La infernal operación que el régimen sionista ejecuta contra Gaza desde hace dos semanas ya se ha cobrado más de 10.000 vidas y un número pavoroso de heridos, de los que seguramente un número ínfimo puedan ser fedayines. Pero sin lugar a dudas la inmensa mayoría de las víctimas son civiles, esencialmente niños que se calcula en unos 3.000, además de ancianos, mujeres y muchas personas sorprendidas en hospitales y escuelas utilizadas como refugios, debidamente señalizados, con la peregrina idea de que la bestialidad criminal de Benjamín Netanyahu respetaría esas nimiedades.
Lo fuimos aprendiendo a lo largo de los 75 cinco años de la ocupación sionista, todo lo que Israel ataca, destruye y mata, son refugios de terroristas, arsenales, terroristas o algo por el estilo.
Esto ya no puede sorprender a nadie, sabemos que desde el comienzo de la ocupación en 1947 el sionismo se ha trazado un objetivo claro y preciso, exterminar toda presencia palestina en los territorios que, por arbitrio divino y británico, dice que le corresponden. Pero en esta oportunidad lo que sorprende es la anuencia de los gobiernos occidentales, el silencio de Rusia y China, la tímida reacción de los gobiernos árabes y musulmanes y el patetismo de las Naciones Unidas, que parecen estar buscando en un mapa la ubicación de Gaza.
Por este amontonamiento de excusas, intereses y cobardías estamos viendo lo que vemos, la ejecución de un ejercicio de limpieza étnica sin precedentes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial con la excusa de la Operación Inundación de Al-Aqsa de Hamás del 7 de octubre como gran pretexto. Una operación que con el transcurso de las semanas parece que fue alentada por la inteligencia sionista. (Ver La operación de Hamás y un error de cálculo).
Se han filtrado documentos del Ministerio de Inteligencia israelí publicados por la revista hebrea Mekovit sobre un plan para expulsar a toda la población de Gaza a la península de Sinaí (Egipto). Si bien esta información no ha podido ser confirmada, todas las acciones del Gobierno de Netanyahu han apuntado a confirmarlo sobre el terreno.
Más allá del bloqueo informativo, los confusos artículos de la prensa internacional que ya no saben, al menos cómo disimular el genocidio en curso, Israel mantiene a los dos 2,3 millones de gazetíes sin suministro eléctrico (hospitales incluidos), sin agua (hospitales incluidos), sin combustibles (hospitales incluidos), sin comunicaciones impidiendo cualquier contacto directo desde Gaza con el resto del mundo y permitiendo a cuenta gotas la insuficiente ayuda humanitaria (hospitales incluidos). Mientras, diferentes ONG, denuncian haber perdido la comunicación con sus contactos en el interior de Gaza.
Una vez conseguido oscurecer toda la información desde Gaza, Tel Aviv ha puesto en marcha, muy tímidamente, la tan demorada operación terrestre, ya seguro de que sus crímenes de guerra no van a ser expuestos a nivel mundial. De todas maneras las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) han tomado la precaución de asesinar, como poco, a 17 periodistas en Gaza y dos en el sur del Líbano localizados a través de sus teléfonos móviles. Un increíble récord histórico de muertes de corresponsales de guerra a tan pocos días de iniciada. Y con los que todavía no ha ejecutado se venga asesinando a sus familias, como es el caso del periodista Wael Dahdouh, del canal catarí al-Jazeera, de quien asesinaron a su esposa, a sus dos hijos y a un nieto en un mismo y certero ataque aéreo. La familia de Dahdouh se había trasladado al sur de Gaza, tal como, ordenan las FDI y así todo fueron localizados y exterminados.
Tras estos sucesos las FDI han informado de que no podrán asegurar la integridad de los periodistas que continúen en Gaza, una amenaza encubierta para todos los que informen desde los lugares de operaciones.
Desde el domingo 29 la avanzada terrestre del ejército sionista está experimentado una fuerte resistencia por parte de las Brigadas Qassam de Hamás, que han lanzado un ataque sorpresivo en al-Amiriyya, al noroeste de Beit Lahia, donde trasportes de las FDI han sido atacados con fuego de mortero y los francotiradores retrasan el avance de las tropas judías. Dichas acciones fueron confirmadas por los propios invasores, que han informado de que dos de sus hombres resultaron heridos. No hay información respecto a bajas fatales, ya que como siempre este tipo de informaciones es fuertemente censurado por diversos motivos, fundamentalmente para no generar más rechazo dentro interior de Israel y producir más desazón entre los soldados judíos, que en esta nueva operación se han mostrado extremadamente reacios a obedecer órdenes, por lo que si bien las FDI refieren en sus partes “fuertes pérdidas” la semana pasada, cuando intentaban ingresar a la Franja de Gaza, no aclaran exactamente qué tipo de pérdidas. Además, la profundización del compromiso judío en Gaza va a terminar por obligar muchos países de la región a lanzarse definitivamente a una guerra contra el régimen filonazi de Netanyahu.
El factor oportunidad
Mientras todos los gobiernos de la región están evaluando la posibilidad de que el demencial Gobierno sionista termine arrastrando a toda la región a una guerra, Estados Unidos juega con la posibilidad de que en el arrastre de este conflicto pueda involucran a Irán y eso le desate las manos para establecer una guerra abierta contra Teherán. Un elemento que los asesores del presidente Joe Biden podrían jugar para la próxima carrera electoral que el vapuleado geronte tendrá que librar muy seguramente, si no consiguen sacarlo de la carrera antes, con su antecesor Donald Trump.
A esto apuntó la orden del pasado 26 de octubre de atacar dos depósitos de armas y municiones en el este de Siria que según se dijo pertenecían al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, en el este de Siria.
Según los funcionarios de defensa norteamericanos, la tournée de los aviones F-16, norteamericanos en cielos sirios fue en “castigo” de una serie de ataques contra bases estadounidenses en la región, con lo que Biden espera convencer a los ayatollahs para que terminen con ese tipo de acciones antes de que el conflicto tenga una escalada donde ya nadie pueda echarse atrás. Aunque es poco creíble la voluntad de Washington de pretender poner trapos fríos a la situación, sino todo lo contrario, intentando con este tipo de acciones, a las que se suma el genocidio en marcha de Gaza, obligar a una clara respuesta iraní a tanta provocación.
Según Washington, en las semanas transcurridas desde el ataque de Hamás del pasado día 7, las milicias iraquíes respaldadas por Irán han lanzado una veintena de ataques con drones balísticos contra las bases estadounidenses de al-Assad (Irak) y las de la guarnición de al-Tanf, hiriendo a dos decenas de soldados norteamericanos. Y la última semana también se conoció que un barco de la marina norteamericana estacionada en el Mar Rojo interceptó un cohete de largo alcance dirigido hacia Israel, desde Yemen, por combatientes apoyados presumiblemente por Irán.
Es en este contexto que la República Islámica todavía no ha reaccionado, más allá de lo discursivo, para impedir que continúe la masacre en Gaza.
Mientras, todas las unidades estadounidenses destacadas en Medio Oriente se encuentran en alerta máxima, lo que incluye el poderoso grupo de portaaviones USS Gerald Ford en el Mediterráneo oriental. Además otro grupo de portaaviones, el USS Dwight D. Eisenhower, se encuentra rumbo al Mediterráneo, con la alternativa de ser trasladado al Golfo Pérsico para estacionarlo frente a la costa de Irán. A estas fuerzas se hay que sumar las escuadrillas de la base aérea de Incirlik, en el sur de Turquía, a la que ya ha añadido aviones de combate adicionales, y el Bataan Amphibious Ready Group, formado por tres barcos y con 1.000 infantes de marina, listo para desembarcar. Sin olvidar las tropas estadounidenses estacionadas en la base aérea de al-Assad y la guarnición de al-Tanf, ilegalmente en Siria, que se mantienen allí con la excusa de limitar el accionar del Dáesh.
Semejante despliegue norteamericano, más allá de que intente dar cobertura al genocidio que perpetra el sionismo no sólo en Gaza, sino también en Cisjordania donde los asesinatos de sus pobladores están a la orden del día, no ha pasado desapercibido para Rusia, aliado fundamental de Irán y que, aunque parezca distraído en Ucrania, no está tan distraído, como para que se le pase por alto la banalidad del mal.
Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.
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