Mosul, situada a 465 km al noroeste de Bagdad, en la orilla occidental del río Tigris, es la principal ciudad de la provincia de Nínive. Se encuentra justo enfrente de la antigua ciudad de Nínive y de la Tumba de Jonás, también conocida como Mezquita de Al-Nabi Yunus.
Estratégicamente situada, Mosul ha conectado a lo largo de la historia China, el Mediterráneo, Anatolia y Mesopotamia como centro crucial para el comercio y el aprendizaje. Su nombre árabe, que significa «punto de enlace», refleja esta conectividad.
En el siglo VI, Mosul se había convertido en un importante centro de la Iglesia Asiria de Oriente y, tras la caída de Nínive en el 612 a.C., la ciudad adquirió importancia bajo diversos imperios, como el medo, el aqueménida, el seléucida, el sasánida y el califato de Rashidun.
Al igual que otras ciudades de Iraq, Mosul sufrió enormemente tras la invasión estadounidense de 2003 y su posterior caos político, que provocó un aumento de las divisiones sectarias y de la inestabilidad.
Este debilitamiento del país permitió al Estado Islámico (EI) apoderarse rápidamente de Mosul el 10 de junio de 2014, y Abu Bakr al-Baghdadi no tardó en hacer su primera aparición pública en la emblemática Gran Mezquita de Al-Nuri de la ciudad y declarar un califato que gobernaba un «Estado Islámico».
Los tres años siguientes estuvieron marcados por la devastación, siendo las minorías las más afectadas, que aún sufren las cicatrices del dominio del EI.
The New Arab (TNA) reflexiona sobre el legado del EI en Mosul, centrándose en su derrota en 2017 y la posterior liberación de la ciudad el 21 de julio de ese año, que provocó una destrucción a gran escala.
TNA escucha a quienes experimentaron el sufrimiento de la ciudad de primera mano, ya sea documentando las atrocidades, escapando de ellas o participando en sus esfuerzos de reconstrucción tras la liberación.
La recuperación de Mosul tras la liberación
Tras la liberación, Mosul apareció destacado en la prensa por sus amplios esfuerzos de recuperación. En febrero de 2018, la UNESCO lanzó la iniciativa emblemática Revive the Spirit of Mosul para apoyar la recuperación de la ciudad.
Mosul perdió gran parte de su historia y patrimonio, incluida la icónica mezquita de Al-Nuri y el minarete de Al-Hadba, docenas de mezquitas y santuarios, sitios históricos y el Museo de Mosul.
A pesar de la devastación, la vida comenzó a regresar a Mosul inmediatamente después de la liberación de la ciudad. Los residentes, especialmente aquellos cuyas casas no sufrieron daños o solo sufrieron daños parciales, empezaron a mudarse de vuelta enseguida.
Las iniciativas de voluntarios desempeñaron un papel crucial, empezando por campañas de retirada de escombros, limpieza, reparaciones y distribución de alimentos y ayuda médica.
Una iniciativa notable fue la Revolución de los Carros Tirados por Asnos, una campaña de desescombro en el casco antiguo de la ciudad cofundada por Ayub Zanun, embajador de la iniciativa Revive The Spirit Of Mosul y fundador y director general de Mosul Heritage Foundation, junto con un grupo de jóvenes voluntarios.
A lo largo de tres meses, Ayub y su equipo retiraron 21.000 metros cúbicos de escombros, con el apoyo financiero de la población de Mosul.
Otros esfuerzos de reconstrucción incluyeron la colaboración con organizaciones internacionales para ampliar las actividades de la UNESCO, incluida la organización del primer festival del patrimonio en el Salón Real del Museo de Mosul.
El éxito del evento llevó a la creación de la Fundación del Patrimonio de Mosul en una casa patrimonial cercana al río Tigris y a la ciudadela de Mosul.
La casa se convirtió en centro cultural y museo con objetos donados por familias de Mosul. También alberga el primer museo virtual del patrimonio, creado en colaboración con QAF Lab.
Actualmente, la nueva financiación de la Unión Europea (UE) está destinada a la restauración de dos sitios: Al-Baroud Khana y Hammam Al-Qalaa, así como un proyecto de capacitación, con una duración prevista de dos años.
Además, la UE, con el apoyo de los EAU, financia la reconstrucción completa de la mezquita de Al-Nuri y la iglesia de Al-Tahera.
Cuestionar las acciones del otro bando
Tras la liberación de Mosul, la prensa se centró no sólo en la recuperación de la ciudad, sino también en el nivel de fuerza empleado tanto por el IS como por las fuerzas que liberaron la ciudad.
Aunque la caída de Mosul marcó el fin del control del EI en Iraq, se cuestionó la actuación de las Fuerzas de Seguridad Iraquíes (FSI) y de la coalición liderada por Estados Unidos (CJTF-OIR), que operaron bajo el concepto «a través, con y por».
Rasha Al Aqidi, analista nacido en Mosul que imparte clases en el Instituto del Servicio Exterior, declaró a TNA que una de las principales preocupaciones era la participación de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) en la operación, debido a los abusos documentados de éstas en Faluya y Salahuddin.
También preocupaba la intensidad de los ataques aéreos llevados a cabo por la coalición. El EI causó importantes destrozos con incendios, artefactos explosivos improvisados transportados en vehículos (VBIED, por sus siglas en inglés) y otros explosivos, combatiendo desde el interior de zonas civiles, lo que provocó la destrucción de edificios por parte de las fuerzas iraquíes que intentaban expulsar al grupo.
Este enfoque no sólo causó daños generalizados, sino que también provocó un mayor número de bajas entre las Fuerzas de Seguridad Iraquíes (FSI), que tuvieron que desalojar los edificios habitación por habitación.
Además, las fuerzas iraquíes, en particular la Policía Federal Iraquí y la División de Respuesta de Emergencia (DRE), utilizaron fuego indiscriminado, lo que provocó graves daños.
El Departamento de Defensa informó de que 306 civiles murieron inadvertidamente en ataques de la coalición durante la operación de Mosul en 2017. Sin embargo, grupos independientes estiman que el número real de víctimas civiles podría ser hasta cinco veces mayor.
Omar Mohammed, ampliamente conocido como Mosul Eye, documentó las atrocidades del EI y las expuso al mundo. Con gran riesgo personal, recorrió las calles de Mosul, presenciando y grabando los acontecimientos de primera mano.
Mohammed habló con TNA sobre el nivel de fuerza utilizado por las fuerzas iraquíes y compartió información de una entrevista que mantuvo con el ex primer ministro Haidar Al Abadi el 16 de febrero de 2021.
Mohammed reveló que Abadi mencionó que algunos políticos y parlamentarios habían abogado por bombardear zonas civiles sospechosas de apoyar al EI.
Al reflexionar sobre el nivel de fuerza utilizado, Mohammed destacó que, aunque la liberación de Mosul era necesaria, la batalla implicó una violencia excesiva tanto contra el EI como contra los civiles.
Hizo hincapié en que, aunque los altos mandos no tuvieran intención de dañar a los civiles, las fuerzas operativas a menudo carecían del cuidado necesario para proteger a los no combatientes.
Mohammed también señaló que se podría haber evitado bombardear muchas zonas, así como numerosas víctimas civiles.
¿Está Mosul perdiendo protagonismo en la política iraquí actual?
La mayoría de los entrevistados por TNA coinciden en que Mosul carece actualmente del apoyo necesario para poder recuperarse plenamente.
«El gobierno central no ha hecho lo suficiente por Mosul. Nunca se han abordado realmente las inmensas pérdidas de la ciudad. No sólo la agonía infligida por el EI, sino también la desacertada campaña militar para liberar la ciudad, que dejó casi la mitad de ella completamente destruida», afirmó Al Aqidi.
Ayub Zanun comparte este escepticismo y duda del compromiso del gobierno iraquí con Mosul. Señala que la actual inestabilidad política y económica obstaculiza los esfuerzos de reconstrucción.
«La inestabilidad política, uno de los principales factores de la anterior caída de Mosul, sigue planteando riesgos. Desde el punto de vista económico, muchas personas siguen desempleadas y hay retrasos significativos en la indemnización de los afectados por la guerra y el terrorismo. La corrupción en las instituciones políticas, administrativas y financieras complica aún más la recuperación. Aunque hay esperanza y ambición, persiste la incertidumbre sobre el futuro», comentó Zanun.
Omar Mohammed afirma que Mosul no es una prioridad actual para los políticos iraquíes, y subraya la insuficiente implicación del gobierno en la reconstrucción de la ciudad. Cree que es esencial actuar con rapidez para restaurar los valores fundamentales y la importancia histórica de Mosul.
También expresó su preocupación por el renovado temor entre los residentes de Mosul debido al control ejercido por las milicias respaldadas por Irán, que según él contribuyen a la inestabilidad.
«Para que la recuperación sea significativa, el gobierno iraquí debe establecer un entorno seguro, libre de la influencia de las milicias, que garantice la seguridad y la estabilidad de los habitantes de Mosul», señaló Mohammed.
Seguir avanzando: ¿Un futuro en positivo?
Ante la falta de apoyo del gobierno iraquí, el futuro de Mosul sigue siendo incierto.
Además de los esfuerzos de la comunidad internacional, Al Aqidi señaló que gran parte de la reconstrucción ha sido autofinanciada mediante contribuciones de las familias nobles de Mosul, lo que crea algunas esperanzas para el futuro de la ciudad.
«Lo considero positivo porque ha reforzado la identidad y la cultura de la ciudad», afirma.
Mohammed, sin embargo, tiene una opinión diferente. «Creo que Mosul no es más que un centro urbano que probablemente ha perdido por completo su valor histórico y su lugar en la historia», afirma.
«Aunque puede convertirse en un asentamiento humano donde la gente pueda vivir y continuar su vida, no soy optimista en cuanto a que Mosul pueda volver a ser un centro de cultura y producción intelectual», añadió.
«La ciudad vive sumida en un profundo trauma».
Texto original The New Arab, traducido del inglés por Sinfo Fernández.
The New Arab o Al-Araby Al-Yadid (árabe: العربي الجديد) es un medio de comunicación panárabe con sede en Londres, propiedad de la empresa qatarí Fadaat Media a cuyo frente está el Dr. Azmi Bishara, cristiano palestino afincado en Doha y exmiembro del Parlamento israelí (Knesset). En marzo de 2014 lanzó un sitio web en árabe y en septiembre de ese mismo año, un diario en árabe. La versión inglesa de su sitio web es The New Arab.