Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Los palestinos no pueden casi creer los acontecimientos que se despliegan ante sus ojos. Mohamed Dahlan, miembro del Comité Central de Fatah, que muchos creían iba a ser el próximo presidente palestino debido a su fuerte influencia dentro de Fatah (y al fuerte apoyo internacional y regional con que cuenta), está a punto de salir de la arena política palestina. Hay un impulso claro y persistente por parte del Presidente palestino Mahmud Abbas, que se apoya en los dirigentes del grupo, es decir, en los colegas de Dahlan en el Comité Central, el órgano dirigente más antiguo de Fatah, para condenarle al ostracismo y despojarle no sólo de su papel en el grupo sino también en la vida política palestina.
El campo de Abbas acusa a Dahlan de tres transgresiones: intento de derrocar a la actual Autoridad Palestina (AP), acumulación ilegal de riquezas e incitación directa contra Abbas. La primera acusación se basa en las afirmaciones de las fuerzas de seguridad del gobierno de Ramala en el sentido de que podían disolverse las formaciones militares que Dahlan formó y armó clandestinamente en Cisjordania. En efecto, se han llevado a cabo decenas de arrestos contra oficiales de seguridad al parecer reclutados por Dahlan para preparar el derrocamiento de la AP en cuanto se presentara la oportunidad.
Mientras tanto, las fuerzas de seguridad disolvieron el aparato civil de Dahlan en Cisjordania arrestando a su jefe de gabinete y secretario personal, junto con un grupo de antiguos funcionarios conocidos por su lealtad a Dahlan. Un alto asistente de Dahlan dijo que hay una amplia campaña para despedir a los seguidores de Dahlan, incluido Adham Abu Mudallah, el embajador palestino en Montenegro; Ahmed Hamamsha, director de las organizaciones de base, y Yusef Eisa, director adjunto de las Fuerzas de Seguridad Preventiva (FSP).
Abbas dio incluso órdenes claras de despedir a cualquier miembro de las fuerzas de seguridad que hubiera servido anteriormente en la Franja de Gaza y hubiera huido a Cisjordania para librarse del gobierno de Hamas. Esta decisión se basa en la creencia general de que todas las fuerzas de seguridad que escaparon a Cisjordania son seguidoras de Dahlan y, por tanto, no debería mantenérselas aunque esto pueda significar que tengan que enfrentarse a amenazas a su retorno a Gaza. Si regresan allí, muchos de ellos tendrán que enfrentarse a acusaciones de asesinato durante el inestable período que precedió a la consolidación de Hamas en el poder en la Franja de Gaza.
Abbas fue más allá congelando los salarios de cientos de miembros del personal de seguridad en Gaza que se unieron a las fuerzas de seguridad en 2005. Para complicarle aún más las cosas a Dahlan, personalidades próximas a Abbas están hablando de asesinatos de gentes cercanas al difunto presidente palestino Yaser Arafat durante los años 2004 y 2005, afirmando que Dahlan estuvo detrás de esas muertes. Entre los muertos estaba Musa Arafat, antiguo jefe de la inteligencia militar que era también sobrino de Arafat, asesinado en 2005; Jalil Al-Sobon, asesor del Presidente Arafat; el ex director de la Televisión palestina, Hisham Meqi; y Mohamed Abu Shaaban, abogado y figura destacada de Fatah.
Abbas consiguió también que el Comité Central aprobara una resolución prohibiendo que Dahlan asistiera a sus sesiones hasta que se completara la investigación. Mientras tanto, se le despidió como portavoz del grupo ante los medios, reemplazándole con su antiguo aliado Nabil Abu Rudeina.
Fuentes de Fatah confirmaron que también se está investigando a Dahlan por acusaciones de corrupción a causa de su veloz enriquecimiento y que se está rastreando su gran fortuna en Cisjordania y en el extranjero, por ejemplo, sus inversiones financieras e inmobiliarias en Dubai. Algunos se muestran incluso escépticos de su lealtad hacia Fatah, acusando a Dahlan de pedir a Seif Al-Islam Gaddafi, hijo del presidente libio, que actuara como intermediario con el jefe del politburó de Hamas, Jaled Meshaal, para que los dos pudieran reunirse cuando Meshaal encabezó una delegación de Hamas a la capital libia el pasado mes. Meshaal rechazó de forma inequívoca la invitación.
Abbas ha adoptado todas esas medidas aunque el comité de investigación sólo se ha reunido en una ocasión para interrogar a Dahlan, lo que indica que Abbas está decidido a eliminar cualquier fuente de apoyo con la que pueda contar en la próxima fase. No obstante, para Abbas fue un contratiempo embarazoso el hecho de que dimitieran tres de los cuatro miembros del comité de investigación, a saber, Abu Maher Ghoneim, Sajr Bassisu y Ozman Abu Gharbiya. Sólo continúa Azzam Al-Ahmed. Hay quien dice que las razones de esas dimisiones varían. Ghoneim, que encabezaba el comité, cree que el comité se formó para escuchar y no para investigar, mientras que Bassisu -que es originalmente de Gaza- se opuso a las medidas en contra de los miembros de Fatah de Gaza.
Abbas se movió con rapidez para ampliar la composición de los miembros del comité, a la vez que seguía tomando medidas contra las personas cercanas a Dahlan. Los enemigos de Dahlan dentro de Fatah aprovecharon la oportunidad para arremeter contra él, como hizo su rival Jibril Al-Rayub, quien había servido anteriormente como jefe de las FSP en Cisjordania. Al-Rayub no dejó pasar la oportunidad y la utilizó para incitar contra Dahlan, defendiendo al comité de investigación y haciendo hincapié en que no hay nadie a quien no se pueda poner en cuestión.
Dahlan ha negado todas las acusaciones contra él, postulando que esta campaña responde al intento de algunas personas de crear problemas entre él y Abbas. Tratando de evitar que Abbas y su círculo continúen acosándole, Dahlan dijo que dispone de mucha información que podría revelar e implicar a otros, una advertencia acerca de la información que vincula a Abbas y a su círculo más cercano con graves casos de corrupción.
Con el objetivo de impedir que Dahlan avergüence a la AP en Ramala, y como prueba de que la AP está dando adoptando medidas prácticas contra la corrupción, se reveló que se estaban investigando importantes acusaciones de corrupción contra altos funcionarios de la AP. Rafiq Al-Natsha, jefe de la Agencia Anticorrupción de la AP (AAC), declaró que está remitiendo casos de corrupción a un tribunal especial, que a tal fin se ha constituido hace poco.
Al-Natsha dijo a Al Ahram Weekly que habían encarcelado a varios altos funcionarios por no informar del destino de fondos públicos de los que eran responsables, afirmando que continuarán las investigaciones de altos funcionarios tanto a nivel interno como en el extranjero, y que afectarían también a personas de la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) de dentro y de fuera, así como a antiguos y actuales funcionarios.
Al-Natsha instó a que cualquiera que tenga una queja sobre alguien que «realizó actos corruptos» o que tenga «documentos que prueben que alguien malversó fondos públicos, la presente ante el AAC para que revise los documentos y las quejas, los investigue y lleve ante el tribunal a cualquiera que se haya demostrado que está implicado en actos de corrupción». Añadió que su agencia estaba dando prioridad a casos que no podían retrasarse y que sólo se iban a trasladar al tribunal incidentes con pruebas claras de corrupción. El tribunal, dijo, tiene la última palabra sobre si el acusado es o no culpable.
Al-Natsha continuó diciendo que el comité no tiene aún una valoración de la cantidad de fondos públicos malversados, pero que las acusaciones eran tremendas. También advirtió contra rumores sobre casos de corrupción. «Estamos investigando qué ha sucedido con millones de dólares, pero hasta ahora no podemos determinar si esos fondos se malversaron o no porque aún no hemos completado nuestro trabajo y no hemos llegado a conclusiones», afirmó.
Citó un ejemplo de cientos de propiedades pertenecientes a la AP que se habían registrado a nombre de algunos individuos que han confesado y están de acuerdo en registrar la tierra a nombre de la entidad oficial que la AAC decida. De esta forma, esas tierras volverían a la AP. Al-Natsha añadió que quienes no confiesen sus delitos irán a la cárcel hasta que revelen el destino del dinero que estaba bajo su control, como era el caso de varios funcionarios de un determinado ayuntamiento que estaban en la cárcel porque no pudieron aclarar dónde habían ido a parar dos millones de shekels (650.000 dólares) destinados a su municipio. Permanecerán en prisión, dijo, hasta que confiesen.
El fiscal público en Cisjordania, Ahmed Al-Moghni, confirmó que se habían trasladado a la AAC de Al-Natsha alrededor de 80 casos de corrupción, entre ellos algunos que implicaban a muy altas personalidades, y que algunos ministros del gabinete del gobierno de Salam Fayyad estaban siendo investigados.
Nihad El-Sheijly, escritor y analista político palestino, cree que la vorágine que desborda a Fatah en estos momentos ha desbaratado cualquier posibilidad de que el grupo sobreviva y recupere su capacidad para poder representar a amplios sectores palestinos. El- Sjeijly dijo que el hecho de continuar acosando a Dahlan pondrá fin a cualquier apoyo que Fatah tuviera en la Franja de Gaza, donde era popular entre las filas de Fatah allí. «Los seguidores de Dahlan creen que Abbas está traicionándole vilmente», explicó. «Y que lo que le está pasando acaba con la popularidad del grupo en la Franja de Gaza».
El-Sheijly afirmó que el continuado acoso a Dahlan demuestra que Abbas ya no está interesado en recuperar la Franja de Gaza, porque eso requeriría de una completa cooperación entre las filas y cuadros de Fatah. Esa opción se acabó tras el asunto Dahlan.
El margen de movimiento de Dahlan se ha estrechado significativamente y ahora parece contar con una única opción: abandonar la arena política palestina porque en la zona geográfica en la que se le permitía actuar -Cisjordania- ya no es bienvenido.