Primero que todo me gustaría agradecer a la Asociación Hermanos Saínz por habernos invitado, por habernos tenido en cuenta en este espacio con motivo de homenajear, desde la actualidad, un aniversario más del asesinato del Che Guevara en Bolivia y de los combatientes que cayeron con él 46 años atrás. Realmente tengo que confesarles que […]
Primero que todo me gustaría agradecer a la Asociación Hermanos Saínz por habernos invitado, por habernos tenido en cuenta en este espacio con motivo de homenajear, desde la actualidad, un aniversario más del asesinato del Che Guevara en Bolivia y de los combatientes que cayeron con él 46 años atrás.
Realmente tengo que confesarles que hace unos días cuando me comentaron la posibilidad de estar aquí con ustedes el primer sentimiento, la primera sensación tuvo que ver con el reto y con la responsabilidad que implica compartir la mesa y el tema con Fernando, con María, personas que han dedicado una buena parte de sus vidas a estudiar, profundizar, sistematizar y divulgar el pensamiento y la obra de Ernesto Guevara. Y también con jóvenes investigadores como Elier que sin dudas hacen un aporte importante a la historiografía en nuestro país y que con sus prácticas enriquecen el escenario de las ciencias sociales contemporáneo.
En ese sentido yo traje más bien ideas en forma de viñetas, de puntos, y dentro de ellas una experiencia en desarrollo que realiza el Centro de Estudios Che Guevara y que me parece interesante compartir porque creo se ajusta perfectamente a la convocatoria del espacio.
Lo primero que me interesa resaltar es que cuando se habla del Che Guevara, cuando se convoca, se crea un espacio de debate, de discusión, de diálogo como este no importa donde estés, uno suele encontrarse personas de diferentes edades, sexos, de diversas profesiones, de procedencias varias. No importa si son muchas o pocas, sino sobre todo la gran diversidad y la heterogeneidad que el Che en sí mismo convoca, y que a mi modo de ver habla de la gran significación, de la vigencia, de la pertinencia y de la necesidad que tenemos de incorporar su legado revolucionario en nuestras prácticas cotidianas, en nuestros escenarios laborales, profesionales, comunitarios.
Y es que si bien estamos familiarizados con la imagen del Che Guevara, usualmente a través de esa foto de Korda que recorre el mundo, estamos de alguna manera acostumbrados a verlo en camisetas, pullovers, manillas, collares y hasta en tatuajes, la comercialización de su imagen trae sin embargo un saldo cuestionable que tiene que ver a mi juicio con el sentido personal que se le otorga a ese Che símbolo más allá de ese rostro lindo, universal que sin dudas también tiene.
Para mí esto se hizo muy evidente cuando comencé a trabajar en la tesis de licenciatura. Recuerdo la primera vez que me acerqué al Centro, que me vinculé al Centro Che. Llegué, como muchas personas llegan en la actualidad, buscando que dijo, que escribió, que pensó el Che sobre diversos temas. En mi caso estaba buscando información sobre lo que había planteado el Che acerca del valor de la responsabilidad ante el trabajo, y si ello tenía algún tipo de vínculo, de conexión con la manera en la cual un grupo de jóvenes maestros, de maestros emergentes de diferentes escuelas primarias de la capital visualizaban su sentido de la responsabilidad como docentes.
Más allá de que el ejercicio académico terminara felizmente, hubo sin embargo allí otro aprendizaje. Descubrir cuán poco se conoce al Che Guevara, cuántas lagunas se tienen en torno a pensamiento y acción revolucionaria, y al mismo tiempo, cuánta falta nos hace retomar lo más genuino de sus ideas y hacerlo desde la temprana infancia.
Los cubanos y las cubanas vivimos muy de cerca este fenómeno desde niños, desde que nos insertamos por primera vez en el ámbito escolar y comenzamos a repetir el famoso lema de nuestros pioneros que nos convoca a ser como el Che sin saber realmente quien fue el Che Guevara. De ello se desprende precisamente la necesidad de abordar de forma integral su vida y obra, sobretodo en el espacio escolar.
Si uno acusa la mirada en los modos a partir de los cuales se trabaja la figura del Che puede percatarse como su vida se aborda más desde lo anecdótico, es decir, se utiliza la anécdota como herramienta metodológica por excelencia; en ocasiones se segmenta su trayectoria revolucionaria, se acentúa por ejemplo su etapa como guerrillero en Cuba, se desconoce, se trabaja poco o es menos familiar sus experiencias internacionalistas en el Congo, en Bolivia, así como el estudio de otras facetas de su historia.
Sobre la base de estas consideraciones y sin pretender cubrir todas estas necesidades sino más bien aportar un granito de arena, el Centro de Estudios Che Guevara despliega un grupo de acciones que se extienden al ámbito comunitario y que tienen por objetivo sensibilizar, promover de forma integral el estudio de momentos importantes de la historia de vida de Ernesto.
Parte de un programa educativo pensado con y para niños (as) de edad escolar que integra el estudio de momentos esenciales de la vida y del pensamiento del Che con algunas manifestaciones de la cultura vinculadas a gustos o aficiones que desde joven el propio Ernesto cultivó. Es un proyecto o rientado hacia la formación de hombres y mujeres nuevos en su acepción más amplia , que p ondera la educación en valores desde una propuesta de intervención participativa y comunitaria .
En ese sentido se propone construir saberes asociados a la presencia, actualidad y vigencia del Che en la vida cotidiana de los niños y las niñas que se insertan en la experiencia. De esta forma i ncide en la formación moral a través de la gestión de un proyecto educativo sociocultural.
Hay que decir que el proyecto se desarrolla en estrecha colaboración con la Escuela Primaria «Combatientes de Bolivia». Cercana a nuestra institución, acoge a estudiantes de diversas procedencias, que pertenecen a la Circunscripción N o. 51 del Consejo Popular Plaza de la Revolución. Sus aulas integran alumnos de barrios y comunidades en situación de desventaja social como es el caso de La Timba y La Dionisia, y otros que viven en lugares cercanos, más beneficiados e incluidos socialmente.
Las actividades educativas tienen el objetivo de fortalecer el proceso de formación de valores a través de su expresión práctica y cotidiana. El contenido de cada taller se vincula a temáticas de la vida y aspectos de la obra del joven Ernesto por excelencia. El diseño de los espacios privilegia el trabajo grupal dadas las potencialidades que ofrece para la expresión y desarrollo de la creatividad infantil.
El proceso de creación que se potencia tiene lugar, entre otros en relación con la Fotografía, temática que se sustenta en la obra fotográfica desarrollada por el propio Che, y que refleja su interés por ese oficio desde sus años de juventud. Son conocidos sus trabajos fotográficos a su paso por Latinoamérica, particularmente los que realizara junto a su amigo Julio Roberto Cáceres, «el Patojo», y los que con posterioridad a enero del 59, desarrollara consustancial a sus responsabilidades como dirigente.
Las artes plásticas constituyen un espacio importante en el proyecto. Se destaca el curso de dibujo que tomara Ernesto por correspondencia en la Academia Oliva de Buenos Aires en Argentina, y el interés que muy pronto despertaran en él las culturas precolombinas en sus viajes por la Mayúscula América. Estos elementos complementan los motivos por los que se introduce a los estudiantes en el mundo de la Pintura y la Cerámica.
Son ambos también un pretexto para homenajear la estrecha relación de amistad desarrollada entre el comandante Camilo Cienfuegos y el Che Guevara, y también, un modo de recordar los estudios de Camilo en San Alejandro, e incorporar esa parte de su historia al trabajo con los escolares.
El Ajedrez fue otra de las aficiones preferidas por Ernesto desde su infancia, y a partir del triunfo revolucionario se convierte en el dirigente que más lo impulsa en el país. Organiza competencias nacionales e internacionales, apuesta por su estudio desde edades tempranas, por lo que, entre otras razones se incluye en el proyecto un taller dedicado a ese deporte.
Por otra parte, en el intento por vincular cómo los niños y niñas visualizan, interpretan, sienten y construyen su propio Che se lleva a cabo el taller de Dibujos Animados, que a la par contribuye a la divulgación de su vida y su obra con la realización de pequeños cortos a partir de lo trabajado y realizado durante el curso.
Cabría anotar también que la concepción y el diseño mismo de la propuesta demostró ser un espacio propicio para la expresión de la creatividad infantil y para el desarrollo de procesos cognitivos propios de la edad escolar, lo cual nos llena de satisfacción a todos los que participamos en este proyecto. Entre ellos se encuentran profesores y especialistas de diversas instituciones como es el caso del Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez (ISLA), el ICAIC, San Alejandro, ISDI, entre otros.
Por último y a modo de cierre, quería terminar citando un fragmento que escribiera el Che a propósito de la muerte de Marx en un pequeño librito editado por el Centro y publicado por la Casa Editora Abril que se titula «Síntesis biográfica de Marx y Engels» y que creo resume de manera única el propósito de este empeño y el objetivo o la misión social del Centro de Estudios Che Guevara a lo largo de todos estos años.
Dice el Che de Marx: «Ese ser tan humano cuya capacidad de cariño se extendió a los sufrientes del mundo entero, pero llevándoles el mensaje de la lucha seria, del optimismo inquebrantable, ha sido desfigurado por la historia hasta convertirlo en un ídolo de piedra. Para que su ejemplo sea aún más luminoso, es necesario rescatarlo y darle su dimensión humana» [1] .
[1] Ernesto Che Guevara, Síntesis biográfica de Marx y Engels, Casa Editora Abril, 2010, p. 58.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.