Recomiendo:
0

El fin del petróleo

Fuentes: Rebelión

El petróleo se acaba. Nadie en su sano juicio podría afirmar que, al ritmo de consumo energético del mundo de hoy, al denominado oro negro le queden mas de cien años como el centro de la producción de energía global. En la actualidad un sinnúmero de científicos, pensadores sociales, corporaciones petroleras, jefes de Estado, gobiernos, […]

El petróleo se acaba. Nadie en su sano juicio podría afirmar que, al ritmo de consumo energético del mundo de hoy, al denominado oro negro le queden mas de cien años como el centro de la producción de energía global. En la actualidad un sinnúmero de científicos, pensadores sociales, corporaciones petroleras, jefes de Estado, gobiernos, entidades multilaterales, estudian a profundidad el tema del petróleo y, sobretodo, buscan afanosamente una nueva fuente de energía que mueva la economía mundial.

El agotamiento de las reservas petroleras no es el único problema al que se enfrenta la humanidad. El consumo voraz de energía también ha provocado el calentamiento global: las emisiones excesivas de CO2, producto de la quema de combustibles ha aumentado la temperatura a niveles nunca antes vistos, se deshielan los casquetes polares, el nivel del mar ha aumentado 25 cms. en los últimos años, se acrecientan las inundaciones acabando con millares de vidas en el mundo, muchas especies han desaparecido y otras, como las abejas, están rumbo a su extinción. Y ni hablar del famoso hueco en la capa de ozono. Cada día más grande.

¿Nos estamos preparando los seres humanos para el día en que se acabe el petróleo? ¿Estamos conscientes del peligro que corre la especie si continuamos con los niveles de consumo de hoy? ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de las llamadas fuentes alternativas de energía? ¿Hay la posibilidad de una gran crisis petrolera mundial que nos lleve traumaticamente a otras formas de energía y de consumo?

Estas y otras interrogantes son respondidas de manera magistral por Paul Roberts en su libro «*El fin del petróleo»*. En mi mas reciente viaje por México me encontré en una afamada librería de la tierra de Vicente Fernández con este interesantísimo trabajo de investigación, de lectura obligada para todo aquel que quiera comprender como es el mundo de la energía.

Según Roberts de seguir la tendencia del consumo actual *»en 2020, la demanda de petróleo se disparara de los 77 millones de barriles diarios actuales hasta 140 millones (p.18)».* Un dato estremecedor para un mundo en el cual las reservas de petróleo, se estima, estarán agotadas entre 2030 y 2040 según las proyecciones más conservadoras.

Definitivamente la humanidad debe estar considerando cambiar no solo sus modos de consumo, sino también las políticas energéticas de los gobiernos que deben ir hacia sistemas de uso eficiente y moderación en el consumo. No es solo un deber hacerlo: es que no hay alternativas.

Las ultimas tres ocasiones en que la producción del petróleo disminuyo-el embargo petrolero árabe de 1974, la revolución iraní de 1979 y la guerra del golfo Pérsico de 1991-, las subidas de precio del crudo sumieron al mundo en la recesion económica. Imaginemos que pasaría con una crisis de más largo plazo. De seguro que las consecuencias serian espantosas para el mundo.

*»Desde 1995, se consumen 24 mil millones de barriles anuales pero solo se descubren unos 9 mil 600 millones. Las compañías descubren menos del 40% del petróleo necesario para impedir que las reservas conocidas disminuyan. Probablemente quedan por descubrir unos 800,000 millones de barriles, lo que sumado a las reservas demostradas, indicaría que la producción petrolera alcanzara su techo en torno a 2010. (ps. 74 y 75)».* Un dato sencillamente espeluznante.

¿El petróleo llega a su fin y los gobiernos de los países industrializados, mas las grandes corporaciones internacionales no están haciendo nada para evitar el trauma de un mundo sin energía? Claro que no. Se están desarrollando experimentos desde hace varias décadas con otras fuentes alternativas: hidrogeno, gas natural, carbón descarbonizado, energía solar, eólica, entre otras. Pero cada una de ellas, según el estudio de Roberts, tiene grandes inconvenientes que saltar.

El hidrogeno es difícil de atrapar y su rendimiento como combustible aun no supera al petróleo. Para muestra un botón: los vehículos de hidrogeno son mucho mas caros que los vehículos de motor de combustión interna, usados comúnmente por todos nosotros. Además de las dificultades que tiene el hidrogeno para ser aislado y convertido en energía. Ya que este es uno de los elementos que con mayor facilidad se une a otros.

La gran ventaja del hidrogeno es su eficiencia: *»Mientras los coches actuales con motor de combustión interna necesitan unos nueve litros de gasolina (2.5 galones) para recorrer cien kilómetros, un vehiculo que funciona con una pila de combustible recorre esa distancia con 0.8 kilos de hidrogeno (un kilo de hidrogeno equivale a un galón de gasolina aproximadamente), esto es casi el triple de eficiencia (p. 104).» *Ahora bien, la gran desventaja es el alto costo de la tecnología que lo produce: un vehiculo de hidrogeno cuesta alrededor de 60% mas caro que uno de combustión interna.

Cada una de esas fuentes alternativas de energía chocan de frente con problemas de eficiencia, de costo de tecnología, pero la mas fuerte de las dificultades, es el cambio en corto plazo de toda una estructura de producción, distribución y suministro energético que habría que abandonar para pasar a la nueva o nuevas formas de energía. La actual estructura comercial del petróleo esta valorada en diez trillones de dólares, es decir, un diez seguido por dieciocho ceros.

Pero no solo se trata de que los seres humanos en menos de doscientos años nos hayamos tragado el petróleo que tardo millones de años en acumularse. El irracional consumo de energía del mundo nos esta llevando a terminar no solo con el petróleo, sino con cualquier forma de vida en el planeta Tierra, incluyéndonos nosotros mismos.

El calentamiento global se debe fundamentalmente a las altas emisiones de CO2, del cual el 90% procede de la quema de gas, petróleo y, sobretodo, carbón. Dejemos que sea el propio Roberts quien nos explique cual es el mecanismo para la creación del efecto invernadero: *»Cuando el carbono, en forma de CO2, asciende a la atmósfera, altera los mecanismos naturales de enfriamiento de esta. Como un espejo de una sola cara, el CO2 deja que la luz del sol pase a través del aire y caliente la Tierra, pero luego impide que la mayor parte del calor resultante irradie de la Tierra al espacio. Es el infama efecto invernadero. Durante los últimos cien años, ha hecho aumentar las temperaturas medias del globo entre 0,37 y 1,13 grados centígrados (p. 163)». *

Sencillamente la humanidad corre un grave peligro. Según un estudio realizado por British Energy un aumento de la temperatura en 1,5 grados centígrados podría ocasionar pérdidas agrícolas en cultivos, erosión del suelo, desertización e inundaciones cuyas pérdidas estarían calculadas en los doscientos sesenta y cinco mil millones de dólares anuales en todo el mundo.

¿Que hacer? Es la gran pregunta que nos hacemos todos. Sin duda, la tarea de salvar a la humanidad de una gran catástrofe de dimensiones inconmensurables o hasta de su propia desaparición debe comenzar por reducir nuestros hábitos de sobreconsumo energético. El próximo paso le toca a los gobiernos de los grandes consumidores de energía del mundo (Estados Unidos con el 5% de la población mundial consume el 25% de toda la energía), fomentando el uso de tecnologías para la eficiencia energética, tanto en la fabricación de vehículos, bombillas, electrodomésticos como también en la construcción de casas y edificios hechos para consumir menos energía.

Estos dos pasos nos permitirían ganar tiempo para la construcción de un nuevo modelo energético que se apropie de fuentes que no sean dañinas para el ambiente. Además, de la búsqueda de tecnologías que logren darle a esas fuentes el mismo rendimiento energético del petróleo y a su mismo costo económico.

En lo particular pienso que en el futuro la matriz energética mundial deberá necesariamente ser una mezcla de energías a partir de hidrogeno, placas solares y torres eolicas. Mientras llega ese momento es hora de que hagamos consciencia acerca de lo pernicioso que es para la existencia de la especie humana el llamado *The American Way of life.*

Por ser un documento sin desperdicio alguno y por la vasta cantidad de información que nos ayudara a comprender, no solo el mundo de la economía energética, sino el mundo mismo. Recomiendo este magnifico trabajo «El fin del petróleo» de Paul Roberts. Los seres humanos tenemos grandes retos en este siglo: la supervivencia es el más grande de todos.

Ya lo dijo Fidel Castro, hace quince años en la Cumbre de la Tierra:

*»Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.»*

Nuestra especie corre peligro. Es nuestro el reto de evitar su desaparición. Por las futuras generaciones. Por nosotros mismos.