Nueve décadas después un presidente de los EEUU visita Cuba en un viaje que es un paso más hacia la normalización de las relaciones bilaterales entre los dos países. Un proceso que ha puesto fin a la política de acoso y derribo hacia la Revolución cubana llevada a cabo por los EEUU durante los últimos […]
Nueve décadas después un presidente de los EEUU visita Cuba en un viaje que es un paso más hacia la normalización de las relaciones bilaterales entre los dos países. Un proceso que ha puesto fin a la política de acoso y derribo hacia la Revolución cubana llevada a cabo por los EEUU durante los últimos 50 años.
Una visita llena de simbolismo que se produce después del restablecimiento de relaciones diplomáticas y en un contexto en el que el gobierno cubano ha renovado el plan anual de colaboración bilateral con Venezuela pero con un claro debilitamiento de los gobiernos progresistas de América Latina que apoyan a Cuba. Un viaje donde también la delegación de los Estados Unidos ha aprovechado para reunirse con los negociadores del proceso de paz colombiano. Un proceso que como tantos otros el gobierno cubano ha promovido.
La administración Obama ha emprendido un camino que supone una rectificación de la política estadounidense hacia Cuba y el respeto a la soberanía y la independencia de la isla. «El destino de los cubanos no se decidirá por Estados Unidos ni por ninguna otra nación, sino que lo definirán los cubanos y nadie más» . Las palabras de Obama en su discurso en el Gran Teatro de la Habana muestran el cambio de rumbo. En este sentido, Obama quiere promover en la isla un sector empresarial interno a través de los conocidos como «cuentapropistas» que para el gobierno de los EEUU podría significar la semilla del «cambio» y que para el gobierno cubano vendría a ser el embrión de un nuevo modelo sostenible y próspero de socialismo. Vamos a ver si la nueva «amistad» de Washington no acaba siendo más peligrosa para la Habana que la vieja política de confrontación.
Cuba está en un momento clave, donde tiene que encontrar la fórmula para mantener los logros de la Revolución (como educación y salud que han colocado a la grande de las Antillas como uno de los países con un elevado Índice de Desarrollo Humano) y superar las deficiencias económicas del sistema para avanzar hacia la resolución de los problemas cotidianos de los cubanos.
En su visita, Obama ha hecho un llamamiento al respeto de las libertades democráticas y la apertura de Cuba, mientras que el presidente Castro ha establecido la eliminación del bloqueo económico y el desmantelamiento de la base militar de Guantánamo (centro de torturas y prisión ilegal) como las máximas exigencias para normalizar las relaciones, sin olvidar poner fin a la financiación de la disidencia.
¿Transformación del modelo socio-económico de la isla o profundización y mejora del socialismo cubano? Los cambios llegan y el futuro de Cuba se está escribiendo.
Blog del autor: jgellida.blogspot.com
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