba sucediendo finalmente. Va a depender de la cintura política de Izquierda Republicana de Cataluña y de las posibilidades que tenga de llegar a un acuerdo con el Partido Socialista que va a representar en cierta manera posponer algunas de las reivindicaciones esenciales que están planteando sus propias bases en estos momentos en las calles de Cataluña.

M.H.: Esto significa a mi entender, una integración mayor de Unidas Podemos al sistema político institucional español. No sé si coincidís con esta visión y te quiero preguntar por lo que conforma una de las corrientes internas más importantes de Unidas Podemos que es la corriente de Anticapitalistas.

J.L.C.: Es indudable que esto representa una mayor adhesión al sistema por parte de Unidas Podemos, es lo que el propio Pablo Iglesias ha dicho recientemente mandando una carta a Podemos diciéndoles que «vamos a tener que tragar con muchas cosas», vamos a tener que acostumbrarnos a que se hagan políticas que no son las que nosotros quisiéramos.

Como decía antes, en ese acuerdo que se ha firmado entre Unidas Podemos y el Partido Socialista se establece una llave fundamental al establecer que se tienen que cumplir con las medidas impuestas por la UE respecto del déficit público. Eso implica necesariamente un menor gasto público, un aumento de los impuestos que el Partido Socialista no va a permitir que sea adecuadamente progresivo.

Hay que tener presente que otra de las cosas que ha puesto Pedro Sánchez sobre la mesa al establecer el acuerdo, es que la vicepresidencia económica va a estar en manos de Nadia Calviño, que es una persona que se ha pasado la vida trabajando en la Comisión europea y como una auténtica burócrata de Bruselas y que, por lo tanto, es una de las personas que ha supervisado la puesta en marcha de los planes de austeridad aplicados en Europa y que es de plena confianza de todos los lobbies neoliberales de Europa. En ese sentido será la política económica fundamentalmente implementada por ella. Ya ha empezado a decir que algunas cosas que ha dicho Podemos en campaña como, por ejemplo, el hecho de aumentar las indemnizaciones por despido para los trabajadores, es algo que no se va a poder hacer.

Este es uno de los peligros fundamentales de que Podemos entre en este gobierno, que acabe fagocitado por el abrazo de oso del Partido Socialista, que es fuerte, con historia y que se sabe las mil y una triquiñuelas y que pueda acabar digiriendo la supuesta oposición de Podemos y convirtiéndola en una especie de alfeñique al servicio de sus mismos intereses.

El problema respecto a la tendencia Anticapitalista, que es un sector determinado, una línea dentro de Podemos desde sus inicios, de hecho cuando Pablo Iglesias y compañía montan Podemos tienen que pactar con los Anticapitalistas porque son quienes tienen efectivamente una estructura territorial que puede dar fuerza al partido.

Anticapitalistas existía anteriormente como un partido llamado Izquierda Anticapitalista, es una organización post trotskista y mantiene posiciones más a la izquierda que la dirección de Podemos.

En este sentido se han producido críticas de la dirigente de Anticapitalistas, al mismo tiempo dirigente de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, fuertes críticas a la entrada en el gobierno, a este acuerdo pactado con el PSOE. La posición de Anticapitalistas ha sido clara desde un principio, incluso desde las elecciones de abril, se ha planteado la posibilidad de que cumpliendo esa especie de promesa que había hecho toda la izquierda de hacer un gobierno fundamentalmente antifascista frente al avance de Vox, que Podemos votase a la investidura del PSOE, pero sin entrar en el gobierno manteniéndose en la oposición y, por lo tanto, manteniendo las manos libres para poder criticar todas aquellas medidas neoliberales propuestas por la UE que sin dudas va a implementar el PSOE o un gobierno en el que esté el PSOE.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.