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El papel de EE.UU. como «facilitador» de Israel

Fuentes: Al-Jazeera

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens y revisado por Caty R.

Los «papeles palestinos» ofrecen al mundo una mirada sin precedentes al proceso de paz palestino-israelí, pero también suministran una visión que había pasado desapercibida de cómo ven los altos responsables estadounidense su papel como negociadores que, como muestran los papeles, parece significar que nunca adoptan una posición a la cual pueda objetar un gobierno israelí. La serie de seis documentos que suministra un elemento crucial para comprender los debates que hicieron furor sobre los asentamientos israelíes muestra hasta qué punto EE.UU. está dispuesto a asentir a las demandas israelíes -y cuán dispuesto está a presionar a la dirigencia de la Autoridad Palestina a avanzar en las negociaciones a pesar del desdén de Israel por los acuerdos internacionales, incluida la congelación de toda actividad en los asentamientos.

Un memorando sobre una reunión de febrero de 2009 (objeto de la Primera Parte de esta serie), marcó las pautas para lo que seguiría, al profundizarse la silenciosa diferencia en la percepción de las intenciones israelíes entre George Mitchell y su equipo y el negociador palestino Saeb Erekat. El desacuerdo se convertirá en el equivalente a una pendencia diplomática, un debate divisivo entre George Mitchell y su equipo por una parte y Saeb Erekat y la Autoridad Palestina por la otra. El debate sobre los asentamientos y la renuencia de Israel a cumplir con sus obligaciones internacionales prepara el terreno para el actual impasse en las negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina.

Un segundo memorando crucial en los papeles palestinos da cuenta de una reunión del 24 de septiembre de 2009 entre Erekat y el miembro del equipo de Mitchell, David Hale, en las Naciones Unidas. La reunión viene después del primer discurso del presidente Obama ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que comprometió a EE.UU. a resolver el conflicto israelí-palestino. Se preparó la escena para una confrontación entre los dos cuando Erekat cuestiona a Hale con respecto al anuncio de una nueva expansión de asentamientos en Cisjordania por el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Erekat está enojado -Hale trata de cambiar de tema-. Erekat pregunta a Hale si Mitchell se ha enfrentado al ministro de Defensa israelí Ehud Barak con respecto al tema de los asentamientos. «¿Le preguntó sobre los nuevos asentamientos que anunció?» Hale: «No lo sé. Se reunieron solos. Nuestra intención es actuar rápidamente para relanzar las negociaciones.»

Ereket no queda satisfecho y sospecha que una moratoria negociada por EE.UU. sobre la construcción de asentamientos no incluye Jerusalén. «Desde el comienzo fuimos claros y no ocultamos nuestra posición», dice. «Si Jerusalén no forma parte de la moratoria es un fracaso. ¿Sabe lo que destruyó Camp David? Fue Jerusalén. EE.UU. subestimó la importancia de Jerusalén. Sus colegas lo hicieron y condujo al colapso… Para mí, Jerusalén es lo mismo que Cisjordania. Nadie, incluyendo su gobierno, dice que no es territorio ocupado. De modo que al permitir que ellos [los israelíes] hagan que esto tenga lugar nosotros lo estaremos aceptando. No podemos permitirlo.» Hale lo menosprecia: «Nuestra reacción», dice según las actas escritas por actuarios palestinos, «es que obviamente no es ninguna sorpresa que usted no esté contento si el paquete de acuerdo contiene imperfecciones (en este caso Jerusalén), pero si quiere un paquete perfecto de acuerdo no lo conseguirá».

Es obvio en las actas que la posición de Hale choca a Erekat. Le parece que se está abandonando la posición de EE.UU. que requiere el cese de los asentamientos israelíes. «Volvamos a la Hoja de Ruta», ruega Erekat. «Es lenguaje estadounidense. Usted sabe lo que estaba escribiendo. Lo que tenemos es limpieza étnica en Jerusalén…» La Hoja de Ruta, lanzada por el presidente Bush y apoyada por el Cuarteto, declara que «Al principio de la Primera Fase», Israel debe congelar «toda actividad en los asentamientos (incluyendo el crecimiento natural de los asentamientos)

En este punto crucial Hale parece descartar los requerimientos de la Hoja de Ruta: «Usted está considerando las palabras, no las cifras», dice Hale. La afirmación de Hale es chocante. Para él, y aparentemente para EE.UU., los requerimientos de la Hoja de  Ruta sólo son «palabras». Para Erekat constituyen un marco internacional sagrado que en su primera fase requiere que los palestinos abandonen la violencia a cambio del cese de la expansión de los asentamientos. La Autoridad Palestina ha cumplido su promesa. Ahora, dicen a Erekat que EE.UU. no tiene la menor intención de presionar a Israel para que haga lo mismo. Hale está mortificado: «Tal vez podamos ayudar si podemos conseguir que ellos no emprendan medidas provocadora», dice. Erekat apenas puede creer lo que está oyendo, y estalla.

«¡Conocéis a Bibi [Netanyahu]! He oído esto antes y ya estuvimos allí. Simplemente no puedo entrar en un proceso que va a fracasar. Estoy tratando de defender mi existencia y mi modo de vida. Sabéis que pedí varias veces una reunión con los israelíes y se negaron…» Hale presiona a Erekat,  «Así que preferiría aprobar que construyeran más…» Erekat, ya furioso se enfurece aún más. «Ellos son el poder ocupante. Pueden hacer todo lo que quieran. Yo no estoy de acuerdo con nada…» y sigue explicando que «Cuando BO [Barack Obama] dice ante todo el mundo que los asentamientos son ilegales, Israel continúa, a pesar de todo y a pesar de todo el derecho internacional… ¿Por qué entonces adoptasteis la posición de que tiene que haber una congelación, incluyendo el crecimiento natural? ¿Y por qué cambiasteis posteriormente vuestra posición? ¿Por qué todo ha cambiado ahora a ‘restricción’?»

Después de una reunión con el dirigente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y Netanyahu en Nueva York sólo dos días antes de la conversación entre Erekat y Hale, Obama había llamado públicamente a Israel sólo a «restringir» la construcción de asentamientos, una formulación que los palestinos interpretaron como una concesión a Israel después de meses de esfuerzos fracasados de Mitchell de conseguir un acuerdo israelí para una congelación. Erekat escuchó atentamente el discurso de Obama y notó el cambio: ¿por qué «restricción»?

La pregunta de Erekat podrá haber sido retórica, porque sabía precisamente por qué los estadounidenses habían abandonado su posición sobre una moratoria total de los asentamientos. EE.UU. no sólo no pudo obtener un acuerdo israelí, sino había dejado de intentar obtenerlo.

Cuando George Mitchell entra a la reunión se da por enterado de la posición de Erekat, pero sigue inflexible: EE.UU. quiere que las negociaciones comiencen a pesar de la falta de una moratoria total de los asentamientos. Presiona a Erekat. «Quiero llevar la discusión a una conclusión. Esto no puede continuar indefinidamente. El presidente está fuertemente comprometido con el apoyo a AM [Abu Mazen] y su gobierno… Perseveraremos al respecto. Habrá reveses. Espero que se unirá a nosotros tomando pasos.» Erekat no se da por convencido. «Cuando presentasteis la Hoja de Ruta sabíais lo que estabais haciendo. Dijisteis ‘congelación de los asentamientos incluyendo el crecimiento natural’. La lógica era que Israel lo hiciera, y que los palestinos se pusieran las pilas… De modo que estamos haciendo nuestra parte… Quisiera ser claro: En Camp David, dije a su negociador, Dennis Ross, «usted menguó y socavó personalmente la importancia de Jerusalén. Eso llevó al colapso de las negociaciones.'»

George Mitchell parece exasperado por esto, y sermonea a Erekat. «Proclamad victoria de vez en cuando», dice, «en lugar de reaccionar ante Netanyahu todo el tiempo. Fijad vuestros objetivos de manera positiva, no reaccionéis todo el tiempo». La reunión termina en este tono, pero desde el punto de vista de la Autoridad Palestina, el mensaje de Mitchell es más que decepcionante. Y es obvio según las actas de la reunión que no sólo EE.UU. había renunciado una vez más a presionar a Israel, sino que había seguido subestimando la importancia fundamental de Jerusalén para el pueblo palestino. Los palestinos, arguye George Mitchell, deberían «proclamar victoria», pero para Saeb Erekat y su equipo de negociación, el mensaje de Mitchell significa que EE.UU. desconoce las realidades palestinas, porque es imposible proclamar victoria si se les arrebata su país mientras EE.UU. actúa como «facilitador».

Mark Perry es periodista y autor que vive en Arlington, Virginia. Es autor de ocho libros, incluido el recientemente publicado Talking To Terrorists. Es colaborador regular de Asia Times y Foreign Policy y un frecuente comentarista invitado en Al Jazeera.

Fuente: http://english.aljazeera.net/palestinepapers/2011/01/201112614122782761.html